El consumo de agua es indispensable para la vida, pero es posible que se ignoren detalles sobre por qué es bueno tomar agua, cuánto líquido se debe tomar y qué bebidas son las más convenientes para estar adecuadamente hidratado, mientras que persisten mitos infundados como que el agua presenta elevados niveles de sodio.
La Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) acaba de presentar los resultados de un relevamiento a mil argentinos sobre qué temas les preguntarían a un profesional de la salud en materia de hidratación. Tipos de bebidas, sodio en las aguas (aunque sus niveles son irrelevantes), beneficios de beber agua y cantidades recomendadas son los cuatro aspectos sobre los que la población presentó más inquietudes.
“Del relevamiento, lo primero que se desprende es que existe un alto interés de la población acerca de la hidratación: 3 de cada 4 encuestados realizarían preguntas relativas al tema en cuestión. Resulta evidente que existe una gran necesidad de información con respecto a las características y necesidades del consumo de agua. La hidratación saludable cada vez preocupa más, tanto a profesionales como a público general, por lo que la difusión de información al respecto cobra un papel preponderante. Por eso, desde la SAN trabajamos para brindar conocimiento sobre un tema tan importante para un abordaje nutricional saludable”, sostuvo el Dr. Raúl Sandro Murray, médico especialista en Nutrición y Vicepresidente de la SAN.
En un 91 por ciento de los casos, los encuestados mencionaron los tipos de bebidas que es necesario ingerir como una preocupación que les gustaría conversar con un profesional. En un 82 por ciento, aparecieron los distintos beneficios del consumo de agua como interrogante.
A un 70 por ciento lo preocupaban cuestiones referidas a la cantidad de líquido; y un 60% tenía inquietudes referidas a la presencia de sodio en el agua. Esta preocupación, infundada, es la más baja de las cuatro, aunque la que -según estudios previos- impacta más sobre las decisiones de ingesta y restringe el consumo de agua, por lo que es importante aportar información al respecto.
Hay que priorizar el consumo de agua como principal fuente de hidratación a lo largo de toda la vida. En Argentina, el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) realizó una investigación[1] que demostró que cerca de la mitad de la ingesta de líquidos corresponde a bebidas e infusiones azucaradas y sólo el 21 % es agua pura. En nuestro país, el 57,9 por ciento de la población padece sobrepeso u obesidad[2], por lo que atender al aporte calórico sin valor nutricional de las bebidas se vuelve crítico. Elegir agua pura permite incorporar una bebida que no agrega ni aditivos ni azúcar, dando sensación de saciedad sin incorporar calorías.
Acerca de la cantidad de líquido que debe ingerirse, el Lic. Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA), aclaró que partiendo de una recomendación (para adultos) de entre 2 y 2,5 litros al día, “se considera que aproximadamente un 20% del total necesario de líquidos puede provenir de los alimentos. Por lo tanto el resto, entre 1,6 a 2 litros, necesariamente debe ser aportado por todo tipo de líquidos considerando aguas, bebidas e infusiones. En el marco de una hidratación saludable, la recomendación ideal es que al menos 8 vasos sean de agua, privilegiándola por sobre otras bebidas con aditivos y/o calorías dispensables”.
El Mito del sodio en las aguas
El Dr. Ricardo Iglesias, médico cardiólogo, Director Académico del Sanatorio de la Trinidad Mitre, reconoció que, paradójicamente, el sodio en el agua todavía es una inquietud importante de la población. Además, otra reciente encuesta local[3], llevada adelante por la encuestadora OH! Panel, arrojó que existe cierta confusión sobre las fuentes más importantes de ingesta de sodio dentro de la dieta: “El pan no es reconocido por su aporte de sodio y, en contrapartida, el agua es considerada de gran aporte, cuando en verdad es insignificante”.
Para el Ministerio de Salud de la Nación, “las principales fuentes de ingesta de sal, definidas como aquéllas que aportan más de 240 mg de sodio cada 100 g de alimento, son panificados, embutidos, quesos, caldos y sopas, productos de copetín y enlatados. Respecto de las aguas naturales, el aporte del sodio tiene una mínima influencia en la cantidad total ingerida de ese mineral.
El sodio proveniente del agua se encuentra principalmente formando sales de bicarbonato o sulfato y no como cloruro de sodio, como el que contienen los alimentos en general o la sal de mesa. Está demostrado que el cloruro de sodio tiene acciones perjudiciales para la salud, incluyendo el aumento de presión arterial, pero no se le atribuyen estas acciones a la combinación del sodio con el bicarbonato.
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), en un documento denominado ‘Ingesta de Sodio como componente de las aguas naturales: Implicancia sobre la presión arterial’, manifestó que el aporte de sodio de las aguas naturales es poco relevante, tras analizar toda la bibliografía disponible al respecto.
¿Qué beneficios trae tomar agua?
El agua es esencial para los procesos fisiológicos de digestión, absorción y eliminación de desechos metabólicos no digeribles, y también para la estructura y función del aparato circulatorio. Transporta nutrientes de todas las sustancias corporales y tiene acción directa en el mantenimiento de la temperatura del cuerpo.
El agua es tan importante para el organismo, que no beber lo suficiente puede representar variadas consecuencias. El Dr. Raúl Sandro Murray puntualizó que “la falta de una adecuada ingesta de agua puede ocasionar un estado de deshidratación que puede ser leve, moderado o grave. En los primeros dos estadios, se presenta sed, boca seca, orina más concentrada, piel seca y fría, cefalea y calambres. En la deshidratación grave, puede haber piel seca y arrugada, confusión, mareos, desvanecimiento, taquicardia, aumento de la frecuencia respiratoria, apatía, estado de shock, inconciencia y finalmente puede sobrevenir el deceso”.
Además, agregó Sandro Murray, “nuestro cerebro está compuesto por un 83% de agua. Así pues, parece lógico que la deshidratación pueda tener un impacto en las funciones cognitivas y en el estado de ánimo. Por otro lado, dentro de los efectos a largo plazo, deben mencionarse los producidos en el aparato urinario, como alteraciones en el filtrado glomerular y la formación de litiasis renal por el menor volumen del filtrado”.
En Dermatología, la adecuada hidratación también aporta beneficios. Tomar más agua mantiene la piel hidratada y evita que se sequen las membranas mucosas (ojos, boca, nariz). Estudios indican que tomar agua aumenta el flujo de sangre en los capilares de la piel. Se puede medir cuánto tiempo le lleva a la piel volver a su estado normal al pellizcarla y levantarla. Si uno no está adecuadamente hidratado, a la piel le toma más tiempo retornar a su estado original.
El eje de la cantidad también despertó interés entre los encuestados. ¿Los niños deben consumir lo mismo que los adultos? Los niños son más susceptibles a la pérdida de líquidos y están más expuestos a la deshidratación que los adultos, por lo que es importante asegurar el aporte adecuado de agua en los más pequeños, ya que la alteración del balance hídrico tiene efectos negativos para el crecimiento y para las funciones del organismo, incluso la cognitiva.
Acerca del relevamiento y la Guía
La Empresa IPSOS realizó una encuesta online por medio de un cuestionario semi estructurado de hasta 30 minutos, a nivel nacional de 1.000 casos, a individuos de ambos sexos de 18 a 70 años de todos los niveles socioeconómicos, con representatividad de las principales ciudades, de los cuales el 32% era del AMBA y 68 %, del Interior del país.
A partir de ese sondeo, la Sociedad Argentina de Nutrición trabajó en la elaboración de una Guía con respuestas de la mano de 13 referentes de diferentes disciplinas. Tal como refirió el Dr. Sandro Murray, un aspecto muy atractivo de este trabajo “tiene que ver con que las respuestas fueron brindadas por una multiplicidad de especialistas de variadas disciplinas de la salud, y cada uno referente reconocido en su área. Esto le otorga a esta Guía un valor agregado muy enriquecedor, y para la SAN es un orgullo haberlos reunido para esta tarea”.
Con la coordinación del Dr. Raúl Sandro Murray, participaron además en la elaboración de esta Guía los siguientes profesionales: Dr. Esteban Carmuega, Lic. Sergio Britos, Lic. Florencia Flax Marcó, Lic. Diana M. Kabbache, Dra. Alicia Bernasconi, Dr. Jorge E. Toblli, Dra. Estela Bilevich, Dra. Blanca Ozuna, Lic. Marcela Leal, Dr. Ricardo Iglesias, Lic. Romina Sayar, Dr. Felipe Inserra. La Guía ha sido enviada para su publicación en la revista de la Sociedad Argentina de Nutrición.