Una de cada cuatro personas mayores de 40 años sufrirá fibrilación auricular a lo largo de su vida. El simple control medición del pulso permite identificar irregularidades en el ritmo cardíaco. La importancia de consultar a un especialista ante cualquier síntoma
La alteración más frecuente del ritmo cardíaco, denominada Fibrilación Auricular (FA), aumenta cinco veces el riesgo de sufrir un Accidente Cerebrovascular (ACV). En el marco del Día Mundial del ACV, que se conmemora el 29 de este mes, la Fundación Arrhythmia Alliance Argentina llama a diagnosticar a tiempo las arritmias, que no tratadas adecuadamente pueden desencadenar un ACV.
La Fibrilación Auricular es una arritmia que afecta al 1% de la población total; su prevalencia aumenta de manera creciente con la edad hasta llegar al 10% en personas mayores de 80 años.
Se estima que una cada cuatro personas mayores de 40 años tendrá Fibrilación Auricular a lo largo de su vida. Se ha demostrado que las personas que sufren FA tienen mayor riesgo de generar coágulos en la sangre,[3] y esto a su vez aumenta 5 veces la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular.
La Fibrilación Auricular causa 15-20% de los ACV, pero es importante destacar que estos ACV relacionados con la Fibrilación Auricular tienen doble mortalidad y causan 50% mayor discapacidad que cuando el ACV se debe a otras causas.
El Dr. Jorge González Zuelgaray, Presidente de la fundación Arrhythmia Alliance Argentina, manifestó que "cuando la Fibrilación Auricular se detecta, es posible tratarla y controlarla para evitar consecuencias tales como el ACV, que puede causar discapacidad y muerte. Con una medida tan sencilla como tomarse el pulso, ya es posible sospechar si algo está funcionando mal en el ritmo cardíaco, y consultar al especialista antes de que sea demasiado tarde".
Los principales síntomas de ACV son parálisis en el rostro o en los miembros, dificultad para hablar, estado confusional, fuerte dolor de cabeza, pérdida del equilibrio y pérdida de visión en uno o ambos ojos. Es fundamental conocer estos síntomas para identificarlos rápidamente y solicitar asistencia médica inmediata para un mejor pronóstico del paciente.
Los riesgos de la Fibrilación Auricular
Para latir, el corazón cuenta con un sistema de conducción eléctrica que envía señales o impulsos a través de las cámaras cardíacas superiores (aurículas) e inferiores (ventrículos). De esta forma, se logra un ritmo regular y coordinado. Cuando se altera la corriente eléctrica del corazón, éste modifica su ritmo, ya sea latiendo muy rápido (taquicardia), muy despacio (bradicardia) o en forma irregular (Fibrilación Auricular).
La Fibrilación Auricular consiste en una anomalía del ritmo cardíaco, que se presenta rápido e irregular. En estos casos, el impulso eléctrico del corazón no es regular, y ciertas partes del corazón no pueden contraerse con un patrón coordinado. Como resultado, el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del organismo.
González Zuelgaray remarcó que el principal riesgo asociado con la FA es un accidente cerebrovascular (ACV): “esto se debe a que cuando las aurículas no se contraen en forma efectiva, la sangre se puede estancar y formar coágulos que si se desprenden y viajan al cerebro pueden causar una obstrucción, lo que genera el ACV. Además, la frecuencia cardíaca elevada durante largos períodos de tiempo puede dañar al corazón, provocando insuficiencia cardíaca, e inclusive aumentar levemente el riesgo de muerte”.
Testimonios
Gloria Nieves Lolo, 61 años, escritora (Paciente con Fibrilación Auricular): "Estoy casada, tengo un hijo y dos nietos. Gracias a Dios, no sufrí un ACV. Mi enfermedad empezó hace 11 años, cuando comencé a sentir un ritmo irregular en el corazón. Como no se estabilizaba, opté por tomarme el pulso y realmente era muy irregular. A partir de ese momento, me tomaba el pulso de día y de noche, algunas veces era irregular y otras no. Al tercer día, consulté con un cardiólogo en un hospital, me hizo un electrocardiograma que salió perfecto, me revisó y no halló ninguna anormalidad, así que me dijo que no tenía ningún problema.
Pero esto no sólo continuó, sino que empeoró. Así que fui a otro hospital en el que me hicieron un Ecocardiograma y una ergometría, que realmente me causó fatiga, pero el ecocardiograma y el electro salieron perfectos, el doctor dijo que no tenía nada de qué preocuparme. Me medicó y me dijo que con eso iba a estar perfecta. Dicho remedio no produjo ningún cambio, los síntomas fueron empeorando, me sentía debilitada, no podía comer, porque la arritmia empeoraba hasta con el esfuerzo de masticar, luego de bañarme tenía que recostarme al menos una hora para poder reponerme del esfuerzo.
Esto lo cuento y me parece mentira ahora no haber podido ni siquiera llevar a cabo normalmente esas cosas tan simples y cotidianas. Al no encontrar respuestas, fui a un médico particular, pero otra vez el electrocardiograma estaba perfecto y el medicamento bien recetado. Estaba desesperada y mi familia muy preocupada también, hasta que a través de una amiga llegué al Hospital Argerich, donde me pusieron un Holter (equipo que graba el ritmo cardíaco durante 24 horas) y allí descubrieron que padecía Fibrilación Auricular Paroxística y me derivaron a la sección de Electrofisiología.
Tuve que pasar por una ablación de venas pulmonares, estuve anticoagulada algunos años (ahora ya no) y actualmente estoy medicada en forma específica para mi enfermedad, pero gracias a Dios -y al equipo médico que supo tomar las decisiones correctas- llevo una vida normal, con algunas limitaciones que sobrellevo sin mayores problemas. Me controlo en Cardiología con una revisación general y un Holter cada 6 meses; los electrocardiogramas siguen saliendo bien como siempre.
A todas las personas les diría que ante cualquier anormalidad en su pulso o cualquier otro síntoma, acudan a un cardiólogo. Pero si los síntomas continúan, no desistan hasta encontrar el profesional que realmente las escuche y tome las decisiones adecuadas. En mi caso, lo que sacó a luz mi enfermedad fue el estudio realizado a través del holter.
Para ayudar a muchas personas a que no padezcan la terrible situación que yo tuve que sufrir, decidí escribir un libro. La idea surgió un día en que hablando con el Doctor Zuelgaray, quien me comentó de una iniciativa a través de la cual estaban informando a los niños y jovencitos sobre el problema de arritmias, ACV, hipertensión y muerte súbita a través de unos folletos. Así es que comencé a pensar en un libro colorido e ilustrado, con una historia de vida y con actividades para que fuera más atractivo, no sólo para los chicos sino para toda la familia.
A través de la Fundación Arrhythmia Alliance Argentina puede obtenerse el libro, y queremos generar convenios con dependencias públicas para que el libro pueda llegar en forma gratuita a toda la población y concientizarla de que no es sólo el temido cáncer una grave causa de muerte en el mundo, sino también estas tremendas enfermedades a las que muy poco se toma en cuenta".
* Rafael Leal (77 años, jubilado): "Estoy casado, mi familia está compuesta por mi esposa, tenemos dos hijos varones y una mujer; los tres están casados y ya tenemos siete nietos. Sufrí un ACV el 7 de julio de 2009. Fue muy impactante y una situación muy dolorosa. Afortunadamente, mi familia me ayudó mucho a pasar esa etapa con fe y esperanza, buscando los caminos necesarios para aliviar mi mal.
Hasta ese momento, realizaba tareas gremiales empresariales que lamentablemente me vi obligado a abandonar. Me hacía controles médicos anuales; un cardiólogo me diagnosticó una pequeña arritmia y me pidió controles periódicos, pero no le presté atención y no los hice.
Tras el ACV, estuve internado durante una semana, y mis hijos consiguieron una entrevista con una especialista de INEBA, adonde realicé mi recuperación. Durante tres meses, asistí a INEBA tres veces por semana y seguí un plan muy detallado, y con controles médicos de un clínico, un cardiólogo para la prevención de un nuevo ACV y un neurólogo. Con el mismo cuerpo de profesionales, realizo todavía un tratamiento y controles permanentes. Es importante que la gente extreme los cuidados y escuche los mensajes del propio cuerpo para evitar tener un ACV, por las consecuencias que este trae aparejadas".