Muchos casos de cáncer de tiroides pueden curarse, especialmente si no se propagaron a partes distantes del cuerpo. Ante sospecha o dudas lo aconsejable es consultar con un endocrinólogo.
El cáncer de tiroides es un tumor maligno originado en la glándula tiroides. Es más frecuente en mujeres, y el tipo más usual es el cáncer papilar. En este sentido, la Dra. Inés Califano del Instituto de Oncología Angel H. Roffo asegura que el cáncer de tiroides es poco común, en comparación con otros tumores, sin embargo reconoce que hubo un incremento de esta enfermedad en los últimos años.
A continuación se refiere a la importancia de la detección temprana: “El pronóstico del cáncer de tiroides es excelente en los estadios tempranos donde la curación con el tratamiento quirúrgico ocurre en la gran mayoría de los casos. Afortunadamente, la mayor parte de los pacientes en la actualidad son diagnosticados en estos estadios.”
La atención inmediata a las señales y los síntomas es la mejor manera para diagnosticar temprano la mayoría de los cánceres de tiroides. En cuanto al síntoma más frecuente, se puede notar un bulto en la zona anterior inferior del cuello, donde se encuentra localizada la glándula tiroides. En general, estos nódulos no son dolorosos ni dan otros síntomas; aunque sí pueden llegar a ocasionar, raramente, cambios en la voz por compromiso del nervio que moviliza las cuerdas vocales, o bien causar algún tipo de molestia al tragar o respirar. Los ganglios del cuello, aumentados de tamaño también son una señal que no hay que dejar pasar. En la mayoría de los pacientes, los análisis para evaluar la función tiroidea son normales.
Entre los factores que predisponen al desarrollo de un carcinoma papilar de tiroides, lo más frecuente es la exposición a la radiación y el antecedente de familiares directos con diagnóstico de cáncer de tiroides.
Tanto la radiación secundaria a tratamientos de radioterapia externa, aplicados en la zona de la cabeza, cuello o tórax, para el tratamiento de enfermedades oncológicas, como más raramente la exposición ambiental a fuentes nucleares (tal como sucedió posteriormente a los accidentes de Chernobyl y Fukushima), ambos factores están relacionados con una mayor incidencia de cáncer de tiroides.
“El riesgo asociado a la radiación es mayor cuanto menor fue la edad del paciente expuesto a la misma. No obstante, en la mayor parte de los pacientes, estos antecedentes no están presentes”, asegura la Dra. Califano.
Tratamientos
Existen varias opciones de tratamiento para el cáncer de tiroides que dependen de cuán grande sea el tumor, y el nivel de avance de la enfermedad. El principal tratamiento es la cirugía. De acuerdo a las características del tumor, se agregan otras terapias, como el iodo radioactivo y en casos seleccionados la radioterapia y las terapias dirigidas.
Entre estas últimas se encuentra Sorafenib, un tratamiento que demostró prolongar la sobrevida libre de progresión en pacientes (con cáncer diferenciado de tiroides) con enfermedad avanzada y sin otras opciones terapéuticas por lo cual fue recientemente aprobado en los EE.UU