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27 de diciembre de 2024
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Los probióticos y sus beneficios para la salud
Médicos y nutricionistas consideran que existe una base científica sólida que avala la efectividad y se los recomiendan a sus pacientes
10 de octubre de 2014
Los probióticos son microorganismos vivos que pueden agregarse a la fórmula de diferentes tipos de productos, incluyendo alimentos, medicamentos y suplementos dietéticos, que agregados en cantidades adecuadas confieren múltiples beneficios a la salud del consumidor.

En los últimos años, los probióticos han demostrado su eficacia en algunas enfermedades como la diarrea aguda o la diarrea producida por los antibióticos, entre otras. Y esta eficacia está basada en el beneficio que producen estos productos sobre
la microbiología del intestino; también hay trabajos científicos que relacionan el consumo de probióticos con la salud periodontal ya que también tienen un efecto beneficioso sobre la microbiología oral.

Un nuevo metaanálisis publicado en American Journal of Clinical Nutrition revela que los probióticos reducen significativamente el
tiempo de tránsito intestinal y aumentan la frecuencia media de deposiciones por semana mejorando a su vez la consistencia de las heces.

Recientemente, desde la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), se llevó a cabo una encuesta entre casi 1.200 médicos gastroenterólogos, médicos clínicos, especialistas en medicina familiar, nutricionistas y gerontólogos, para evaluar cómo
eran percibidos los probióticos desde la comunidad médica local, la misma arrojó datos sorprendentes que merecen ser analizados con detenimiento: el 99% aseguró que los probióticos son efectivos para la salud de sus pacientes, aunque reconoció que
menos del 10% los consulta por la necesidad de consumirlos.


“Como todos los años, la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), celebró a fines de mayo el Día de la Salud Digestiva. Este año el tema elegido fue la microbiota
intestinal. Desde la Sociedad Argentina de Gastroenterología, como miembros de la WGO, buscamos saber cuál era el conocimiento que tienen los médicos sobre los probióticos y por eso realizamos una encuesta que nos servirá para futuras investigaciones. Lo que es fundamental es no sólo el consumo de los probióticos sino
el concepto de la microbiota en la salud digestiva y en la salud en general. Es decir, modular en forma correcta la flora bacteriana es muy bueno para la salud en general”, señaló Luis M. Bustos Fernández, Presidente de la Sociedad Argentina de
Gastroenterología (SAGE).

El relevamiento realizado entre el 26 de agosto y el 8 de septiembre en provincia de Buenos Aires, la Patagonia, el NOA, Misiones, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, la región de Cuyo y Santa Fe, mostró que el 77% de los médicos considera que el efecto
de los probióticos sobre la salud posee una base científica sólida. Además, cuando se les consultó si les indicaban probióticos a sus pacientes el 82% respondió que sí.

Dicha respuesta afirmativa, abierta según especialidad, dio un 88% entre los nutricionistas y un 79% entre los pediatras.

“La microbiota está compuesta por más de 400 especies diferentes de gérmenes y constituye una parte sustancial del contenido intestinal. Se asume que tenemos más bacterias en el intestino que células en el cuerpo. La microbiota convive con el
huésped en un cuidado equilibrio y ejerce funciones vitales en la recuperación de nutrientes, agua y sales. Además, sintetiza nutrientes que el huésped aprovecha constituyéndose como una muy eficiente barrera para gérmenes causantes de enfermedades, inhibiendo su colonización y desarrollo”, explicó Juan Andrés De Paula, Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Según explicó el profesional, la microbiota interacciona permanentemente con el huésped y regula los niveles de actividad de las células inmunológicas e inflamatorias que normalmente pueblan la mucosa del tubo digestivo, del intestino delgado y del
colon, modulando dos aspectos cruciales: las defensas a las infecciones y liberación de substancias que regulan los niveles de inflamación del organismo.

Cada día, 40 mil personas en Argentina van al médico por trastornos de salud digestiva. De las casi 280 mil consultas médicas diarias que se producen en nuestro país1, el 14% se vincula a problemas como malestar abdominal, ardor y ruidos
intestinales y alteraciones de la evacuación, entre otros.

“El uso de probióticos es una herramienta que puede ayudar a prevenir y tratar ciertas condiciones clínicas. Esta encuesta fue diseñada para entender cuáles son las tendencias entre los profesionales en cuanto a la comprensión de los mecanismos,
que tipos de probióticos utilizan y su indicación como profilaxis y tratamiento”, sostuvo De Paula.

“Los probióticos son microorganismos vivos que se introducen en el organismo y en cantidades adecuadas tienen un efecto beneficioso con una acción local, mejorando la microbiota en general, pero también producen un efecto sistémico, mejorando las
defensas y la nutrición. Se pueden utilizar preventivamente, sobre todo en pediatría para las diarreas infecciosas, o en los adultos para las diarreas del viajero. También se administran para las diarreas por antibióticos que es la producida por una bacteria llamada Clostridium Difficile”, aseguró Bustos Fernández.
Según explicó el especialista, esta bacteria normalmente se encuentra en el intestino humano pero tras la ingesta de antibióticos y el desbalance en la flora microbiana que se produce, el Clostridium Difficile provoca una enfermedad llamada colitis pseudomembranosa, prevenible con la utilización de probióticos.

Los probióticos aumentan el número de bacterias anaerobias beneficiosas para el intestino y disminuyen la población de microorganismos potencialmente patógenos.

Además, afectan el ecosistema intestinal estimulando los mecanismos inmunitarios de la mucosa y los no inmunitarios a través del antagonismo y competencia con patógenos potenciales. Las especies más usadas como probióticos son Lactobacillus y
las Bifidobacterias.

Al ser consultados respecto del tipo de probióticos que indicaban a sus pacientes, el 75% de los médicos participantes de la encuesta señaló que preferentemente indicaban incorporar probióticos a través de los alimentos.

“Los probióticos se pueden incorporar a través de los alimentos, por ejemplo los yogures, o en forma medicamentosa. La inmensa mayoría de la gente consume probióticos como alimentos, es muy importante que la acidez gástrica no destruya estas bacterias
vivas. Si el alimento responde a los controles de calidad, el probiótico puede ser perfectamente consumido a través de este, ya que estos controles certifican que poseen la cantidad necesaria de microorganismos vivos para que tengan efecto beneficioso y también la seguridad de que esos probióticos llegan vivos al intestino, es decir no son destruidos por la acidez gástrica, explicó Bustos Fernández.

De acuerdo a la encuesta de la SAGE, el 98% de los profesionales consultados cree que la utilización e investigación sobre los mismos tiene futuro y que con el tiempo se descubrirán más beneficios, en tanto que el 77% considera que los efectos sobre la
salud poseen una base científica sólida.

“En nuestro país, más precisamente en la provincia de Tucumán hay un centro de investigación de alto nivel, el Instituto CERELA, que trabaja en probióticos e inmunología a excelente nivel, profundizando en los mecanismos a través de los cuales los probióticos ejercen sus efectos benéficos. A nivel clínico hicimos un trabajo sobre el efecto de la toma de un yogurt simbiótico (yogur que posee en su composición probióticos y prebióticos en las cantidades establecidas por el código
alimentario argentino) sobre la constipación funcional, con muy buenos resultados”, afirmó De Paula.

En 2010 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, ANMAT, decidió, en virtud del reconocimiento por parte de los profesionales de la salud de los efectos beneficiosos de los probióticos en la salud y la nutrición humana,
y del respaldo científico de la Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, incluir en el Código Alimentario Argentino el artículo 1389 que no sólo define el concepto de
probiótico sino que además establece un protocolo de evaluación de los probióticos para ser incorporados como alimento, entre los que se encuentra la identificación de la cepa y la resistencia gástrica, entre otros.

“Existen cada vez más evidencias de que modificaciones en la bioflora determinan cambios en los niveles de inflamación del organismo, lo cual tiene un efecto importante en el desarrollo en las enfermedades relacionadas con la respuesta inflamatoria, como la obesidad, diabetes y la ateroesclerosis. Los probióticos
constituyen una forma de modular la bioflora y su relación con el huésped en busca de lograr un equilibrio favorable para la salud”, concluyó el Dr. De Paula.