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Corazón y pulmones: dos amigos a cuidar
El corazón y los pulmones conviven dentro del tórax formando una unidad anatómica y funcional y si bien son órganos absolutamente diferentes, que pertenecen a sistemas independientes del organismo, su relación es tan estrecha que de ellos depende que todos los órganos que componen el cuerpo humano reciban el oxígeno suficiente para poder funcionar adecuadamente.
3 de octubre de 2014
El corazón y los pulmones conviven dentro del tórax formando una unidad anatómica y funcional y si bien son órganos absolutamente diferentes, que pertenecen a sistemas independientes del organismo, su relación es tan estrecha que de ellos depende que todos los órganos que componen el cuerpo humano reciban el oxígeno suficiente para poder funcionar adecuadamente. Asimismo en numerosas enfermedades la alteración de uno de ellos afecta, directa o indirectamente, la función del otro.

El neumonólogo Miguel Pennizotto, coordinador de la Comisión de Recertificación de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, explicó que los pulmones están conectados al corazón "a través de un circuito de vasos sanguíneos que son los que se ven afectados y que “trasladan” el problema de un órgano al otro".

Pennizotto señaló que cuando los pulmones se enferman, sobre todo en algunas patologías crónicas, "su deficiencia repercute, fundamentalmente, en las cavidades derechas del corazón y en algunos casos también en las cavidades izquierdas, produciendo una deficiencia en el funcionamiento del mismo que, incluso, puede llevar a la muerte".

"La lista de patologías respiratorias que pueden enfermar al corazón es extensa, pero unas de las enfermedades respiratorias más frecuentes, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es una de las afectaciones que más muertes produce en el mundo", comentó el neumonólogo.

Es generada, en la mayoría de los casos, por el consumo de tabaco y si bien la afectación inicial es exclusivamente pulmonar, cuando avanza, va comprometiendo al corazón siendo este, en muchos casos, la causa final de fallecimiento del paciente. Además de la EPOC, casi todas las enfermedades pulmonares crónicas, pueden afectar al corazón.

Pennizotto dijo que la explicación de porqué se afecta tanto el corazón cuando los pulmones se enferman, "surge fundamentalmente en la conexión que hay entre ambos a través de las arterias pulmonares, que son las encargadas de llevar la sangre poco oxigenada, que fue utilizada por todo el organismo, desde las cavidades derechas del corazón hasta los pulmones para que estos le provean el oxígeno necesario a fin de ser útil a todas las células del organismo".

"En las enfermedades respiratorias crónicas los pulmones, al funcionar mal, ejercen mucha resistencia al recibir la sangre del corazón y le trasladan una presión mucho mayor para que este pueda realizar su trabajo, hasta que llega un momento que se va agrandando y declina en su función", comentó el especialista.

Por otra parte, el neumonólogo indicó que "una deficiencia en el funcionamiento del corazón, puede repercutir en los pulmones de manera absolutamente directa y si bien también hay una lista extensa de patologías del mismo que pueden afectar el sistema respiratorio, la gran mayoría habitualmente termina en lo que se denomina “insuficiencia cardíaca” que, en su avance, complica el buen funcionamiento pulmonar".

"Incluso el máximo grado de insuficiencia cardíaca es conocido como “edema agudo de pulmón” ya que el corazón al claudicar en su función, produce secundariamente una acumulación de líquido en los pulmones que puede ser muy grave", manifestó.

Un amigo en común: LA ACTIVIDAD FÍSICA

El ejercicio, mejora diferentes aspectos del corazón. Aumenta la eficiencia de su función, disminuye el riesgo de padecer enfermedad coronaria, mejora la circulación sanguínea y contribuye a disminuir el colesterol malo y aumentar el colesterol bueno, entre otros beneficios.

A nivel respiratorio durante el ejercicio físico, se experimentan muchas modificaciones positivas que facilitan el ingreso del oxigeno desde el aire del ambiente hasta la sangre y la salida de dióxido de carbono (CO2) en sentido inverso. La actividad física ayuda al corazón y a los pulmones para que, trabajando juntos, mejoren la cantidad y calidad de sangre que le llega a cada célula del organismo y esto conlleva a evitar distintas enfermedades y gozar de mejor calidad de vida.

Un enemigo en común: EL CIGARRILLO

El hábito de fumar es la causa de muerte que mejor se podría prevenir en el mundo. Todos los años mueren aproximadamente cinco millones de personas por esta causa siendo los órganos más afectados el corazón y los pulmones. El primero porque la cardiopatía isquémica (infarto, muerte súbita) está directamente relacionada con el consumo de cigarrillo. En el aparato respiratorio el tabaco interviene como causa fundamental de muerte por cáncer de pulmón y EPOC, entre otras enfermedades.

El corazón y los pulmones son buenos amigos y el adecuado funcionamiento de los mismos es fundamental para que la persona goce de salud. Cuando uno de ellos se enferma, está amistad se “rompe” y en muchos casos termina afectando al otro. Los dos tienen un enemigo en común: el cigarrillo.