La espasticidad puede aparecer como una secuela en personas que hayan sufrido un accidente cerebrovascular, parálisis cerebral, lesiones medulares, esclerosis múltiple y otras enfermedades vinculadas con el sistema nervioso central.
La espasticidad puede aparecer como una secuela en personas que hayan sufrido un accidente cerebrovascular, parálisis cerebral, lesiones medulares, esclerosis múltiple y otras enfermedades vinculadas con el sistema nervioso central.
Ante este cuadro, en la actualidad existen diversos tratamientos, como el que se realiza por vía oral. Sin embargo, según especialistas del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (I.R.E.P.) de la Ciudad de Buenos Aires, el tratamiento focal mediante la aplicación de OnabotulinumtoxinA (BOTOX®) suele ser una muy buena opción para tratar, de manera puntual, los músculos afectados.
En este sentido, y según la severidad de la espasticidad, los tratamientos orales no deben descartarse, sino complementarse con tratamientos locales.
¿Qué es la espasticidad?
Los médicos la definen como un aumento del tono muscular: es la contracción parcial, pasiva y continúa de los músculos, responsables de que podamos estar parados y desarrollar actividades, además de vencer la gravedad. El aumento del tono muscular provoca rigidez en los músculos afectados y, en algunos casos, dolorosos espasmos espontáneos.
Por esta razón, las dificultades motrices causadas por la espasticidad, junto con el dolor, deterioran la calidad de vida de quien la padece, haciéndolo dependiente de la ayuda de terceros para actividades cotidianas como caminar, alimentarse, vestirse o higienizarse.
Tratamiento focal
Si bien la espasticidad no puede curarse, puede tratarse, obteniéndose excelentes resultados que mejoran, significativamente, la calidad de vida del paciente y de quien esté a su cuidado.
Existen tratamientos por vía oral -pastillas- que actúan a nivel general, lo que provoca la relajación de todos los músculos (los que tienen espasticidad y los que no).
Actualmente, existe otro tratamiento, como el que se realiza con OnabotulinumtoxinA (BOTOX®), que permite seleccionar el músculo a tratar. Esto es clave, pues facilita focalizar el tratamiento en los grupos musculares que están funcionando mal, al recibir un estímulo incorrecto desde el cerebro.
"Lo que se busca a través de la aplicación de OnabotulinumtoxinA (BOTOX®) en los músculos más afectados es disminuir la capacidad de responder a esa información errónea y constante que reciben desde la lesión ubicada en el cerebro. Por lo tanto, OnabotulinumtoxinA (BOTOX®) relaja el músculo y disminuye la respuesta", explica la médica fisiatra Roxana Secundini, médica de planta a cargo del Consultorio Hemipléjicos y Consultorio Factores de Riesgo del IREP. Así, el tratamiento brinda la oportunidad de tratar la espasticidad teniendo en cuenta la función a mejorar, como vestirse, bañarse, caminar, comer, etc.
El objetivo de este tratamiento, es lograr una mayor movilidad en los miembros afectados. "En los casos severos, en los que no existe la recuperación del movimiento, se buscará mejorar la postura y /o aliviar el dolor, tendiendo a aumentar la independencia. Los pacientes muy frecuentemente refieren sentir el cuerpo más simétrico, lo cual es un logro importante” aseguró Secundini, y agregó que "los objetivos son diferentes, dependiendo de la severidad de la lesión".
Para abordar la espasticidad y sus tratamientos, debe tenerse en cuenta la importancia de ser atendido por un equipo de especialistas idóneos en diferentes disciplinas, como la fisiatría, la kinesiología, la fisioterapia, etc. Las aplicaciones con OnabotulinumtoxinA (BOTOX®) favorecen la función motora y el bienestar en el paciente adulto con síndromes espásticos.