Es una enfermedad que no se reporta habitualmente pero tiene instauración rápida y es potencialmente mortal. En los últimos años aumentó su prevalencia y los eventos en pacientes son cada vez más graves
Del 7 al 13 de abril se conmemora la Semana Mundial de la Alergia. El objetivo de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) es concientizar a la población con fines preventivos y educativos, sobre una enfermedad alérgica especifica cada año. La anafilaxia es una enfermedad que no se reporta habitualmente pero que tiene una instauración rápida y es potencialmente mortal. En los últimos años ha aumentado su prevalencia notablemente y los eventos en los pacientes son cada vez más graves.
A nivel mundial, se reportan por año 154 episodios fatales por cada millón de pacientes hospitalizados. Se trata de un cuadro brusco y multisistémico (que afecta a varios órganos y produce un desarrollo anormal de múltiples partes del cuerpo). Habitualmente se presenta en forma inmediata (menos de 30 minutos) tras la exposición al agente causal, pero este período de latencia puede oscilar desde minutos a varias horas.
Cuanto menor es este período de tiempo, es más probable que la reacción sea grave. Los signos más frecuentes de que una persona presenta una reacción anafiláctica (tras haberse expuesto a un alérgeno) son los siguientes: picor, hormigueo, cosquilleo, hinchazón y/o enrojecimiento de la piel, dificultad respiratoria, respiración sibilante, congestión nasal y/o tos, opresión de garganta o sensación de que se está cerrando, ronquera, problemas para hablar, nauseas, dolor abdominal y/o vómitos, pulso y/o frecuencia cardíaca acelerados, hipotensión, desvanecimiento y sensación de muerte inminente.
Las reacciones cutáneas, urticaria y prurito (79 %) 2 son las más frecuentes y menos intensas, mientras que el paro cardiorrespiratorio es el más grave.
La reacción anafiláctica constituye una urgencia médica y requiere de atención rápida y adecuada. Una vez tratada y resuelta la urgencia, el paciente debe ser derivado a un alergólogo para determinar la causa y seguir el tratamiento correspondiente.
Los alimentos como el pescado, mariscos, frutos secos y frutas en el adulto, huevo, leche y pescado en los niños, son los más implicados. Los antibióticos beta-lactámicos (Penicilinas), las picaduras de insectos himenópteros (abejas y avispas fundamentalmente) y la anafilaxia idiopática (sin causa aparente o no determinada) son otras causas comunes por las que puede aparecer la enfermedad.
La educación en el paciente y su entorno es clave para contribuir a su prevención. Los pacientes deben ser debidamente informados de los alergenos que le provocan la anafilaxia y fundamentalmente como deben actuar ante la aparición de los síntomas. Toda persona que ha presentado indicios de la enfermedad debe llevar consigo adrenalina y por supuesto tener el conocimiento y entrenamiento de su uso. Actualmente, en las farmacias de nuestro país, está disponible la Adrenalina auto-inyectable, tanto en dosis de adultos como de niños.
En el caso de los niños es sumamente importante que sus familiares, todos los cuidadores, profesores y monitores sepan que padece una alergia grave y qué deben hacer en caso de emergencia.