En general, en verano los episodios de asma disminuyen en relación a los que aparecen en los meses más fríos. En el invierno estos episodios son más frecuentes por la aparición de los resfríos comunes o los estados gripales, y en la primavera y en el otoño por la presencia más frecuente de ciertos pólenes y los cambios inestables de la temperatura. Pero en verano es fundamental tomar ciertas medidas para evitar crisis de asma o alergias.
En general, en verano los episodios de asma disminuyen en relación a los que aparecen en los meses más fríos. En el invierno estos episodios son más frecuentes por la aparición de los resfríos comunes o los estados gripales, y en la primavera y en el otoño por la presencia más frecuente de ciertos pólenes y los cambios inestables de la temperatura. Pero en verano es fundamental tomar ciertas medidas para evitar crisis de asma o alergias.
Wenceslao Sánchez de la Vega, vicepresidente de Fundaler (Fundación para el Estudio del Asma y Otras Enfermedades Alérgicas, www.fundaler.org.ar), remarcó que "es muy importante no reducir o abandonar la medicación, ya que con la llegada de esta estación los pacientes se sienten mejor y surge la tentación de suspenderla, ya que “si me siento bien para qué voy aseguir manteniéndola”".
Sánchez de la Vega comentó que "esta es una situación que el paciente debe hablar con su médico".
"Si se va de vacaciones, y aún cuando se sienta bien, no debe dejar los remedios en su casa. Los medicamentos no deben tomarse vacaciones. Sería importante que un familiar, esposa/o, madre o padre se lo recordase", comentó el vicepresidente de Fundaler.
El especialista indicó que "si la persona con asma va a pasar sus vacaciones a una casa o departamento que haya estado cerrado durante días o meses, es conveniente, en esos casos, que previamente se ventile y limpie cuidadosamente. Los ácaros y los hongos que se hayan multiplicado y concentrado durante ese encierro puedan ser causantes de inesperados ataques de asma".
"Si ha de viajar en auto, es preferible que utilice el aire acondicionado para que quede liberado de los alérgenos ambientales del aire exterior. En caso que concurra a piletas de natación, es importante saber que aquellas piscinas en las que se utiliza cloro como bactericida (si éste se encuentra en alta concentración) pueden afectar a los bronquios hipersensibles de los pacientes con asma y provocarles un empeoramiento de su condición de asmático. En este sentido, es peor el natatorio cerrado", añadió el experto.
Sánchez de la Vega dijo que si en las vacaciones "van a alojarse en un hotel, sería importante que se elija aquel que le pueda ofrecer una habitación hipoalergénica, como existen ya en numerosos hoteles de Europa y los EE.UU".
En cambio, señaló que "si ha decidido asistir a un campamento, se debe tener cuidado con la bolsa de dormir ya que en su interior pueden encontrarse ácaros y hongos que pueden sensibilizar los bronquios y provocarles un episodio importante de ataque de asma".