La piel es un órgano vivo que tiene funciones biológicas tales como la respiración, relación, asimilación, eliminación de toxinas, entre otras. Cuando todas estas funciones están en orden, la piel luce limpia, fresca, suave y sana.

Sin embargo, hay factores ambientales, virus, bacterias, toxinas y otros aspectos, psicológicos y emocionales que pueden incidir sobre el funcionamiento del organismo, y de la piel en particular. Esto afecta la capa superior de la piel, llamada epidermis, como las capas no visibles de tejido (dermis e hipodermis).


Graciela Pérez Martínez, experta en biomagnetismo y creadora de la terapia con imanes, explicó que "estos factores desencadenan síntomas como alergias, flacidez, arrugas, pérdida de elasticidad por la desorganización de las fibras de colágeno, o decoloraciones que hacen que la piel tenga un aspecto poco sano".

"Uno de los beneficios del biomagnetismo es reactivar la circulación sanguínea y la oxigenación, dándole a la piel un aspecto más joven y vital", enfatizó Pérez Martínez.

Algunos de sus efectos más notables son:

- Efecto lifting, porque actúa sobre la atonía, flacidez y arrugas
- Regeneración celular en el área del ojo
- Evita la formación de bolsas en párpados inferiores
- Elimina las líneas de expresión
- Atenúa las manchas y disminuye los lunares
- Ilumina la piel

La especialista remarcó que "el tratamiento se realiza con una máscara de imanes pequeños, que se aplican sobre la cara y zonas específicas que necesitan tratamiento".

"La Biomagnetología actúa sobre los procesos energéticos del organismo permitiendo la eliminación de impurezas, la reactivación de la circulación sanguínea y la oxigenación, dándole a la piel un aspecto más joven y vital", añadió.

Pérez Martínez destacó que "este tratamiento de máscara con imanes puede complementarse con la limpieza de la piel con agua ionizada (es decir, tratada con imanes durante cierta cantidad de horas), que aceleran el proceso y permiten una limpieza más
profunda".