La relación de la diabetes con la pérdida de visión es muy conocida, sin embargo, no muchas personas asocian la enfermedad con la pérdida auditiva. De hecho, el oído es uno de los primeros órganos que puede advertir de la posibilidad de sufrir diabetes.
GAES Centros Auditivos, compañía experta en audición, advierte sobre la relación entre esta enfermedad y la aparición de trastornos auditivos.
El Dr. Stuart Ross, Médico de Planta del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico, señala que la pérdida auditiva asociada a la diabetes está más que probada: “tanto los pacientes con diabetes tipo 1 como los que padecen diabetes tipo 2 tienen, con más frecuencia que la población general, pérdida auditiva, por lo que hay que considerar a la enfermedad como un factor de riesgo”, aclara.
Por otro lado, algunos estudios señalan que las personas que padecen diabetes hace menos de 10 años “tienen entre un 35% y un 40% de posibilidades de desarrollar algún trastorno auditivo, mientras que para los enfermos que se les detectó la enfermedad hace más de 10 años esta probabilidad aumenta hasta un 60%”.
Consejos preventivos
La diabetes puede afectar a una pequeña arteria que irriga el oído interno, alterando la capacidad auditiva. Normalmente, las personas diabéticas presentan un tipo de pérdida neurosensorial o perceptiva, casi siempre por alteración de la cóclea o caracol. La aparición de estos trastornos auditivos aumenta con la edad y con los años transcurridos desde el diagnóstico de la diabetes.
En este sentido, GAES Centros Auditivos ofrece algunos consejos para que las personas diabéticas puedan prevenir estos trastornos y conservar una buena capacidad auditiva:
· Estar atentos a los síntomas: muchas personas restan importancia a los problemas auditivos y no acuden al especialista. La sensación de zumbidos en los oídos, pérdida de audición, mareos o vértigo pueden estar relacionados con la diabetes y ser las primeras manifestaciones de la enfermedad.
· Dieta sana y saludable: una buena alimentación es clave para conservar la audición, al igual que el resto de los órganos. El ácido fólico, la vitamina B12, la vitamina A o los ácidos grasos omega 3 se asocian a una mejor conservación de la audición. Por el contrario, el abuso de grasas saturadas, el azúcar, el alcohol y el tabaco influyen en el desarrollo de enfermedades degenerativas del oído.
· Es importante seguir un control riguroso de la diabetes: esta recomendación incumbe tanto a la dieta como al tratamiento, ya sea con antiglucemiantes orales o con insulina.
· Evitar factores de riesgo como el ruido o los medicamentos ototóxicos.
· Acudir al especialista en salud auditiva cada seis meses.