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Aumento de casos de meningitis meningocóccica
Expertos en infectología de la Argentina y el exterior se reunieron en el país para debatir sobre la Meningitis Meningocóccica serogrupo W135 y su situación en Argentina.
13 de diciembre de 2013
Expertos en infectología de la Argentina y el exterior se reunieron en el país para debatir sobre la Meningitis Meningocóccica serogrupo W135 y su situación en Argentina.

La meningitis causada por meningococo (bacteria Neisseria meningitidis) es una infección grave de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, y representa una de las condiciones de mayor gravedad que se observa principalmente en la niñez y en adultos jóvenes, con alta mortalidad.

El Profesor Muhamed-Kheir Taha, experto en infectología proveniente de Francia, explicó que se han identificado 12 serogrupos de esta bacteria y seis de ellos (A, B, C, Y, W135 y X) son responsables de los casos reportados mundialmente. Estos serogrupos se comportan geográficamente de manera variable y cambian constantemente, por lo que su estudio y seguimiento resultan indispensables.

Situación en Latinoamérica
En los últimos años el serogrupo W135 ha aumentado su prevalencia causando cambios epidémiologicos significativos en Latinoamérica; primero en Brasil (2003-2005); luego en Argentina donde datos del SIREVA II (Sistema de Redes de Vigilancia de Agentes Bacterianos Causantes de Meningitis y Neumonías) demuestran que el W135 a incrementado significativamente su incidencia desde 2006 (5,8% de casos), alcanzando un pico en 2008 hasta explicar el 48% en 2011 y casi el 60% durante el 2012.

Y actualmente en Chile donde el W135 explica más del 60% de los casos de meningitis, según explicó la bioquímica argentina Adriana M. Efron del servicio de Bacteriología Clínica del Instituto Carlos G. Malbrán.

Ampliar el conocimiento de epidemiología global
Uno de los puntos centrales del encuentro fue expresado por el Dr. Taha, director de diversas investigaciones y autor de más de 130 artículos científicos sobre el tema: la importancia del conocimiento de epidemiología través de las nuevas técnicas moleculares de laboratorio, que permiten monitorear la diseminación de cepas de Neisseria meningitidis (bacteria causante de la meningitis por meningococo), para prevenir la enfermedad y así disminuir el número de casos aislados y evitar brotes epidémicos.

De acuerdo a sus investigaciones en Europa, la correcta definición del caso (con presencia de la bacteria) a través de estudios de sangre y piel resulta esencial. Entre los avances en materia de diagnóstico destacó el estudio por PCR (reacción en cadena de la polimerasa), una técnica de biología molecular que permite replicar cantidades mínimas de material genético de manera rápida y económica.

Ésta permite la detección temprana y fiable de la enfermedad meningocóccica, a diferencia de los métodos tradicionales de diagnóstico microbiológico que resultan menos sensibles y/o específicos. “La eficacia del tratamiento de la meningitis en general -y principalmente de la meningitis por serogrupo W135- depende del tiempo de su inicio, por eso la detección temprana resulta esencial”, destacó Taha.

Síntomas y detección
Los síntomas de la infección se presentan en dos fases: durante las primeras 10 hs el paciente experimenta malestar y dolor de cuerpo, signos inespecíficos que pueden dificultar la detección de la enfermedad (suele confundirse con una gripe) por lo que el objetivo a futuro es establecer criterios adecuados. Durante las siguientes 13 a 15 hs aparece fiebre, dolor de miembros, sensibilidad, modificación en el color de la piel y diarrea (único síntoma específico de la meningitis W135).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que entre el 10 y 20% de los casos de pacientes con meningitis por meningococo podrían resultar fatales. De los casos que desarrollan sepsis o meningococcemia, se estima que la mortalidad podría ser del 40% al 50%. Por esto, el Dr. Taha enfatizó que es imprescindible que el paciente sea internado, estudiado y tratado con antibióticos ante cualquier mínima sospecha, para evitar la evolución de la bacteria.

Los más afectados: la prevención es esencial
El meningococo coloniza la nasofaringe y se transmite de persona a persona a través de las secreciones respiratorias, como puede ser la saliva o las gotitas expulsadas al estornudar o toser. Es por ello que quienes permanecen por tiempo prolongado en ambientes cerrados tienen mayor riesgo de adquirirla.

Si bien cualquier persona puede enfermarse, los lactantes y niños de hasta cinco años de edad, junto con los adolescentes y adultos jóvenes constituyen los principales grupos de afectación, dijo el Dr. Roberto Debbag, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica.

En este sentido, la mayoría de los casos argentinos corresponde a menores de cinco años a la vez que se ha observado un aumento considerable en adultos sanos. En Chile, la edad media de los afectados es de 43 años, según comentó el Dr. Debbag. En Europa el 45% se da en niños menores de 4 años y en algunos países como en EE.UU. ocurre un segundo pico de enfermedad en los adolescentes y adultos jóvenes.

La vulnerabilidad de los niños se debe a la falta de maduración de su sistema inmunológico, lo que significa que su organismo no está preparado para enfrentar la bacteria. En los adultos, se explica por la falta de inmunización durante sus primeros años de vida. Es por ello que resulta de suma importancia la inclusión de la prevención del serogrupo W135 en cualquier estrategia de vacunación, señaló el Dr. Debbag.

En nuestro país contamos con vacunas conjugadas que previenen contra 4 de los 5 serogrupos con mayor circulación e incidencia (A, C, W135 e Y) indicadas a partir de los 9 meses de edad en adelante. “Las vacunas conjugadas son preferibles a las monovalentes (que protegen contra un único serogrupo de la bacteria) debido a su mayor protección y mejor respuesta luego de la primera dosis de aplicación”, destacó el Dr. Taha.

El Dr. Debbag expresó que para disminuir la transmisión de la enfermedad meningocóccica es necesario trabajar sobre la transmisión de la bacteria y esto se logra en una población que tenga altas tasas de cobertura de vacunación. Esto reduce la probabilidad de que haya una diseminación bacteriana y, además, sirve de base para la “inmunidad de rebaño” que permite que las personas no vacunadas tengan menos riesgo de contraer la enfermedad pues los individuos vacunados tienen menor probabilidad de albergar la bacteria y transmitirla.

“Se trata de una estrategia enfocada en la salud de la comunidad, no sólo de la persona afectada”, enfatizó.

Los especialistas concluyeron, entonces, que el mejor conocimiento de la epidemiología global a través de las nuevas técnicas moleculares de laboratorio, junto con la disponibilidad de las vacunas conjugadas son las herramientas más relevantes para controlar períodos hiperendémicos o epidémicos de enfermedad meningocóccica.