Científicos argentinos desarrollan una vacuna para combatir el melanoma cutáneo, que no tiene medicina eficaz
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente y ha aumentado más que cualquier otro en el mundo. Es habitual después de los 50 años, aunque hoy se detecta en personas cada vez más jóvenes, incluso en niños, aunque excepcionalmente.
Según un estudio publicado en la Pan American Journal of Public Healt, el melanoma – el más grave cáncer de piel – tiene especial incidencia en el hemisferio sur, por el aumento de la radiación ultravioleta (UV) causada por el progresivo deterioro de la capa de ozono.
El estudio dice que, desde fines de la década del 80 y en especial en los últimos 15 años, ha desaparecido el 15% de la capa de ozono en el extremo sur de Sudamérica. En la Argentina, Chile, Brasil y Australia (el país con más melanoma en el mundo), la capa de ozono normalmente se afina cada primavera y provoca hasta un 25% de aumento de la radiación UV en esta época del año.
Lamentablemente se estima que empeorará esta radiación en las próximas décadas, por las variaciones del ozono circulante en la atmósfera superior. O sea que a mayor exposición a la radiación UV, habrá mayor riesgo de melanoma. Hay entonces peligro para los actuales habitantes de la región y las próximas generaciones.
Otras variables asociadas con el riesgo de desarrollar melanoma son la ascendencia europea, cabellos rubios o pelirrojos, piel y ojos claros, pecas y antecedentes familiares; también el hecho de que los latinoamericanos se exponen más frecuentemente a la radiación UV como consecuencia del clima tropical, elevadas altitudes y el hecho de considerar la piel bronceada como saludable y bella, concluye el mencionado estudio.
Hay tres tipos de cáncer de piel: el carcinoma basocelular (altísimo: afecta a 1 de cada 3 personas de raza blanca), el carcinoma espinocelular (representa entre el 10 y el 20% de los casos) y el melanoma (sólo el 10% de los casos pero causante del 75% de las muertes por cáncer de piel).
El melanoma una vez que se disemina (metástasis) provoca la muerte en el corto o mediano plazo. Las terapéuticas habituales (radioterapia, quimioterapia y otras) no responden, por lo que las tasas de mortalidad crecen desde las últimas décadas. El índice de supervivencia a 5 años, para pacientes con melanoma avanzado y enfermedad metastásica, es de sólo el 10%.
La enfermedad afecta algo más a las mujeres que a los varones, si bien la mortalidad es más alta en éstos. En el mundo la tasa de mortalidad es más elevada en los sectores de bajos recursos.
Tras años de investigación, científicos argentinos del CONICET financiados principalmente por la Fundación SALES, desarrollaron una vacuna terapéutica anti-melanoma que, en las primeras experiencias clínicas sobre pacientes (Fase I), mostró índices de supervivencia a 8 años, del 70%.
En 2009, el Ministerio de Salud Pública de la Nación autorizó a través de la ANMAT, el Ensayo clínico final (Fase II-III) que compara en 108 pacientes la nueva vacuna con el Interferon alfa, medicina habitual contra el melanoma: dos tercios recibirán la vacuna y un tercio el Interferon. Si la vacuna es más eficaz, se aprobará su uso.
A diferencia de muchas terapéuticas anti-cáncer, la vacuna no tiene efectos adversos, pues promueve nuestra propia inmunología y enfrenta la enfermedad naturalmente.
El CONICET y la Fundación SALES firmaron un Convenio de Licencia de Tecnología con el Laboratorio Pablo Cassará, que producirá la vacuna en caso de aprobarse y hoy dona los insumos médicos del Ensayo. La investigación es independiente pues en 25 años no fue financiada por un laboratorio comercial sino por fundaciones y organismos del Estado.
El CONICET aporta los científicos, la Fundación SALES dio a la fecha U$S 3 millones y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva un subsidio especial de U$S 1 millón. El Ensayo clínico final se realiza en el Centro de Investigaciones Oncológicas de la Fundación Cáncer, que también aporta fondos.
El mundo y en especial América Latina se beneficiarán de esta investigación.