A lo largo de toda la etapa de lactancia materna, es posible que la madre necesite someterse a alguna prueba diagnóstica como tomografía, resonancia magnética o radiografía convencional. En algunos casos y de acuerdo a patología en estudio, será necesario el uso de contraste oral o endovenoso.
A lo largo de toda la etapa de lactancia materna, es posible que la madre necesite someterse a alguna prueba diagnóstica como tomografía, resonancia magnética o radiografía convencional. En algunos casos y de acuerdo a patología en estudio, será necesario el uso de contraste oral o endovenoso.
“Hoy, y gracias a los avances en el diagnóstico por imágenes, las madres pueden someterse a estas pruebas ya que el riesgo para el lactante es tan ínfimo que teniendo en cuenta el costo beneficio, no se aconseja dejar de amamantar y se puede retomar la lactancia desde el primer momento después de la prueba”, sostiene el Dr. Juan Mazzuco, Director Médico de Argus Diagnóstico Médico.
En el caso de la tomografía, sólo una pequeñísima parte del yodo pasa a la leche materna y además durante muy poco tiempo, ya que el contraste se elimina pronto del organismo, no se metaboliza y además es inerte.
Si nos referimos a la Resonancia magnética, el contraste más utilizado es el gadolinio, totalmente compatible con la lactancia materna. La resonancia como tal no tiene ningún riesgo para el lactante. Durante las pocas horas que estos contrastes están presentes en la leche materna, puede existir algún cambio en el sabor que se asocie a rechazo por parte del bebe.
En tal circunstancia puede interrumpirse la lactancia por 12-24 hs y retomarla posteriormente. Para las madres muy preocupadas por esta circunstancia es posible anticiparse y obtener previamente un stock con un saca leche.
Con respecto a los rayos x usados para las radiografías comunes, a diferencia de lo que se pensaba, tampoco existe ningún riesgo para la madre lactante ni para el bebé, ya que estos no se quedan en el cuerpo de la madre, simplemente la traspasan y por tanto no se acumularán de ninguna forma en las mamas, por lo que también son compatibles otras pruebas como las mamografías en caso de ser necesarias durante el periodo de lactancia.
Sólo en el caso de ciertos contrastes que contienen isótopos radioactivos para los estudios centellográficos, algunos profesionales aconsejan, ante la falta de casos y conocimiento sobre cómo pueden actuar sobre el bebé, que se posponga la lactancia y se descarte esa leche en un periodo de tiempo que puede variar desde las 6 horas hasta varias semanas dependiendo del contraste que usen.