Científicos argentinos han avanzado notablemente en el desarrollo de una vacuna terapéutica antimelanoma, el cáncer de mayor crecimiento en la actualidad, y han llegado a la etapa final de un estudio clínico al que aún pueden incorporarse pacientes derivados por su médico.
Científicos argentinos han avanzado notablemente en el desarrollo de una vacuna terapéutica antimelanoma, el cáncer de mayor crecimiento en la actualidad, y han llegado a la etapa final de un estudio clínico al que aún pueden incorporarse pacientes derivados por su médico.
El equipo de 30 investigadores es liderado por el científico y médico doctor José Mordoh, discípulo del Premio Nobel Luis F. Leloir, dentro de un protocolo autorizado por el Ministerio de Salud a través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). La ANMAT es la autoridad reguladora de referencia regional para medicamentos.
La investigación es apoyada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y financiada desde hace 25 años por la Fundación SALES. También participa la Fundación Cáncer. Es una investigación independiente, pues no fue financiada por un laboratorio farmacéutico.
Pueden participar pacientes de todo el país. Los residentes del interior recibirán un subsidio del Instituto Nacional de Cáncer (INC) para costear su viaje y estadía en Buenos Aires.
Los médicos que deseen incorporar pacientes al estudio final deben dirigirse al doctor Mordoh, jmordoh@fuca.org.ar ó al 011-4314-2222. Entre los principales requisitos, el estudio comprende a personas de ambos sexos de 18 a 65 años dentro de los cuatro meses de cirugía que no hayan recibido quimioterapia o inmunoterapia previas. Los criterios de admisión pueden consultarse en www.sales.org.ar
El melanoma de piel ha tenido un rápido crecimiento en el mundo. Las causas de este cáncer crecen: se estima que en el hemisferio sur –Argentina, Chile, Brasil- y Australia, especialmente aumentará la radiación solar Ultra Violeta, por las sustancias químicas que debilitan y destruyen año a año la capa de ozono que nos protege. En la región predomina, además, la ascendencia europea, cabellos rubios o pelirrojos, piel y ojos claros, pecas y antecedentes familiares que predisponen al melanoma maligno. También muchos se broncean al sol o en camas solares, con consecuencias muy serias.