Lo determinó el primer estudio efectuado en el país para conocer qué piensa la gente acerca de la ingesta de sal y cuál es su comportamiento al respecto. Especialistas recomiendan no agregar sal durante la cocción y usar otros condimentos.
Más del 65% de la población considera que es muy importante reducir la cantidad de sal que se agrega a las comidas, pero apenas el 31,4% asegura que hace algo para bajar el consumo, según los resultados de un estudio piloto realizado por el Ministerio de Salud de la Nación en la provincia de La Pampa que fueron presentados en la sede de la cartera que conduce Juan Manzur en el inicio de la Semana Mundial de la Concientización sobre la Sal.
El trabajo fue presentado por la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud de la Nación, Marina Kosacoff, quien subrayó que el estudio elaborado en la provincia pampeana “nos habla de la percepción de la gente, lo cual es muy importante porque puede ayudarnos a diseñar nuevas líneas de trabajo y alcanzar un mayor impacto sanitario”, al tiempo que destacó la necesidad de un abordaje “multisectorial” para la reducción del consumo de sal en la población.
De las 1.451 personas evaluadas, el 28,2% señaló que siempre o casi siempre le agrega sal a la comida en la mesa y el 68,4% dijo que lo hace durante la cocción, mientras que el 14,9% cree que consume mucha sal.
“Es muy importante no agregar sal mientras se cocina y lo recomendable es usar otros condimentos, ya que si se agrega sal durante la preparación es mucho mayor la cantidad que hay que ponerle a una comida para sentir el sabor. Es una cuestión de costumbre y de cultura que hay que cambiar: probar la comida una vez que está preparada y, en caso de considerarlo necesario, agregar la mínima cantidad posible de sal”, remarcó el director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la cartera sanitaria nacional, Sebastián Laspiur.
En tal sentido, el funcionario remarcó que “los beneficios de la disminución del consumo de sal no es sólo para los hipertensos sino para toda la población, de todas las edades”.
Los especialistas que presentaron el informe señalaron que en la Argentina se consumen, en promedio, 11,2 gramos de sal por día (12,7 los hombres y 9,8 las mujeres), mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo diario de 5 gramos.
“Cuando se reduce el consumo de sal no se sacrifica el gusto, es algo que de ninguna manera afecta al paladar. A la población le recomendamos que busque y consuma productos con menor contenido de sal. Si bajáramos apenas 3 gramos de consumo de sal al día, estaríamos evitando 6.000 muertes al año por enfermedades cardiovasculares”, manifestó Laspiur.
Las muestras basales del estudio fueron tomadas en las ciudades de Santa Rosa, General Acha y General Pico. Si bien en promedio el 65,2% de los consultados considera que es muy importante reducir el consumo de sal, el porcentaje es más alto entre los hipertensos (74,2%) que entre quienes no lo son (60,5%).
En tanto, apenas uno de cada cuatro consultados que no tienen hipertensión arterial asegura que hace algo para controlar el consumo de sal, mientras que entre los hipertensos la relación es casi de uno de cada dos. El relevamiento se enmarca en las acciones que viene llevando adelante el Ministerio de Salud de la Nación para reducir la ingesta de sodio en todo el país, de modo de incidir sobre uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular.
Del acto de presentación de los resultados del estudio también participaron el cocinero Martiniano Molina; los diputados nacionales María Elena Chieno y José Guccione, presidenta y vicepresidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación; autoridades de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) y de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA); representantes de otras reparticiones públicas, referentes de sociedades científicas y universidades, y de organizaciones no gubernamentales vinculadas a la temática.
El trabajo, que elaboraron de forma conjunta la Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la cartera sanitaria, el Gobierno de La Pampa, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y la Fundación Bioquímica Argentina, es el primer estudio efectuado en el país para conocer qué piensa la gente acerca de la ingesta de sal y cuál es su comportamiento al respecto. Esta prueba piloto es una herramienta que fortalece las acciones que el Ministerio de Salud de la Nación promueve para reducir el consumo de sal en la Argentina.
Durante el encuentro, también fueron presentados los resultados de la investigación titulada “Relación costo-utilidad de la disminución del consumo de sal y su efecto en la incidencia de enfermedades cardiovasculares en Argentina”, que fue realizada por expertos del Ministerio de Salud de la Nación, que consistió en realizar un análisis de utilidad en función del costo en términos del incremento en años de vida ajustados por la calidad (AVAC) que se produciría al año 2020, como efecto de la reducción de 3 gramos de sal por día en la dieta de personas mayores de 35 años en Argentina.
El trabajo determinó que esta intervención generaría un ahorro neto de 3.765 millones de dólares y una ganancia de 656.657 años de vida ajustados por la calidad (AVAC). Además, se obtendrían reducciones en la incidencia de enfermedad coronaria (24,1%), infarto agudo de miocardio (21,6%), accidente cerebrovascular (20,5%), en la mortalidad por enfermedad coronaria (19,9%) y por todas las causas (6,4%).
Menos Sal Más Vida y Semana Mundial de Concientización
En 2011, la cartera sanitaria nacional puso en marcha la iniciativa “Menos Sal Más Vida”, que busca bajar el consumo de sal para reducir la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares, cerebrovaculares y renales, además de concientizar a la sociedad sobre la necesidad de disminuir su incorporación en las comidas.
En tal sentido, junto al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la cartera de Salud rubricó un convenio marco sin precedentes en la región con la COPAL, cámaras alimentarias y empresas con el objetivo de reducir el contenido de sodio en los grupos de alimentos procesados prioritarios.
Con ese propósito, conjuntamente con la FAIPA y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la cartera sanitaria ha desarrollado acciones en las panaderías artesanales para que produzcan pan con menos sal y sin sal -en base a la medida recomendada-, experiencia que permitió la reducción de un 25 por ciento de sal en el pan elaborado en más de 6.000 panaderías del país.
Cada año, la WASH (Acción Mundial sobre Sal y Salud, por sus siglas en inglés), una organización global constituida por miembros de 85 países, conmemora la Semana Mundial de Concientización sobre la Sal a fin de alertar sobre la importancia de reducir el consumo en todas las poblaciones del mundo. Este año, el foco será la sal oculta en los alimentos procesados.