Pese a que el agua es la bebida más saludable, conveniente y accesible, los argentinos bebemos poca y mal. Ello puede producir desde aumento de peso, debido al consumo excesivo de calorías a través de bebidas e infusiones azucaradas, hasta problemas urinarios y renales, a causa de tomar poco líquido. Tips para cambiar los patrones de ingesta y ganar en salud.
Como cada año, este 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, una iniciativa de las Naciones Unidas para concientizar acerca de la importancia de preservar este elemento vital. Y en esta oportunidad, en Argentina se pondrá el foco en el agua como parte esencial de una adecuada nutrición.
Para ello, seis reconocidas sociedades científicas se han unido para llamar a la concientización sobre la necesidad de ‘construir el hábito’ de beber agua, para una vida más saludable, ya que se trata del nutriente más sano y natural, imprescindible para el óptimo rendimiento físico y mental, aunque muchas veces es desplazado por otras bebidas.
Las sociedades nucleadas en esta acción son el CESNI (Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil), la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA), la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND), el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y la Sociedad Argentina de Nefrología.
"Uno de los principales obstáculos para mejorar la calidad de ingesta de líquidos en nuestro país reside en que el hábito simple y cotidiano de beber agua pura no está construido", afirmó la Dra. Rosa Labanca, médica nutricionista universitaria y directora del Centro de Docencia, Asistencia e Investigación de SAOTA.
"El mayor déficit de ingesta de agua se observa en la población infanto-juvenil. Estudios realizados en niños de 2 años, con un seguimiento de 3 años, demostraron que aquellos que sostenían un consumo regular de bebidas azucaradas entre comidas, desarrollaban sobrepeso 2,4 veces más que aquellos que no lo hacían”, señaló.
Existen estudios que demuestran que beber más agua a diario puede modificar el patrón de consumo, acercándolo más a las recomendaciones internacionales. La médica agregó que “la experiencia nos ha demostrado que con ciertas intervenciones, es posible lograr cambios con resultados positivos sobre la salud, y para eso lo ideal es comenzar desde la infancia, aunque la tarea sigue toda la vida”.
Los padres tienen un fuerte rol a la hora de decidir los patrones de selección de alimentos de los niños, que los acompañarán en su adultez. Se ha visto que las madres influencian notablemente los hábitos de sus hijos hasta los 8 años de edad.
Es por eso que “si un chico aprende a tomar agua en lugar de bebidas azucaradas, o gaseosas, además de saciar su sed estará ganando en bienestar. De ahí que es fundamental el ejemplo que brindan los padres”.
Se necesitan acciones educativas para generar un pensamiento que se transforme en logros, y así encaminarnos hacia una población más saludable.
El Dr. Esteban Carmuega, director del CESNI, indicó que "diversas investigaciones demostraron que los argentinos tomamos muy poca agua: en promedio, apenas 2 vasos por día y 6 de otras bebidas, e infusiones azucaradas, cuando esa distribución de ingesta debería ser a la inversa, ya que actualmente sumamos calorías 'vacías' y pueden conducir al sobrepeso y a la obesidad".
Además, "la baja ingesta de líquidos puede llevar a que no funcionen en forma correcta los riñones, ya que éstos requieren un adecuado flujo para filtrar los tóxicos de la sangre y eliminarlos a través de la orina", refirió la Dra. Cristina Vallvé, médica nefróloga y presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología. La especialista detalló: "Esta situación puede producir cálculos renales y deteriorar el funcionamiento de los riñones”.
Para detectar si el volumen de líquidos ingeridos es el adecuado, basta con observar el color de la orina. Si es amarillo claro, corresponde a un nivel saludable. Si, en cambio, la orina es de olor fuerte y de color oscuro, es probable que exista cierto grado de deshidratación.
El pasado 14 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Riñón, justamente para enfatizar la necesidad de prevenir afecciones de este tipo. Entre las reglas de oro para preservar la salud renal, la Sociedad Internacional de Nefrología destaca la ingesta saludable de líquidos, remarcando el consumo de agua.
El Dr. César Casávola, médico especialista en Nutrición y presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), enfatizó: “sabemos que la percepción que las personas tienen acerca del agua es que es la bebida más saludable para hidratarse. Sin embargo, el hábito de beber agua no está instalado. Para cambiar esto, una buena estrategia sería elegir un día y llevar la cuenta de lo que se bebe, para constatar si es preciso hidratarse más y mejor”.
Según destacó el especialista, algunas medidas para estimular la recomendación de hidratación saludable serían “la inclusión del agua como parte de todos los planes de educación alimentaria nutricional y el desarrollo de políticas públicas”.
Con respecto a cuánta agua es necesaria, las Guías Alimentarias para la Población Argentina (año 2000) comprenden 10 consejos básicos, de los cuales el noveno es ‘tomar abundante cantidad de agua potable durante todo el día’. “Menciona genéricamente la recomendación de consumir 2 litros”, afirmó Sebastián Laspiur, Director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación.
Al respecto, Laspiur, del Ministerio de Salud de la Nación, confirmó que “la próxima revisión de las guías, convocada por el Ministerio de Salud de La Nación, ofrece el marco para desarrollar recomendaciones específicas para un consumo saludable de bebidas”.
Ya en 2012 se remarcó la necesidad de que las autoridades sanitarias, educativas y científicas, así como la industria de alimentos, tomen como política de Estado el desarrollo de un plan sistemático de educación alimentaria que incluya una hidratación saludable a todos los niveles, para que los niños adopten conductas adecuadas y las lleven a sus hogares, donde los padres las acepten y las fijen en sus hijos. Necesitamos el compromiso de todos para lograr el cambio.
Se puede cambiar
Una investigación realizada en Alemania consistió en evaluar varios colegios, instrumentando cambios de hábitos que incluyeron la colocación de bebederos, clases especiales y un trabajo con padres, maestros y directivos de las escuelas. Al aumentar el consumo de agua, disminuyó el riesgo de sobrepeso en los niños un 31 por ciento, lo que refuerza la importancia de las escuelas como fuente natural de agua potable para beber.
Asimismo, un estudio piloto francés de consumidores consistió en suministrar agua mineral durante quince días a personas que consumían poco líquido, entregándoles agua mineral, y luego discontinuar la entrega a fin de detectar si el hábito había cambiado.
"El registro mostró que en un corto período (cinco semanas), el volumen total de líquido consumido logró incrementarse a través del consumo de agua. En las dos últimas semanas, a pesar de que ya no eran suministradas botellas de agua mineral, la ingesta de agua fue superior al inicio, con una diferencia en el consumo de aproximadamente 743 ml/día de agua", comentó la Lic. Romina Sayar, vicepresidente de AADYND.
El sodio, un mito y barrera de consumo de agua
Algunas personas evitan consumir mucha agua porque temen que los niveles de sodio que contiene sean excesivos. “Las campañas publicitarias, con mensajes comerciales o avales no deberían confundir, beber agua no representa un riesgo cierto en cuanto a la ingesta de sodio”, tranquilizó el Lic. Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA).
El riesgo de exceso de calorías por la ingesta de bebidas e infusiones azucaradas es un problema de salud al que debemos prestar atención. Pero no así el consumo de sodio a través del agua. “En el Congreso Argentino de Nutricionistas de 2012 se presentó un trabajo que demuestra que los niveles de sodio de las bebidas disponibles en el mercado no suponen riesgos para la salud dados los volúmenes habitualmente consumidos, de manera que las aguas no son un vehículo de riesgo de exceso de sodio”, confirmó.
Tips para beber más agua
· Beber agua en familia para dar el ejemplo a los más pequeños
· Llevar la cuenta de qué y cuánto se bebe en un día
· Intentar afianzar el hábito aumentando la ingesta durante dos semanas
· Prestar atención al color de la orina
· Incluir siempre en la mesa una jarra de agua.
· Beber agua antes, durante y después de la actividad física.
· Colocar una botella o cantimplora con agua en la mochila de los chicos.