El diagnóstico precoz, sumado a un tratamiento adecuado y a los avances médicos, son las claves para poder combatir el cáncer pediátrico. Una esperanza que abre la ciencia para los más chicos
"El cáncer en los niños se cura en más del 65% de los casos, es decir, esto ocurre en casi 7 de cada 10 niños afectados”, aseguró el ministro de Salud de la Nación, Juan Luis Manzur, en vísperas de la conmemoración del Día Nacional para la Lucha contra el Cáncer Infantil, que se celebra el próximo viernes y acaba de establecerse a través de la Ley 26.803.
En tanto, para Marcelo Scopinaro, responsable del área de Cáncer Pediátrico del Instituto Nacional del Cáncer (INC), organismo dependiente de la cartera sanitaria nacional, esto es así “en primer lugar por el formidable desarrollo que tuvo la quimioterapia en las últimas décadas; y en segundo, por el enfoque multidisciplinario que tiene el tratamiento del cáncer en la infancia".
"Sólo es mediante el aporte de médicos, enfermeras, psicólogos, radioterapeutas e infectólogos que se logra mejorar la cifra de cura en el cáncer”, indicó Scopinaro.
Según el experto, quien también se desempeña como presidente del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, “hay un tercer factor que colabora en mejorar estos resultados: el diagnóstico temprano, que lleva siempre a aumentar las posibilidades de cura de los niños", remarcó.
El cáncer es una enfermedad con una incidencia muy baja en los niños: en Argentina, el número total de nuevos casos en menores de 15 años oscila entre 1.200 y 1.300 por año.
“En los últimos diez años, esta cifra se ha mantenido estable”, explicó por su parte Pablo Pesce, coordinador del área de pediatría del INC, al tiempo que destacó que “en nuestro país no hay mayor incidencia de cáncer infantil que en cualquier otro del primer o tercer mundo, ni tampoco tenemos mayor frecuencia de ningún tipo de cáncer en especial”.
El cáncer infantil posee características propias definidas, cada una con un nombre, tratamiento y pronóstico muy específico; en tanto que la mayoría de los cánceres del adulto no existen en pediatría. El tipo más frecuente en la infancia es la leucemia, seguido de los tumores del sistema nervioso central y los linfomas.
En cuanto a la prevención, el diagnóstico oportuno constituye un elemento estratégico esencial en oncopediatría, ya que un paciente diagnosticado tardíamente disminuye sus posibilidades de curación y aumenta los riesgos derivados de un tratamiento más intenso.
Al respecto, Pesce remarcó que en el caso de los padres, “el mensaje es que realicen las prácticas habituales de vida saludable con sus hijos, como ejercicio físico y una alimentación sana, y que cumplan con los controles clínicos de rutina”, a la vez que resaltó que “las pautas de detección precoz deben estar dirigidas a la comunidad médica”.
En ese sentido, desde el INC se diseñó e implementó un taller destinado a diferentes profesionales de la salud –médicos generales, pediatras, enfermeros y agentes sanitarios, entre otros–, cuyo título es “Cuándo sospechar cáncer en la infancia”. Cabe destacar que esta iniciativa, que ya lleva dos años, se llevará a cabo en todo el país de manera simultánea, el próximo jueves y viernes, con motivo de la conmemoración del Día Nacional para la Lucha contra el Cáncer Infantil.
“La detección precoz es responsabilidad del sistema sanitario. Por eso, esta tarea del INC apunta a tratar de solucionar uno de los principales problemas que existen, que tiene que ver con no cumplir con los diagnósticos en tiempo y forma”, añadió Pesce.
Desde el INC también se está trabajando en un análisis de la red actual de derivación de pacientes, con el objetivo de aumentar su eficiencia; y respecto del cuidado integral de los niños con cáncer, se está por publicar un libro con recomendaciones para la atención del paciente pediátrico.
Además, hay programas de becas específicas destinadas a formar profesionales para que trabajen en diferentes zonas del país en especialidades tales como clinica pediátrica con orientación en oncologia, radioterapia, enfermería, cuidados paliativos, biología molecular y citogenética, entre otras. “Quienes hacen las becas tienen que volver a trabajar a un establecimiento público de la jurisdicción de procedencia”, detalló el especialista.
Por último, en el INC funciona actualmente el Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA). Esta herramienta, creada en 2000 por la Fundación Kaleidos, fue incorporada por el organismo de la cartera sanitaria con el objetivo de contar con datos sobre la situación epidemiológica a nivel nacional, lo que permite tomar decisiones estratégicas de salud pública.
A través del ROHA se registra a los pacientes menores de 19 años con nuevo diagnóstico de cáncer. “Este es un insumo de epidemiología, gestión e información pública muy interesante”, consideró Pesce, y agregó que “el 90 por ciento de los casos de cáncer infantil que hubo en el país en los últimos 13 años está registrado. Cualquier médico o persona puede saber cuántos pacientes hubo en una ciudad o cuáles fueron los tipos de tumores”.
Las funciones del Instituto Nacional del Cáncer
Creado en septiembre de 2010 por la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, este organismo del Ministerio de Salud de la Nación es responsable del desarrollo e implementación de políticas de salud, así como de la coordinación de acciones integradas para la prevención y el control del cáncer en el país.
Su principal objetivo es disminuir la incidencia y mortalidad por cáncer, a la vez que mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen.