Lograr el embarazo requiere dedicación y supone un cierto manejo de niveles de estrés, más todavía cuando el embarazo tarda en llegar. El estrés provoca trastornos de ovulación y puede acabar causando la ausencia de ésta. En mujeres que padecen un alto nivel de ansiedad, las tasas de embarazo disminuyen.

Sumado a esto, la fuerte rutina laboral del año es un factor que no colabora en demasía.

Por tal motivo, Andrea Marazzi, directora médica de Fertilab Argentina, destacó que cuando llega el verano y con él la cercanía de las vacaciones, "es un momento propicio para quitarse las preocupaciones de en medio y retomar la búsqueda de un embarazo de manera natural o de comenzar un tratamiento de fertilización asistida, pero sin las urgencias del año".

"En estos meses las personas suelen mantener una actitud positiva; un estado emocional equilibrado es fundamental a la hora de intentar concebir", indicó Marazzi.

La especialista destacó que existen además "factores externos que colaboran: el clima estival alienta las actividades al aire libre y una dieta más liviana y equilibrada, y una mayor ingesta de agua".

"Es que ciertas conductas no saludables como la mala alimentación, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol no sólo reducen las posibilidades de embarazo sino que incrementan las posibilidades de sufrir abortos, gestaciones extrauterinas y otras complicaciones. De hecho, está demostrado que una dieta con alto contenido en antioxidantes, vitaminas, acido fólico y ácidos grasos omega-3 puede mejorar la calidad de los óvulos y el esperma", explicó la experta, quien destacó que "bienestar físico y emocional aliados perfectos para la búsqueda de un embarazo".