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27 de diciembre de 2024
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Mitos y realidades sobre la donación de órganos
Las principales causas de miedos e inseguridades a la hora de considerar la posibilidad de donar los órganos, son generalmente la resultante de la falta de educación e información acerca de esta temática que nos involucra a todos.
17 de enero de 2013
Las principales causas de miedos e inseguridades a la hora de considerar la posibilidad de donar los órganos, son generalmente la resultante de la falta de educación e información acerca de esta temática que nos involucra a todos.

Es por ello que desde la Fundación Argentina de Trasplante Hepático ofreció una serie de respuestas a diversos interrogantes en relación al tema.

"Si bien el trasplante es una alternativa de vida posible cuando todas las puertas se cierran, las estadísticas indican que, más allá de las buenas intenciones, sólo una de cada 100 personas que mueren podrá transformarse en donante de órganos", explicó Horacio Azíz, presidente de la Fundación Argentina de Trasplante Hepático

De ahí la importancia de la donación y la educación de la comunidad para desterrar mitos y conocer el valioso alcance de este acto amor. El receptor, podrá, nada menos, que seguir viviendo y, la familia donante, recibe la gratificación de saber que ayudó a otros.

Durante el año 2012 hubo un total de 630 donantes reales de órganos que permitieron que 1.458 personas reciban un trasplante, cifras que representan un récord histórico a nivel nacional. Con estos indicadores, Argentina alcanzó una tasa de 15,7 donantes por millón de habitantes, mientras que en 2011 la tasa había sido de 15,1 por millón de habitantes, lo que posiciona al país a la vanguardia en la región en materia de donación.

¿Quién puede ser donante de órganos? Sencillamente, todo aquel que generosamente quiera donar en vida, a aquellos que aguardan un trasplante como única y última posibilidad de vida.

¿Quién garantiza la transparencia en el acto de la donación de órganos? El INCUCAI. Único organismo oficial que tiene autoridad para solicitar la donación y proceder a ejecutarla. Fiscaliza las actividades de donación y trasplante de órganos en nuestro país.

“No quiero que se mutile mi cuerpo”. El cuerpo es tratado con gran respeto y dignidad. Los órganos donados se obtienen con todos los cuidados de una operación quirúrgica de rutina.

“Puedo querer donar un órgano, pero no todos”. La persona puede especificar que órganos quiere donar. En todos los casos se respetarán sus deseos.

“Si saben que quiero ser donante, los doctores no tratarán de preservar mi vida”. El equipo médico que lo trate en vida, no es el mismo que el grupo médico de ablación de órganos. Los profesionales de la salud harán todos los esfuerzos por salvar su vida. Solamente después de agotar todas las posibilidades, y luego de ser declarado fallecido, se considerará la donación.

“Mi religión no apoya la donación de órganos”. Según el Episcopado Argentino, la donación es un “acto de solidaridad y fraternidad humanas y una prueba de que el cuerpo muere, pero jamás el amor que lo sostiene.” Esta postura es compartida por la mayoría de las religiones.

“Nadie va a querer mis órganos por mi edad o condición médica.” Al tiempo de la muerte, el INCUCAI revisará la historia clínica y realizará estudios médicos para determinar la aptitud de los órganos del donante.

“Debo pagar para realizar la donación”. La donación de órganos es un acto de amor solidario. Nadie puede percibir compensación económica por ello así como tampoco nadie podrá exigir pago alguno por el órgano trasplantado.

“Los ricos y famosos avanzan en la lista de espera mientras que los demás deben aguardar más tiempo”. La posición en la lista de espera no tiene en consideración factores como la etnia, edad, ingresos y clase social. Por el contrario, es imprescindible el tipo sanguíneo, la urgencia médica, la ubicación geográfica, el tamaño del órgano y la compatibilidad de los tejidos.


“Tráfico de órganos”. De acuerdo a la legislación argentina, se exige que tres médicos firmen el acta de defunción tras haber certificado dos veces y con un intervalo de seis horas todas las exploraciones necesarias para confirmar el fallecimiento de la persona. Por otra parte, la complejidad, y el gran número de profesionales necesarios en un operativo de trasplante, como así también la necesidad de compatibilidad entre donante y receptor, hacen imposible concebir el tráfico de órganos. El INCUCAI ofrece todas las garantías de transparencia e idoneidad profesional para asegurar que el acto altruista de la donación.

Como resultado, los trasplantes son altamente satisfactorios. Permiten restituir al individuo a la sociedad como un ser productivo tanto física como intelectualmente.

Azíz destacó que “a la fecha hay más de 7.000 personas que se encuentran aguardando la posibilidad de un trasplante, pero no se puede ser solidarios en algo que se desconoce".

"La indiferencia, se alimenta de mitos y de falacias, que en un tema tan sensible, llevan a perder un sinnúmero de vidas. Es mucho más factible que nosotros, o un ser querido integremos en el futuro una lista de espera para ser trasplantados, a que tengamos la oportunidad de donar nuestros órganos al finalizar nuestra vida. La donación de órganos es un acto de amor, una apuesta a la vida”, comentó.

Para tener en cuenta:

· En la actualidad, hay cerca de 7.300 personas en la lista de espera del INCUCAI (0800-555-4628) aguardando un trasplante de órganos.

· La donación de órganos es posible sólo en 5 de cada 1.000 fallecimientos debido a la escasa posibilidad de fallecer en condiciones de poder realizarla.

· El año 2012 arrojó cifras record de donaciones: se realizaron 1.458 trasplantes renales de 630 donantes cadavéricos, además de 273 trasplantes renales y 24 trasplantes hepáticos con órganos provenientes de donantes vivos.

· En lo que va del 2013 ya se hicieron 20 trasplantes a partir de 12 donantes.