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27 de diciembre de 2024
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La higiene íntima femenina y la salud
La zona íntima es una de las más sensibles del cuerpo de la mujer. Es fundamental mantener el equilibrio del pH ácido que protege el microambiente vaginal frente a posibles infecciones. Qué ocurre en cada etapa de la vida y cuáles son las recomendaciones básicas para tener en cuenta.
11 de octubre de 2012
Hasta hace algunos años la higiene íntima era una cuestión doméstica con escaso abordaje científico. Hoy en día, gracias a un mayor desarrollo de medidas preventivas sanitarias y valoración de la salud , más mujeres tienen acceso a información sobre nuevos hábitos claves para su cuidado.

Victoria Taquini, ginecóloga del Hospital de Clínicas, explicó que el aparato genital femenino "es una región del cuerpo extremadamente sensible, reaccionando rápidamente ante algún agente agresor".

Taquini señaló que "la ubicación de la región genital, escondida por la anatomía y los pliegues que caracterizan la región, puede favorecer el desarrollo de microorganismos. La cercanía del meato uretral y la región anal al introito vaginal exigen extremar las medidas higiénicas".

"La fisiología de los distintos órganos implicados, con el proceso menstrual y las relaciones sexuales, hacen todavía más difícil la situación, evidenciando la necesidad de cuidados especiales en esta región más que en otras".

¿Cómo se conforma y funciona el aparato genital femenino?

La ginecóloga indicó que el aparato genital femenino "está conformado por los órganos genitales externos (labios mayores y menores, clítoris y entrada vaginal que conforman la vulva) e internos (ovarios, trompas, útero y vagina)".

"La vagina comunica el útero con la vulva y está colonizada por diferentes microorganismos, aquellos que constituyen la flora normal y no producen enfermedad (Lactobacillus y Corynebacterium), aquellos que colonizan la vagina sin dar enfermedad, pero que pueden reproducirse generando síntomas, y otro grupo que al estar presente siempre genera enfermedad", explicó.

En ese sentido, señaló que "el flujo vaginal normal se compone de distintos tipos de microorganismos, secreciones vulvares de las glándulas, células exfoliadas de la vagina y del cuello del útero, moco cervical, líquido endometrial y de las trompas. Las secreciones vaginales pueden aumentar a mitad del ciclo menstrual debido al aumento en la cantidad del moco cervical (estas variaciones no aparecen cuando se toman anticonceptivos orales)".

"El flujo debe ser blanquecino, no debe tener olor ni generar ardor o picazón. Todas las mujeres tienen flujo, pero la cantidad puede variar, incluso con la edad y según cada momento del ciclo menstrual", añadió.

La especialista dijo que "el microorganismo más importante de la flora es el Lactobacillus porque de él depende el equilibrio de la ecología vaginal" y agregó que "las células de la vagina en presencia de estrógenos generan glucógeno, que luego utilizarán los Lactobacillus para producir ácido láctico".

"Gracias a la producción de ácido láctico el pH (potencial de hidrógeno) de la vagina es menor a 4,5 (es decir, ácido), siendo éste uno de los principales mecanismos de defensa para impedir el crecimiento de otros microorganismos. Los Lactobacillus también liberan sustancias bactericidas e impiden que otros microorganismos se unan a las paredes vaginales", indicó Taquini.

¿Cómo varía el pH vaginal según cada edad?

Así como varían las hormonas en las distintas etapas de la vida, también lo hace el pH vaginal.

En la adolescencia la flora normal comienza a generar ácido láctico llevando el pH vaginal a un valor menor a 4. A su vez comienzan los períodos menstruales, proceso que aumenta el pH constituyendo un factor de riesgo para una infección. Así las adolescentes no sólo deben comprender tantísimas transformaciones corporales y emocionales que caracterizan este período de la vida, sino que también deben afrontar el desafío de aprender los cuidados en salud que conlleva el paso de niña a mujer.

En el embarazo, debido a los cambios hormonales que se suceden, el pH se vuelve más alcalino, comprometiendo la capa ácida. También existe un aumento del flujo venoso, un incremento de las secreciones vaginales, y una serie de cambios de piel y mucosas.

De esta manera, la mujer embarazada durante los nueve meses es más vulnerable a los microorganismos patógenos, siendo la infección vaginal una de las afecciones más frecuentes del embarazo.

Por este motivo es de suma importancia consultar ante cualquier cambio en el flujo vaginal, pues una infección constituye un factor de riesgo para estimular contracciones antes de tiempo.

Por último, en la posmenopausia, las hormonas caen generando diversos cambios en el cuerpo. Entre otros, aumenta el pH vaginal, la piel se vuelve más seca, y muy frecuentemente las mujeres padecen incontinencia urinaria, lo que irrita la piel. Por todo ello es que en este período y en cada etapa de la vida, la mujer debe prestar especial atención a la higiene de la región genital.

Recomendaciones:

1. No utilizar ropa ajustada ni sintética.

2. Utilizar preferentemente ropa de algodón

3. Realizar una higiene diaria con jabones adecuados con pH ácido favoreciendo la manutención del pH vaginal normal.

4. No realizar duchas vaginales.

5. Evitar la higiene insuficiente tanto como la excesiva, pues barrerá la flora normal, predisponiendo a infecciones.

6. Orinar antes y después de mantener relaciones sexuales, eliminando así mediante un mecanismo de barrido a los gérmenes que pudieran haberse traslocado de una región a otra.

7. No usar protectores diarios ni papel higiénico perfumado porque estos también pueden atentar contra la flora normal.

8. Utilizar tampones cuando sea estrictamente necesario, en el resto de los días del período menstrual utilizar protectores cambiándolos cada 4 – 6 horas. Durante esta se recomienda higienizarse dos veces al día.

9. El uso de antibióticos para otras entidades puede desarticular la flora vaginal normal, favoreciendo una infección. Si luego de la toma del mismo comienza con cambios en la cantidad, coloración u olor del flujo se debe consultar al ginecólogo.

10. En cuanto a la depilación, siempre es conveniente dejar el vello que se encuentra alrededor de los labios mayores e introito vaginal pues funciona como barrera frente a los microorganismos patógenos.

11. El semen tiene un pH alcalino, a diferencia del pH ácido del micro ambiente vaginal. Así la actividad sexual intensa sin el uso de un método de barrera puede alterar el pH y predisponer a una infección.

12. Lavarse las manos antes y después de ir al baño, limpiándose con el papel higiénico siempre de adelante hacia atrás, evitando contaminar así la región vaginal.

13. No utilizar talcos, desodorantes o aromatizantes en la región genital.

14. El estrés, la dieta inadecuada y aquellas enfermedades que afectan el sistema inmunitario (enfermedades oncológicas, autoinmunitarias, infección por HIV, diabetes, alteraciones nutricionales) también alteran la flora normal.