La incontinencia fecal infantil más conocida como encopresis, es una condición médica que se caracteriza por la ausencia del control en la defecación después de los cuatro años de edad. Afecta al 2 % de la población infantil. Es más frecuente en varones que en nenas.
“Los padres deben conocer que se asocia en la mayoría de los casos a situaciones emocionales si el paciente no presenta algún tipo de malformaciones anorectales, enfermedad de Hirschprung, mileomeningocele, u otras anomales. Según vemos en las consultas recibidas en el Centro de Incontinencia Urinaria y Fecal infantil del Hospital Italiano”, indicó Edurne Ormaechea, Uróloga infantil del Hospital Italiano a cargo del CIUFI (Centro de Incontinencia Urinaria y Fecal infantil).
Ormaechea señaló que “una de las causas más frecuente de la incontinencia fecal es el resultado de una constipación crónica. Debido a la acumulación de las heces fecales, se provoca el estiramiento excesivo de los tejidos del colon lo que hace que los nervios receptores no capten determinadas señales que deben enviar para que los músculos puedan contraerse expulsando los residuos del intestino sin que el niño lo pueda controlar”.
La especialista puso de relieve que "la alimentación es clave para evitar la constipación".
Según varios estudios, la constipación se produce debido a malos hábitos alimenticios en el hogar, como por ejemplo bajo o nulo consumo de fibras; ingerir cantidades excesivas de productos lácteos, chocolates y otros alimentos astringentes.
No obstante, no es condición para que se manifieste en todos los hogares donde existen estos hábitos de alimentación. Por lo que los médicos especialistas, señalan que este trastorno es producto no sólo de la constipación sino también a la falta de control de los esfínteres (los músculos circulares que cierran y abren un orificio natural) y de factores emocionales.
Según estudios médicos, la entrada a la escuela pueden resultar desencadenante de la incontinencia fecal. La integración al nuevo ambiente y comportamiento escolar en conjunto con el reducido tiempo que puede permanecer un niño en el baño de la escuela o el temor a ser visto por otros, podrían colaborar con la aparición de la condición.
Por otro lado, el ingreso a la escuela implica, de alguna manera una variación en el régimen de vida lo que hace que el niño permanezca más tiempo dentro del aula y limite la actividad física causando muchas veces constipación.
¿Qué pueden hacer los padres al respecto?
A continuación detallamos los pasos que son recomendables que los padres realicen:
· Muy importante consultar con el médico pediatra, en principio, para que éste proceda a ordenar los exámenes médicos necesarios para el niño. Éstos pueden incluir los rayos X del abdomen y el recto, análisis de laboratorio para descartar agentes bacterianos o parásitos, y la intolerancia a determinados alimentos.
· Reeducar al niño con relación al control del esfínter anal (en caso en que se haya diagnosticado incontinencia fecal)
· Crear en el niño un hábito en cuanto a ir al baño. Con este fin, se intentará que el niño evacué sus intestinos, dos veces al día, durante 10 minutos en períodos fijos.
· Consultar con el médico para que indique al niño una dieta estricta, rica en fibras (con la adición de algún aceite mineral o compuesto, que propicie la evacuación de los intestinos).
· Hablar el tema en la escuela, de la manera adecuada para que el niño no se vea expuesto, en especial, a la hora de manejar adecuadamente las reacciones de los restantes niños ante los accidentes y episodios de incontinencia. (Mas información en: www.pisenlacama.com.ar)
“El apoyo y la comprensión son necesarios para enfrentar la encopresis y no se olvide de consultar al médico para poder ayudar a su hijo de la mejor manera y la mas adecuada para él”, concluyó Ormaechea.