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Una planta autóctona podría combatir el Alzheimer
19 de abril de 2007
Científicos del Departamento de Farmacia de la Facultad de Ciencias Químicas encontraron en especies nativas sustancias químicas que tendrían efectos positivos en los procesos de memoria y aprendizaje. El hallazgo, aplicado in vitro y en animales, abre la puerta para futuros avances terapéuticos que permitan contrarrestar la grave patología.

El control de las enfermedades transmisibles y el desarrollo de nuevos medicamentos y métodos de diagnóstico aumentaron la esperanza de vida de la humanidad. Una de las consecuencias más preocupantes del envejecimiento de la población en la salud es la aparición y proliferación de patologías crónicas y degenerativas como el Alzheimer, que se estima afecta en Argentina a 400 mil personas. Actualmente, existen fármacos que permiten su tratamiento sintomático pero aún no se ha desarrollado una cura definitiva.

Desde hace varios años, en la Facultad de Ciencias Química de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) un grupo de científicos lleva a cabo una investigación para encontrar sustancias bioactivas en la flora autóctona, que permitan obtener compuestos contra esta dolencia e impedir los efectos colaterales de las actuales terapias.

Los especialistas del Departamento de Farmacia trabajan con la planta Huperzia saururus, más conocida como cola de quirquincho. Esta especie crece, entre otros lugares, en Sudamérica y, aunque es muy conocida por sus atributos afrodisíacos, en la medicina tradicional se le reconocen propiedades estimulantes de la memoria. "Este uso poco convencional nos llevó a estudiar sus componentes químicos, ya que no había investigaciones que justifiquen su incidencia sobre este proceso", explica Mariel Agnese, docente de ese Departamento y directora del trabajo. En el Laboratorio de Farmacognosia de esa unidad académica, donde se dedican a la investigación de la farmacología vegetal (Ver Medicamentos naturales), los científicos utilizaron muestras recogidas de las sierras cordobesas y separaron químicamente cada uno de sus componentes.

Así, descubrieron que la especie vegetal Huperzia saururus tenía alcaloides como principales constituyentes, sustancias químicas que se caracterizan por ejercer diferentes efectos farmacológicos. Entre algunos de ellos, estudios anteriores efectuados en distintos lugares del mundo, habían demostrado precisamente su influencia positiva en la memoria. "Practicamos extracciones y purificaciones de las partes aéreas de la planta hasta conseguir el extracto alcaloidal, hicimos ensayos en laboratorio y corroboramos su efecto mejorador sobre la transmisión sináptica", indica la doctora en Ciencias Químicas.

Según las pruebas in vitro e in vivo desarrolladas por los investigadores universitarios, ese extracto inhibe la acción de una enzima conocida con el nombre de acetilcolinesterasa, que entre otras áreas, se encuentra en las neuronas del hipocampo, en el cerebro. En condiciones normales, el traspaso de impulsos nerviosos de una neurona a otra es posible por la intervención de un compuesto neurotransmisor llamado acetilcolina, responsable de uno de los mecanismos de la memoria, cuyo efecto finaliza debido a la acción de una enzima (la acetilcolinesterasa). En personas mayores (de unos 65 años de edad) hay una disminución del número de células productoras de acetilcolina y, por lo tanto, menor transmisión del impulso nervioso. Esta situación está agravada en determinadas condiciones patológicas, como la enfermedad de Alzheimer. De allí la importancia en estos casos del efecto del extracto alcaloidal de inhibir la enzima, ya que permite que la acetilcolina ejerza su acción en la comunicación entre neuronas por más cantidad de tiempo, lo que ayuda a mejorar la memoria.

Según una nota publicada en el periódico Hoy la Universidad (www.hoylauniversidad.unc.edu.ar), de la Universidad Nacional de Córdoba, en el Departamento de Farmacia continúa el aislamiento de los alcaloides y las pruebas con cada uno de los componentes del extracto para verificar su efecto individual in vitro en el hipocampo de ratas. La experiencia in vivo demuestra hasta el momento que estas sustancias mejoran la retención de memoria en animales, pero falta completar exámenes y establecer especificaciones.

"Lo bueno de este trabajo es que no todos los compuestos obtenidos hasta ahora parecieran actuar a través del mismo mecanismo, es decir, inhibiendo la acetilcolinesterasa, lo que abre nuevas expectativas en la investigación futura. Tenemos que seguir estudiando la química de los alcaloides aislados y ensayarlos para conocer el impacto de cada uno y cómo influyen sobre la memoria, individualmente o en conjunto, dado que podría haber efectos sinérgicos. De esa forma, podremos detallar cuáles podrían servir para tratar el Alzheimer o para otros procesos, como el envejecimiento", apunta Agnese.

Pese a que los resultados obtenidos hasta ahora son alentadores, la científica advierte que el estudio está en etapa preliminar y no se pueden hacer afirmaciones concluyentes. "Para obtener un medicamento, hay que seguir trabajando con los compuestos que resulten más activos, superar varias etapas, implementar pruebas de toxicidad para determinar la dosis y luego llevar a cabo las fases preclínica y clínica", anota.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por destruir las células del cerebro y producir pérdida de memoria, confusión y cambios importantes en el funcionamiento de la mente que pueden derivar en demencia. Según la Asociación de Alzheimer estadounidense, entre el 5 y 8 por ciento de los mayores de 65 años contrae esta afección, cifra que se duplica cada cinco años. A cien años de que la enfermedad fuera identificada, se estima que en Estados Unidos hay 4,5 millones de afectados (los pronósticos indican que la cifra podría triplicarse en 2050), y en Argentina, 400 mil. La preocupación mundial por encontrar una cura lleva a que, actualmente, se ensayen más de una treintena de productos contra esta patología.

La investigación "Alcaloides en Huperzia Saururus. Actividad sobre memoria y aprendizaje" está financiada por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNC y se desarrolla en el Departamento de Farmacia de la Facultad de Ciencias Químicas. El estudio es una continuación y profundización del trabajo que sobre esta planta inició en los '60 el doctor Héctor Ramón Julini y continuó José Luis Cabrera. Actualmente, constituye el trabajo de tesis doctoral de Mariana Vallejo, e ntervienen, también, María Gabriela Ortega y José Luis Cabrera, todos integrantes del Imbiv. Además, se desarrolla en colaboración con el Departamento de Farmacología.

La obtención de nuevas drogas a partir de plantas es la finalidad del trabajo que realiza un equipo de científicos de la Facultad de Ciencias
Químicas. La búsqueda de fármacos naturales llevó a Mariel Agnese y a su colega, José Luis Cabrera, a identificar hace unos años propiedades medicinales inéditas en diversas hierbas de las sierras de Córdoba.

El descubrimiento les valió un reconocimiento del Senado de la Nación y fue publicado en reconocidas revistas científicas internacionales. Entre las especies locales, detectaron que algunas tienen propiedades anticoagulantes (Flaveria bidentis), que podría servir para el desarrollo de un medicamento antitrombótico; otras antimicrobianas (Dalea elegans), útiles para combatir las cepas resistentes a los antibióticos; y también antiinflamatorias y analgésicas (Acmela decumbens), usada para calmar el dolor de muelas. A partir de este primer descubrimiento, Agnese dirige actualmente la investigación sobre la Huperzia saururus y sus efectos sobre la memoria, una especie estudiada dentro de ese grupo de plantas autóctonas.