Tiroides: la glándula silenciosa
Tanto hombres como mujeres pueden padecer una deficiencia en esta glándula sin saberlo. Se estima que el 9.9% de la población padece algún trastorno tiroideo. Siendo más frecuente el aumento de tamaño de la glándula (Bocio difuso o nodular) y luego los trastornos del funcionamiento tiroideo. Dado que no existe forma de prevenirlo, se recomienda conocer los síntomas y visitar a un especialista para el correcto diagnóstico y tratamiento
10 de mayo de 2012
El 25 de mayo se celebra el Día Mundial de la Tiroides, una fecha para promover el conocimiento sobre la glándula tiroidea y difundir los avances en el tratamiento de los trastornos tiroideos que afectan a alrededor de 9.9 % de la población mundial, es decir, unos 700 millones de personas.
Laura Maffei, directora del Centro Médico Dra. Laura Maffei, explicó que "en los últimos años, el diagnóstico de enfermedades asociadas a la tiroides ha sido un tema recurrente en la consulta médica si bien aún son patologías subdiagnosticadas porque sus síntomas son desestimados o bien confundidos con manifestaciones de otro orden, por ejemplo, confundidos con el desgaste de la vida diaria (cansancio, constipación) hasta problemas psiquiátricos como depresión o ataques de pánico".
"Dado que no existe una forma de prevenir los trastornos tiroideos, la clave se encuentra en estar atentos a cambios en el equilibrio físico, trastornos en el humor, etc. y acudir a una consulta con un especialista", dijo Maffei.
La especialista señaló que la tiroides "es una glándula con forma de mariposa ubicada en el cuello, productora de hormonas que influyen en casi todas las células, tejidos y órganos del cuerpo. Su función está regulada por la hipófisis, otra glándula que se conoce también por el nombre de pituitaria y que se localiza en la cabeza".
"La tiroides regula el metabolismo del cuerpo (la tasa a la cual el cuerpo produce energía de los nutrientes y el oxígeno) y afecta a funciones críticas como el nivel de energía y el ritmo cardíaco por lo que si su actividad aumenta o disminuye, puede repercutir en un desequilibro del organismo. Los dos trastornos hormonales más conocidos derivados del mal funcionamiento de la glándula tiroidea(s) son el Hipotiroidismo y el Hipertiroidismo", dijo.
El hipotiroidismo es una disminución en la producción de hormonas tiroideas (triyodotironina o T3 4 y tiroxina o T4 3), deficiencia que puede ser o no congénita. Según donde se origina el trastorno se pueden clasificar en hipotiroidismos primarios, por falla en la glándula tiroides, y secundarios o terciarios por falla a nivel hipofisiario o hipotalámico, respectivamente.
Sus síntomas e inicio son inespecíficos: pueden tomarse como referencia el cansancio, aumento de peso, estreñimiento, intolerancia al frío, caída de cabello, perdida de embarazo en el primer trimestre, alteraciones menstruales.
Por su parte, el hipertiroidismo es provocado por un exceso de la función de la glándula tiroidea, lo que hace que segregue por demás hormonas tiroideas (T4 y T3). Como consecuencia, Este exceso de hormona tiroidea lleva a que el organismo sufra diversos trastornos como pérdida de peso, nerviosismo, taquicardia, dolores intestinales, náuseas, intolerancia al calor, pelo fino y quebradizo, insomnio y ansiedad, entre otras.
Como los síntomas son fácilmente confundibles con otras afecciones o padecimientos, es indispensable que la persona esté siempre atenta a cualquiera de ellos ya que son la forma en que el cuerpo se comunica, haciéndole saber que algo no está bien.
Para detectar el mal funcionamiento de la glándula, el especialista endocrinólogo solicitará simple análisis de sangre en el que evaluará los valores o dosajes hormonales del paciente y a su vez palpará la zona donde se encuentra la glándula tiroides.
En caso de observar alguna irregularidad, el diagnóstico puede complementarse con una ecografía de cuello para visualizar el estado de la glándula y si tiene o no nódulos.
"El tratamiento dependerá de la causa y de la gravedad de los síntomas. Puede abarcar desde el uso de medicamentos antitiroideos, al yodo radiactivo que tiene la capacidad de destruir la tiroides y detener la producción excesiva de hormonas; y se puede llegar incluso a la cirugía para extirpar la tiroides en casos de necesidad", concluyó la especialista.