Movimientos limitados después de un ACV
¿Cuáles son las claves del tratamiento para recuperar la movilidad y la calidad de vida tras un ACV?
5 de abril de 2012
El Accidente Cerebrovascular (ACV) se considera la segunda mayor causa de muerte en el mundo. Sus secuelas van desde pérdida de fuerza total o parcial (en un lado del cuerpo), falta de coordinación motora y trastornos del habla, deglutorios, visuales y/o en la memoria. A menudo, los pacientes quedan con limitaciones motrices, que podrán cambiar totalmente el curso de su vida si no son adecuadamente tratadas.
Quienes padecieron un accidente cerebrovascular requieren de un tratamiento personalizado para que su rehabilitación les permita reinsertarse en su rutina de vida diaria. En algunos casos, por ejemplo, los pacientes presentan una rigidez excesiva de los músculos principalmente en brazos y piernas (derivadas de la lesión en el sistema nervioso central). Ese cuadro conocido como espasticidad tiene características claras: el tono muscular aumenta cuando está en reposo y los músculos se contraen al realizar un movimiento.
¿Qué es lo que siente el paciente? Cuanto más intenta movilizar el brazo o la pierna afectada, más resistencia y endurecimiento presentan los músculos y, en algunos casos, presentan espasmos dolorosos espontáneos. Los síntomas varían de una contracción leve a una deformidad severa, que afecta a la movilidad, haciendo a los pacientes dependientes de la ayuda para actividades cotidianas como caminar, comer y vestirse.
Para dar respuesta a este cuadro tan limitante, cada vez más los especialistas recurren a las aplicaciones de BOTOX® (Onabotulinumtoxin A), con el propósito de optimizar el tratamiento y agilizar la recuperación de estas personas en conjunto con la fisioterapia.
“Después que pasa el ACV, viene la rehabilitación. Esta etapa dependerá del grado de compromiso en las áreas afectadas, que puede derivar en una rehabilitación motora, deglutoria (dificultad para tragar) o del lenguaje. En pacientes más graves, se suma la necesidad de la rehabilitación respiratoria. En el trascurso del tiempo, notamos que los pacientes desarrollan espasticidad, tienen mayor limitación de su movimiento y es necesario ayudarlos con medicación como BOTOX® (Onabotulinumtoxin A) para lograr una recuperación satisfactoria”, apuntó la Dra. Cristina Zurru, neuróloga y jefa de la Sección Cerebrovascular del Hospital Italiano.
¿Cuál es la ventaja del tratar con BOTOX® a pacientes con limitaciones motrices tras un ACV?
BOTOX® funciona como un relajante muscular focal y por lo tanto sus aplicaciones representan una de las principales ayudas para el trabajo del rehabilitador. “Se puede infiltrar en los músculos que sean necesarios. Es un complemento para la rehabilitación, pues ayuda a la relajación muscular, mejora los espasmos dolorosos y permite lograr objetivos de funcionalidad”, indicó Zurru.
“El efecto se empieza a notar a la semana, se mantiene aproximadamente por tres a cuatro meses y luego empieza a disminuir. En esos meses, es importante coordinar el trabajo con el médico fisiatra, kinesiólogo y/o terapista ocupacional para mejores resultados. Siempre se le explica al paciente que las infiltraciones nos van a ayudar con su movilidad. Y notamos la mejora no sólo en pacientes con problemas motores, sino también en algunos con problemas deglutorios muy marcados. En esos casos, la infiltración en las glándulas salivales disminuye la producción de saliva y mejora la deglución permitiendo una alimentación adecuada”, expresó la Dra. Zurru.
Considerado un aliado clave en la rehabilitación desde hace mas de 10 años, el tratamiento de la espasticidad con BOTOX® ha ido reemplazando gradualmente otras opciones terapéuticas, dado que ayuda a reducir sustancialmente el endurecimiento de los músculos comprometidos y facilita la higiene y la movilidad de los miembros afectados, permitiendo al paciente recuperar la calidad de vida y el retorno a sus actividades diarias en forma independiente.