Conciencia para mejorar la salud renal
La prevención de la enfermedad renal crónica –junto con la mayor conciencia solidaria en torno de la donación de órganos– es la llave para enfrentar un serio problema de salud pública que afecta a una de cada 9 personas adultas
2 de marzo de 2012
En etapas avanzadas de la enfermedad renal crónica resulta imprescindible el reemplazo de la función renal mediante el tratamiento dialítico (hemodiálisis o diálisis peritoneal) en espera (para los casos en que sea posible) de un trasplante renal. El trasplante, una excelente alternativa para muchos pacientes, requiere del acto solidario de la donación.
Una mayor conciencia en la población ha permitido que la Argentina se encuentre a la cabeza de América Latina en la donación de órganos para trasplante, cuyas cifras crecen año tras año. El crecimiento en la cantidad de donantes ha sido sostenido, y casi se ha duplicado la proporción de personas que estando en lista de espera consiguen que se les trasplante un riñón en menos de un año (11%).
Sin embargo, son más de 5.800 los argentinos que esperan recibir un trasplante. A su vez, ellos constituyen apenas alrededor de un 20% de la población en diálisis, que ascendía según registros oficiales a más de 26.000 a comienzos del 2012
La enfermedad renal crónica sigue siendo un tema preocupante en Argentina y en el mundo
“Es importante destacar –señala el doctor Felipe Inserra, médico nefrólogo a cargo del Programa de Salud Renal de Fresenius Medical Care Argentina–que la progresión de la enfermedad renal es controlable si se diagnostica tempranamente y se tratan adecuadamente los factores responsables del deterioro de la función renal, y por eso insistimos mucho en el otro elemento central del cuidado de la salud renal, que es la prevención y el manejo de los factores de riesgo”.
Para fortalecer la conciencia sobre este problema de salud pública, la Sociedad Internacional de Nefrología y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (ISN e IFKF, según sus siglas en inglés) celebran desde 2006 el Día Mundial del Riñón, el segundo jueves de marzo de cada año. Por eso, el próximo 8 de marzo, Fresenius Medical Care acompañará las acciones llevadas a cabo en todo el país por la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), bajo el lema “Riñones para la vida: dona, recibe”, y haciendo hincapié también en el otro aspecto central de la salud renal, que es la detección a tiempo y la prevención.
La fecha, en la que se realizan numerosas charlas para el público, actividades de capacitación, carreras y caminatas, consultas gratuitas para evaluación de los factores de riesgo y entrega de material educativo para el cuidado de la salud, ha cobrado importancia y jerarquía mundial como el esfuerzo más exitoso para la difusión de la conciencia sobre esta problemática que afecta casi a la décima parte de la población.
Por una solución integral
“En Argentina se hizo el primer trasplante de riñón en 1957, apenas un año después que las primeras operaciones de este tipo fueran realizadas en el mundo, y hoy, gracias al trabajo del INCUCAI y de las sociedades científicas, es el país de América Latina que cuenta con mayor cantidad de donantes, una cifra que viene creciendo año tras año”, destacó el doctor Roberto Tanús, docente de la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), presidente de la Sociedad Latinoamericana de Trasplantes de Órganos y responsable del área de Trasplantes en Fresenius. Los datos del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) indican que el país cuenta con 15,10 donantes de órganos por cada millón de habitantes.
Con estas cifras, indica el doctor Tanús, se logran realizar en el país unos 1.200 trasplantes de riñón anuales, una cifra récord a nivel latinoamericano. Aún así, reflexiona, “hay alrededor de 26.000 personas en tratamientos de sustitución por diálisis, y un 20 por ciento de ellas está en lista de espera para recibir un trasplante de riñón; de modo que si no hacemos mucho hincapié en la prevención de las causas de la enfermedad renal crónica sólo estaremos dando una respuesta muy parcial a esta seria problemática”.
Las estrategias de prevención a las que se refiere están relacionadas con el control de la presión arterial para mantener a raya la hipertensión (que además de ser el principal causante de ACV y un peligroso factor de riesgo cardíaco, es el principal factor de progresión de la insuficiencia renal crónica), la diabetes, la pérdida de proteínas por el riñón de causa variada, y los hábitos de vida, dentro de los cuales el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad son los que tiene el mayor peso.
Estos factores afectan la capacidad de filtración de los riñones de manera irreversible y silenciosa, por lo cual los especialistas de la SAN y de Fresenius Medical Care consideran fundamental la concientización de la población en torno del cuidado integral de su salud y del control permanente de esos marcadores clínicos.
“La nefroprotección –protección integral de la salud renal– consiste básicamente en prevenir el impacto de enfermedades sistémicas, principalmente de la hipertensión arterial y la diabetes, con herramientas como la dieta y fármacos específicos”, resume el doctor Pablo Raffaele, director del Centro de Nefrología y Diálisis Fresenius Medical Care - Fundación Favaloro. En la Fundación, además, se realizan anualmente alrededor de 70 trasplantes de riñón, algunos de ellos conjuntamente con el de otros órganos afectados, como el páncreas o el corazón. “Detectar precozmente la insuficiencia renal ayuda a evitar la llegada a estas instancias”, sintetiza Raffaele.
Para cuidar los riñones
Estos son los ocho consejos de la Fundación Mundial del Riñón (WKF) para contribuir con en el control de la salud renal:
1-Mantenerse en línea y activo. Caminar, correr o andar en bicicleta ayuda a mantener controlada la presión arterial, con lo cual disminuye el riesgo de progresión de la enfermedad renal crónica.
2-Mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre. Alrededor de la mitad de las personas con diabetes desarrollan algún grado de daño renal a causa de ella, por lo que es importante que, además de mantener a raya los niveles de glucosa en la sangre, se realicen regularmente los análisis de creatinina y proteinuria, que son los marcadores clínicos de la función renal. Esto puede ayudar al control de ambas condiciones crónicas.
3-Controlar regularmente la presión arterial. Muchos controlan su presión por temor a un ACV o a un infarto de miocardio, pero tal vez ignoran que la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para la enfermedad renal crónica. Los valores normales de presión sistólica y diastólica se hallan en 120 y 80 milímetros de mercurio respectivamente. Si los valores se remontan a 140/90, se incrementa el riesgo de daño renal, especialmente cuando a esos valores de presión se agregan altos niveles de glucosa o de colesterol, o una enfermedad cardiovascular.
4-Comer saludablemente y mantenerse en peso. Esto ayuda a controlar tanto la hipertensión, como la diabetes y otras condiciones ligadas a la salud renal. Bajar el consumo de sal: no más de una cucharadita pequeña de café (equivalente a 2 a 3 gramos de sal) por día , tratando a la vez de consumir menos comidas preprocesadas, incluyendo quesos,, embutidos y panificados, en las que el consumo de sal no se puede regular.
5-Hidratarse con agua. No existe un único acuerdo en cuanto a la cantidad exacta de agua que es necesario consumir diariamente, y además esta depende de la edad, el género, el volumen corporal, el clima y otros factores; pero en líneas generales se calcula que entre un litro y medio y dos litros por día es una cantidad apropiada. Esto colabora con la función depuradora de los riñones, que eliminan los excesos de sales, urea y toxinas. A las personas con antecedentes de litiasis (cálculos renales) se les recomienda incluso beber entre 2 y 3 litros diarios.
6-No fumar. Fumar disminuye el flujo de sangre hacia los riñones, lo cual de por sí dificulta la función de estos; y además, incrementa un 50% el riesgo de cáncer renal.
7-No tomar medicamentos sin consulta previa. Atención con la sobremedicación: se sabe que muchos antiinflamatorios no esteroides (como el conocido ibuprofeno, diclofenac y aspirina) pueden afectar a los riñones cuando son consumidos muy asiduamente. Si sólo se toman estas drogas esporádicamente, por períodos acotados o en casos de necesidad, todo está en orden; pero las personas que sufren de dolor crónico por problemas óseos o articulares, por ejemplo, conviene que consulten a su médico para evaluar otras alternativas.
8-Chequear periódicamente la función renal ante factores de riesgo. Las personas con hipertensión arterial, diabetes, obesidad, con enfermedad cardiovascular, con antecedentes en su famila de enfermedad renal crónica, o que hayan superado los 65 años deben controlar periódicamente sus valores de creatinina y proteinuria.