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27 de diciembre de 2024
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Por Leonardo Coscia
Cómo prevenir el cáncer genito-mamario
8 de julio de 2011
El cáncer genito-mamario constituye una de las principales preocupaciones en la salud de las mujeres. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2008 se registraron 460 mil defunciones por cáncer mamario en todo el mundo y cada año 500 mil mujeres se enferman de cáncer de cuello de útero.

En nuestro país, durante el 2009, el 35% de los 27 mil fallecimientos de mujeres argentinas producto de tumores malignos fueron por cáncer en mama, útero, ovario y vejiga urinaria.

En este sentido, la prevención y el diagnóstico precoz son las principales herramientas para afrontar esta problemática. De hecho y según un informe reciente de la OMS , se calcula que 3 de cada 10 defunciones por cáncer pudieron ser evitadas con una detección temprana y con adecuadas estrategias de prevención.

Prevención de Cáncer de Cuello Uterino
Según informó la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (SOGIBA), en Argentina, el cáncer de cuello uterino representa la tercera causa de mortalidad por tumores malignos en las mujeres. Anualmente se diagnostican 4.500 casos, de los cuales el 55% terminan en muerte de acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación (MSAL) correspondientes al 2009.

En su mayoría, el cáncer de cuello uterino es causado por el Virus de Papiloma Humano (HPV) contagiado a través de las relaciones sexuales. Si bien su incidencia es alta –se calcula que entre el 60 y el 80% de la población puede estar contagiada sin saberlo-, no significa que todas las mujeres que contraigan el virus vayan a desarrollar la enfermedad. Es aquí donde se encuentra la importancia de la prevención, un diagnóstico precoz y tratamientos eficientes.

SOGIBA indicó que los principales controles ginecológicos a tomar en cuenta son el Papanicolau (PAP), la colposcopía y la captura híbrida. El Pap es un procedimiento realizado una vez por año que permite diagnosticar infecciones vaginales comunes, infecciones por HPV y el propio cáncer de cuello uterino. Por su parte, la colposcopía es un estudio complementario al Pap que permite visualizar con mayor precisión lesiones benignas o malignas a nivel de cuello, vagina y vulva. Por último, la captura híbrida -obtenida por medio de una muestra citológica- indica la presencia o ausencia de virus tumorales.

Recientemente, se incorporó al Calendario Nacional de Vacunación la vacuna contra el HPV, la cual deberá ser administrada en tres dosis a todas las niñas de 11 años de edad. La vacuna previene contra el contagio de HPV, pero no evita el desarrollo del cáncer de cuello uterino por lo que se recomienda aplicarla en pacientes jóvenes que no hayan tenido relaciones sexuales.

Prevención de cáncer de mama
Asimismo, la entidad remarcó que en el país, el cáncer de mama es la principal causa de muerte por tumores malignos entre las mujeres. Durante 2009, más de 5 mil argentinas murieron por cáncer de mama y cada año 18 mil son diagnosticadas con la afección, de las cuales el 75% no presentaba ningún factor conocido de riesgo. De esta manera, su detección precoz se convierte en el principal instrumento para evitarla.

Los antecedentes familiares, el estilo de vida y los niveles hormonales elevados pueden aumentar las posibilidades de contraer cáncer de mama. Asimismo, la edad representa un factor de riesgo importante, sobre todo si se toma en cuenta que la incidencia de la afección casi se duplica a partir de los 55 años de edad, llegando a su pico más alto después de los 75 años donde se registran casi 2 mil fallecimientos según datos del Ministerio de Salud de la Nación.

Luego de un diagnóstico y tratamiento temprano, la tasa de sobrevida a 5 años es del 96%. Para la detección precoz, se recomienda la realización de un examen clínico mamario, el cual debe ser acompañado por una mamografía anual a partir de los 35 años. Aquellas mujeres con antecedentes familiares de la enfermedad deben extremar las medidas preventivas y realizar una mamografía 10 años antes de la edad de la aparición de la enfermedad en su familiar.

En la actualidad, el cáncer genito-mamario puede ser prevenido y superado gracias a los avances de la ciencia. Afortunadamente, sufrirlo hoy es una posibilidad, pero no una condena.