Los avances tecnológicos en el campo del diagnóstico por imágenes han desarrollado diferentes modalidades no invasivas o mínimamente invasivas para el estudio de las enfermedades cardiovasculares. La era digital no sólo ha disminuido el tamaño de los equipos de diagnóstico sino que también ha incrementado su velocidad y resolución.
Gracias a esta nueva tecnología es posible prevenir un mayor porcentaje de eventos cardiovasculares. De todas maneras el análisis de un profesional en la materia es indispensable”, para alcanzar el mejor diagnóstico y una correcta identificación de la enfermedad cardiovascular, asegura Ricardo Ronderos, Jefe del departamento de Imágenes Cardiovasculares del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
El diagnóstico en la etapa asintomática de la enfermedad cardiovascular, es decir antes de que haya manifestaciones de la misma, tiene carácter preventivo, y constituye uno de los pilares de éxito en su tratamiento. En la etapa clínica, cuando la enfermedad es manifiesta, la precisión diagnóstica y la posibilidad de control seriado constituyen un objetivo primordial. Hoy es posible detectar etapas muy precoces de la afectación ateroesclerotica de las arterias con un simple estudio de ultrasonido de los vasos del cuello, así como también se puede observar con exactitud la afectación de las arterias coronarias en forma incruenta con tomografía computada de múltiples cortes, o precisar el grado de enfermedad de la aorta torácica y abdominal combinando una resonancia magnética nuclear con un estudio de ecografía de la aorta abdominal.
El ultrasonido y la medicina nuclear ofrecen información complementaria que permite, además, hacer una evaluación de riesgo en el pronóstico de cada paciente. Por ejemplo, a la evidencia de enfermedad coronaria obtenida con TC multicorte, un eco de ejercicio o un SPECT nuclear agrega precisión a la evaluación del peligro que corre el corazón frente a dichas lesiones coronarias.
La combinación de más de una de las modalidades TC multicorte, ultrasonido (eco y Doppler vascular, cardíaco, en 3 y 4 dimensiones, de superficie o endoscópico), resonancia magnética, medicina nuclear (SPECT y PET), angiografía digital y ultrasonido intravascular, entre las técnicas invasivas, resulta imprescindible para arribar al diagnóstico y tratamiento más adecuado. Estas modalidades se agrupan e integran para su uso óptimo en términos de calidad diagnóstica y eficiencia económica.
En la etapa de enfermedad manifiesta, la complementación de estas diferentes técnicas de imágenes incruentas e invasivas resulta la forma ideal de evaluar los resultados de una intervención y el control de sus efectos en el tiempo. Por tal motivo el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires ha integrado por primera vez en Argentina un Departamento de Imágenes Cardiovasculares que asocia y complementa todas estas modalidades, incluyendo la eco cardiografía 3D en tiempo real, la tomografía por emisión de positrones (PET) y la TAC multicorte, las que se suman a otras técnicas habituales como el Doppler, el SPECT y la resonancia magnética.
El uso integrado y combinado de estas técnicas de diagnóstico, sumado a la alta calidad de técnicas invasivas como la angiografía digital, el ultrasonido intracoronario y el análisis de un cuerpo médico especializado, eleva el nivel de las prestaciones para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares tanto en presencia de enfermedad como en su prevención y diagnóstico temprano.