Por Leonardo Coscia
Es clave humanizar los tratamientos de fertilidad
24 de febrero de 2011
Abordar la infertilidad integralmente, desde sus dimensiones biológicas, moleculares, psicológicas y sociales se vuelve esencial para el éxito de cualquier tratamiento.
La infertilidad es una condición que debe ser abordada holísticamente. El movimiento holístico considera que el ser humano está compuesto por tres aspectos que interactúan entre sí: cuerpo, mente y espíritu.
Según esta filosofía, el entorno en que vivimos influye en cada una de estas tres áreas. Y, para ser un individuo sano, debemos encontrar el equilibrio en cada aspecto que rige nuestra vida.
Está demostrado que el estrés que atraviesan las parejas que recurren a un centro de reproducción asistida, modifica alguno o incluso todos los aspectos a los cuales nos referimos. A partir de aquí es vital responder de manera interdisciplinaria y más humana a las necesidades de las personas que transitan este proceso tan particular.
“Humanizar un tratamiento de fertilidad tiene que ver con que el trabajo en equipo logre que la pareja tenga menos conflictos para llevar adelante un régimen médico estricto como representa por ejemplo una Fecundación in Vitro. Lograr una buena comunicación con los médicos dándoles el tiempo necesario para entender sus dificultades sin quedarse con dudas, participar en las decisiones médicas respecto a su caso, haciéndolos sentir cómplices del médico y sus prescripciones. Ayudar a la pareja a hacer un cambio en la calidad de vida y facilitar el manejo del estrés, las expectativas y la ansiedad” explica Claudia Azar, Psicóloga de IVI.
Se vuelve indispensable que el equipo médico (médicos, enfermeras, secretarias, psicólogos) entienda estos preceptos y se preocupen por brindar a cada pareja un espacio personalizado y de contención: “Existen ya varias investigaciones en las que se demuestra que disminuyendo el número de estudios a realizar antes de los tratamientos y el tiempo entre ellos, se reduce el estrés y por lo tanto mejora la percepción de los pacientes lo cual hace que los resultados mejoren”, puntualiza Fernando Neuspiller, Director Médico del IVI.
“Los centros de reproducción deben crear para sus pacientes un ambiente cálido, de buena onda y contención tanto por el personal auxiliar como por los médicos: El reconocer a las personas por el nombre y su historia clínica, darles el tiempo que necesitan en la consulta, permitirles elegir y tomar sus decisiones. La contención siempre ayuda y refuerza la confianza” agrega Neuspiller.
La familiaridad y el trato cotidiano suman: “La importancia de que siempre te atienda un mismo médico y que no vaya variando de acuerdo a quién se encuentre en el consultorio ese día hace que los pacientes se sientan valorados y queridos, tener un soporte terapéutico desde la clínica para que el tránsito por ese camino sea menos estresante y doloroso reditúa serenidad para el paciente” lo cual lleva a mejorar los resultados y si el resultado fuera el no esperado este se acepta de una manera más equilibrada, concluye Azar.
Lo que relatan los profesionales se ve reflejado en la experiencia de Gabriela y Gabriel, pacientes de IVI Bs. As. Ellos están cursando la semana 11 de su embarazo tan deseado y nos cuentan: “Llegamos a IVI hace aproximadamente un año, con nuestros grandes deseos de ser padres pero también con la carga de 6 años de intensa búsqueda y resultados negativos.
En la primera consulta desplegamos nuestra gran cantidad de estudios previos, contamos nuestra historia con algunos detalles de los tratamientos anteriores y las nuevas expectativas. Nos escucharon con muchísima paciencia durante un largo rato y nos hicieron algunas preguntas acerca de diversos aspectos.
Lejos de profundizar en las limitaciones de nuestro caso y en los resultados anteriores, se focalizaron en la posibilidad de mejorar la respuesta y calidad de los ovocitos con un cambio importante en la medicación, una preparación previa a la estimulación y la elección del momento oportuno para iniciarlo. Concentrándose además en bajarnos el nivel de ansiedad para ir paso a paso y lograr así mayores posibilidades.
A partir de ese encuentro dejamos lo anterior atrás para abrir una nueva puerta y mirar el futuro desde una perspectiva diferente, permitiéndonos volver a tener una luz en un camino que venía resultándonos, hasta ese momento, un poco oscuro.
Iniciamos el tratamiento y los controles ecográficos en el consultorio. Ambos médicos siguieron con rigurosidad la evolución. Su buen humor, el respeto y la calidez que sentimos hicieron de cada encuentro una experiencia especialmente agradable. Salíamos del IVI con entusiasmo, ganas de hablar y un optimismo contagioso.
Llegamos a la aspiración con el apoyo de todo el cuerpo médico y especialmente de la psicóloga que es parte del equipo, quien nos acompañó incondicionalmente desde el comienzo de esta travesía y nos dio fuerza durante todo el proceso, estando a nuestro lado cada vez que la necesitamos, con sus palabras de aliento y su ternura.
El día de la transferencia se acercó además a hablar con nosotros la bióloga, que nos habló de los preembriones obtenidos y nos dio la tranquilidad de que habían sido tratados con mucho cuidado, respeto y profesionalidad.
Entre risas y lágrimas comenzamos la difícil etapa de la espera, llenos inevitablemente al mismo tiempo de miedo y emoción.
Estamos convencidos de que el clima de afecto y calidez que nos transmitieron desde las chicas de recepción hasta la enfermera y el equipo médico que además puso todo su profesionalismo y nos contuvo en cada etapa, fueron determinantes en el resultado e hicieron de todo el proceso una experiencia única, hermosa e intensa para nosotros, llena de sensaciones y optimismo.
Sentimos que cada integrante puso su conocimiento, profesionalismo y buena energía para lograrlo y nos cuesta mucho dejar el IVI para seguir nuestro camino”, concluyen conmovidos y felices.