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Por Leonardo Coscia
Hay que conocer la edad de las arterias
16 de abril de 2010
Conocer la edad de las arterias se convirtió en el nuevo factor clave para controlar la presión arterial y reducir el riesgo de infarto, Un análisis de la enzima cuyo descubrimiento mereció el último Premio Nobel permite conocer mejor la edad vascular, diferente de la edad cronológica.

Este factor posibilita un enfoque más personalizado para tratar la hipertensión, que actualmente sólo un 14% de los pacientes controla con éxito. Las últimas tendencias en investigación sugieren además que hombres y mujeres deberían tratar su presión de manera diferente.

Con tratamientos personalizados, diferenciados según el sexo y la edad del paciente -no tanto la edad cronológica del paciente, sino la edad arterial, marcada por el análisis de la enzima cuyo descubrimiento mereció el último Premio Nobel de Medicina- se logra un mejor control de la hipertensión arterial (HTA).

Algunos de los estudios que lo demuestran, entre muchas otras novedades, son presentados y discutidos en el XVII Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que se realiza hasta el sábado 17 de abril en el Sheraton Hotel & Towers de la ciudad de Buenos Aires, y al que asistirán importantes personalidades locales y del Exterior.

La HTA es la principal causa de accidente cerebro vascular (ACV) o infarto cerebral, y hace que silenciosa y sostenidamente se vayan deteriorando las arterias –con el consiguiente riesgo de infarto de miocardio–, la función vital de los riñones y, según se descubrió más recientemente, la función cognitiva, porque afecta al cerebro a través de imperceptibles microinfartos.

Se sabe que entre las principales causas modificables que la provocan están el sedentarismo, el tabaquismo, la obesidad, el alto consumo de sal, y que factores metabólicos como el colesterol o la diabetes empujan su aparición. También influyen la predisposición genética y hasta ciertas características de la personalidad. Hay una amplia gama de estrategias de tratamiento, pero actualmente sólo un 14% de los pacientes hipertensos logran mantener su presión en niveles que no les representen un riesgo significativo.

Nuevas investigaciones buscan, por lo tanto, descubrir factores que permitan mejorar esos resultados, dirigiendo los tratamientos más específicamente a las características de cada paciente. La edad arterial es un factor complejo que permite medir objetivamente cuán deterioradas están las arterias por causa de los factores de riesgo, en comparación con un cierto grado de deterioro natural correspondiente a la edad real del paciente.

El año pasado se demostró que conocer los niveles de la enzima telomerasa, medidos a través de un análisis genético de la sangre, permite aplicar fármacos específicos que controlan mejor la HTA y reducen el riesgo de infarto cardio y cerebrovascular.

“En esta área vamos sumando ladrillos de conocimiento que nos permiten llegar a los mejores tratamientos con los que mejorar el pronóstico de los pacientes con HTA”, subrayó el presidente del Congreso, doctor Daniel Suárez.

“Si bien el de la enfermedad aterosclerótica será el tema central, tenemos un temario muy amplio”, señaló a su vez el doctor Hernán Gómez Llambí, presidente de la SAHA, quien recordó que el control de la HTA es una especialidad muy amplia que involucra, entre otros, a cardiólogos, nefrólogos, diabetólogos, neurólogos y médicos generalistas.

El envejecimiento acelerado
“Los métodos basados en la genética son sin duda el futuro, aunque actualmente tenemos formas de medir el envejecimiento vascular acelerado”, señaló Gómez Llambí en referencia al análisis de la telomerasa, enzima que determina la capacidad de renovación de las células que se pierde con la edad, y cuya función en los cromosomas fue descubierta por los científicos Elizabeth Blackburn, Elizabeth Creider y Jack Szoztak, que recibieron el Premio Nobel en 2009.

La cardióloga Carol Kotliar, quien se referirá en el Congreso a este tema, explicó que en la actualidad hay tratamientos específicos para el fortalecimiento de las paredes arteriales, que aplicados adecuadamente según el índice de envejecimiento vascular prematuro (early vascular aging, o EVA), “está demostrado que permiten controlar mejor la HTA y que reducen el riesgo de infarto y de ACV”.

En la actualidad se detecta este deterioro prematuro de las arterias mediante la mecánica vascular, que incluye la evaluación de la rigidez, el grosor de las paredes arteriales, la función de sus tejidos y la detección de placas de ateroma, mediante técnicas como la ecografía Doppler aplicadas a las arterias carótida y femoral. Los pacientes con mayor deterioro reciben un tratamiento diferenciado:”, aseguró Kotliar.

¿Tratamiento diferente para ellas?
Por diferencias fisiológicas y hormonales, la HTA se manifiesta de maneras diferente en el hombre y en la mujer. Se sabe que los estrógenos tienen un efecto adicional protector de la vasculatura que las mantiene a ellas relativamente menos expuestas a las enfermedades cardiovasculares durante la edad fértil, pero que a partir de la menopausia –justamente cuando los niveles de estas hormonas femeninas caen– se incrementan notablemente la prevalencia de la hipertensión y otros factores de riesgo cardiovascular.

Luego de la menopausia la mujer puede incrementar los valores de presión arterial, pudiendo igualar o superar los valores del hombre a igual edad, advierte la doctora Judith Zilberman, cardióloga del Hospital Argerich y presidenta del Comité Científico del Congreso.

Zilberman, que preside además el Comité de Enfermedades Cardiovasculares de la Mujer Adulta de la Federación Argentina de Cardiología, explica que los estudios de investigacion desde hace tiempo estudian los diferentes mecanismos fisiopatológicos de las enfermedades cardiovasculares entre ambos sexos y al comportamiento de la presión arterial en las mujeres luego de la menopausia. Actualmente no existen estudios clínicos diseñados para evaluar la diferencia de efectividad del tratamiento antihipertensivo entre ambos sexos.

“El conocer acerca de las diferentes respuestas a los tratamientos antihipertensivos actuales en mujeres y varones sin duda mejoraría las estrategias de tratamiento y nos permitiría obtener una reducción mayor del riesgo, teniendo en cuenta las diferencias”, señaló la doctora. En el Congreso estará nuevamente presente la doctora Jane Reckelhoff, profesora de Fisiología y Biofísica del Centro Médico de la Universidad de Mississippi (EE.UU.), referente internacional en este tema, disertando sobre los mecanismos hipertensivos en las mujeres con síndrome de ovario poliquístico.

Los doctores Olga Páez y Guillermo Fabregues coordinarán una mesa redonda conjunta entre la SAHA y la American Physiological Society sobre la HTA en los diferentes períodos de la vida de la mujer.

Trastornos del sueño
Entre el 3 y el 7 por ciento de la población sufre pequeños despertares que ocurren de noche cortando el ciclo reparador del dormir. A estas apneas del sueño no se les daba tanta importancia hasta hace poco más de una década. Actualmente no sólo se estudia su impacto en la calidad de vida en general, sino además sus consecuencias sobre la salud cardiovascular, ya que es considerada un factor de riesgo independiente para la HTA y la enfermedad cardiovascular, especialmente cuando viene asociada con otros factores de riesgo: la edad, la obesidad, ser de sexo masculino (o la menopausia en el caso de las mujeres) y el abuso del tabaco y del alcohol.

El tema será tratado en conjunto con la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Los doctores Gustavo Caruso, Marcela Smurra y Daniel Pérez Chada se referirán a la problemática de los pacientes con apnea y desórdenes respiratorios, y el doctor Diego Fernández, del Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires, hablará del riesgo cardiovascular en los pacientes roncadores.

Si bien el roncar no necesariamente implica un riesgo de por sí, ciertas relaciones entre las personas roncadoras y la ocurrencia de HTA hacen que averiguar si el paciente ronca o no puede ser un dato importante para el especialista a la hora de elegir el tratamiento.

La importancia de prevenir
Muchos más temas se tratarán en este Congreso, entre ellos una retrospectiva de la utilidad del sistema renina-angiotensina, cuya sustancia activa la angiotensina fue descripta por primera vez en 1939 en la Argentina por el Dr. Eduardo Braun Menéndez junto con los Dres. Leloir, Fasciolo, Taquini y Muñoz. Una mesa redonda presidida por la doctora Nidia Basso, presidenta honoraria del Congreso, y con la presencia del invitado especial Dr. Thomas Unger, de Alemania, hará una retrospectiva de los avances en este terreno, que sentó las bases de los modernos tratamientos antihipertensivos con inhibidores de la enzima convertidora y bloqueantes del receptor de la angiotensina.

“La función renal está íntimamente relacionada con la HTA, porque esta una causa principal de deterioro de los riñones, un daño generalmente lento pero irreversible que puede llevar a la insuficiencia renal –explica el nefrólogo Felipe Inserra, quien el viernes 16 conducirá la mesa redonda sobre HTA y compromiso renal–, y a la vez hay un efecto recíproco, porque ese deterioro renal a la vez dificulta el control de la presión arterial y multiplica el riesgo cardiovascular.”

“Mediante el control de la presión arterial, la progresión de los daños renales y cognitivos se puede reducir, así como baja el riesgo de infartos de miocardio y cerebrovasculares; por eso es tan importante que cada persona conozca las medidas de prevención, que tienen que ver con el cuidado general de la salud, y que todos los médicos de atención primaria tengan el hábito de controlar la presión de sus pacientes”, sintetizó el doctor Suárez, presidente de este Congreso.

Se estima que unos 7 millones de argentinos parecen HTA. Conocer su carácter de hipertenso hace que la persona pueda tomar las medidas necesarias para mantener controlada su presión y así evitar los grandes riesgos que esta enfermedad implica. Mantenerse sin sobrepeso, dejar de fumar, hacer actividad física y consumir menos sal son medidas que a todo el mundo ayudan, pero el grado de riesgo y la forma más apropiada de controlar la presión dependen de las características de cada persona.

PARA PREVENIR O CONTROLAR LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL
* Medir la presión arterial periódicamente, especialmente después de los 40 años (hombres) o de los 45 (mujeres).
* Reducir el consumo de sal. Evitar el consumo de fiambres, embutidos ni preparados que contengan alta concentración de sal, cuyo efecto sobre la presión y el daño de los órganos es directo.
* Evitar el sobrepeso, y si existe bajar de peso.
* Evitar el sedentarismo haciendo actividad física de manera regular. Una caminata diaria de 40 minutos puede ser suficiente.
* Consumir una dieta variada, rica en frutas, verduras y fibras. Reducir la ingesta de grasas y no abusar del alcohol.
* Dejar de fumar y evitar el humo del cigarrillo.
* Mantener la glucemia bajo control si padece diabetes, ya que esta presenta riesgos asociados con la HTA.