Por Leonardo Coscia
Disestrés: cómo reconocer sus síntomas
12 de marzo de 2010
El estrés es una respuesta normal que tiene el ser humano de acuerdo con la interpretación y la evaluación consciente o inconsciente que realiza de una situación, dándole el significado de amenazante o perjudicial.
Es un mecanismo de defensa inherente a la herencia filogenética que se activa cada vez que se desorganiza el equilibrio del cuerpo; implica un proceso fisiológico.
Cuando esa situación de perturbación permanece en el tiempo, sin posibilidad de dar una respuesta satisfactoria, se produce el disestrés, que involucra una serie de mecanismos que pueden conducir a una enfermedad o agravar el curso de la misma.
Para María Cristina La Bruna, coordinadora de Psicopatología del Instituto Cardiovascular Buenos Aires (ICBA), reconocer los síntomas y/o signos que se pueden presentar en el disestrés permite alertar frente a los mismos y hacer una consulta médica en el momento oportuno.
"Esos síntomas y/o signos se producen porque durante el disestrés se segregan sustancias, fundamentalmente el cortisol y las catecolaminas (noradrenalina y adrenalina), que pueden causar enfermedad cardíaca: ateroesclerosis e hipertensión arterial", dijo La Bruna.
Además, la especialista destacó que también las mencionadas sustancias "pueden desencadenar enfermedades metabólicas como la diabetes, las dislipidemias o trastornos de los lípidos, enfermedades autoinmunes -con impacto, por ejemplo, a nivel tiroideo-".
"Todas estas patologías tienen repercusión en el aparato cardiovascular. Es probable que como consecuencia del disestrés se manifiesten cambios en las conductas de la alimentación con trastornos que involucran no sólo la cantidad sino la calidad de los alimentos. La incorporación de grasas e hidratos de carbono, el aumento en la ingesta de alcohol conducen a un incremento en la secreción de catecolaminas que también afectan el aparato cardiovascular", añadió.
Puede despertarse el hábito de fumar o incrementarse el número de cigarrillos, debido a que una persona con disestrés se siente muy angustiada y a veces recurre ilusoriamente a querer calmar su malestar fumando; pero lamentablemente lo que logra es segregar mayor cantidad de catecolaminas y como consecuencia de esto aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y a nivel sanguíneo elevar el LDL (colesterol malo), los triglicéridos y disminuir el HDL (colesterol bueno).
Las manifestaciones de labilidad emocional que ocasiona el disestrés generan cambios de conducta que repercuten en la vida familiar, laboral y social de una persona con el riesgo de padecer quiebre en los vínculos afectivos, inestabilidad económica.
El disestrés como proceso fisiopatológico conduce a diferentes enfermedades, por lo que el enfoque terapéutico debe abarcar la aplicación de intervenciones prácticas de prevención y no sólo de tratamientos cuando ya está instalado el problema.
En la Argentina hay indicios y evidencias de deterioro de la calidad de vida de la infancia y juventud:
* Horas frente a la computadora o al televisor con calidad de contenidos preocupantes.
* Deterioro de la alimentación con productos envasados con conservantes, que reemplazan a alimentos naturales
* Aumento en el consumo de tabaco, alcohol, drogas.
* Estímulos para romper el equilibrio de ciclos vitales para el cuerpo como el ritmo del sueño.
La consulta y el trabajo interdisciplinario no sólo implica el accionar del cardiólogo o del psicoterapeuta, también y como ejemplo, el maestro, el periodista, permiten esclarecer y arbitrar los diferentes recursos que puede tener el ser humano para realizar la prevención primaria y secundaria del disestrés, evitando enfermedades que se focalizan fundamentalmente en el aparato cardiovascular.
Al respecto, la Dra.La Bruna, estará brindando una charla abierta a la comunidad el día 8 de marzo: Disestrés: problemas clínicos y éticos ¿Podemos prevenirlo?¿Podemos curarlo? Fecha y horario: 8 de marzo – 18.45 hs.
Lugar: Auditorio ICBA- Blanco Encalada 1525 CABA