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Por Leonardo Coscia
Desnutrición: un problema para adultos mayores
24 de septiembre de 2009
Elevados costos económicos y sociales, aumento de la mortalidad, estadías hospitalarias más largas, mayores riesgos en la salud y disminución de la calidad de vida, son algunas de las complicaciones asociadas con la desnutrición. En la actualidad, lejos de ser una enfermedad distante, la desnutrición se ha convertido en un importante problema de salud pública. A pesar del beneficio de su diagnóstico y tratamiento a tiempo, se estima que una gran cantidad de pacientes desnutridos están sub-diagnosticados y sub-tratados.

Silvio Schraier, ex Presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, “es de suma importancia asesorar a las personas sobre el preservar una adecuada nutrición en todas las etapas de la vida. Al llegar a la tercera edad, debe continuarse con el consumo de las mismas fuentes de nutrientes que durante todo el transcurso de la vida, ya que no es normal ni saludable comer menos y estar más delgados a medida que se envejece”.

¿Envejecimiento = desnutrición?
Es importante tener en cuenta que si bien el proceso de envejecimiento no es causa de desnutrición en sí mismo, la misma es más prevalente en la población anciana. Esto se debe a la incidencia en este grupo etario de factores sociales, económicos y clínicos que influyen en la ingesta de alimentos y el propio estado nutricional.

Las proyecciones oficiales que coinciden con las realizadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indican que el 13 % de los argentinos tienen más de 60 años de edad, estimándose un incremento de la cifra en 10 puntos para el año 2.050, llegando al 25 % de la población. Se estima que para el año 2.020 la población de ancianos mayores de 80 años de edad, alcanzará al millón de personas en nuestro país, pudiendo estar los mismos en elevado riesgo de desnutrición.

“La pérdida de peso en una persona mayor de 60 años, no debe ser tomado como algo normal bajo ninguna circunstancia” afirmó el Dr. Isidoro Fainstein, ex Presidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría. “Si esto ocurre, es necesario realizar los chequeos y estudios correspondientes para que la persona pueda contar con los nutrientes claves para una buena calidad de vida”, concluyó.
Incidencia y prevalencia

Algunos grupos de pacientes son más vulnerables que otros a presentar síntomas de desnutrición, entre ellos: población de pacientes hospitalizados, pacientes con trastornos neurológicos y pacientes que padecen de cáncer.

En el caso de los pacientes hospitalizados, de acuerdo a un estudio de la Asociación Argentina de Nutrición Enteral y Parenteral (AANEP), en Argentina, el 47,3% de las personas hospitalizadas presenta algún grado de desnutrición de moderada a severa.
En el caso de los pacientes con trastornos neurológicos (entre los que se incluyen los pacientes con demencia y enfermedad de Alzheimer), se estima que más del 60 % de los mismos están desnutridos.

Entre los pacientes con cáncer, se dan frecuentemente estadios de desnutrición, pudiendo variar estas tasas de prevalencia de acuerdo al tamaño del tumor, estadío de la enfermedad y el tipo de tratamientos que se aplican.

Consecuencias médicas de la desnutrición
La desnutrición tiene efectos a largo plazo e influye en cada uno de los sistemas del cuerpo. Esto conduce a un aumento de la mortalidad, de la progresión de determinadas enfermedades, aumento de complicaciones, peor cicatrización de las heridas, predisposición a infecciones, reducción de la fuerza y una disminución de la calidad de vida.

Junto a las consecuencias clínicas y físicas, las consecuencias sociales y psicológicas también se hacen evidentes, entre ellas: depresión, disminución de interés en las interacciones sociales y cambios en el estado de ánimo.
Diagnóstico y tratamiento

El screening nutricional es el primer paso para identificar posibles o potenciales casos de riesgo nutricional. Esta evaluación, rápida y sencilla, permite identificar pacientes en riesgo de desnutrición con el principal objetivo de desarrollar un plan de tratamiento adecuado, afirmó el Dr. Schraier.

Hay muchos métodos para el tratamiento de la desnutrición y el aumento de la ingesta nutricional en los pacientes. Uno de ellos es el asesoramiento dietético y la manipulación de alimentos - a fin de fortificar aquellos para que contengan más energía y proteínas. A su vez, los suplementos orales y la alimentación por sonda también constituyen alternativas recomendables que han demostrado ser efectivas en la mejora del estado de los pacientes que lo requieran, concluyó el Dr. Fainstein.

Mantener un adecuado estado nutricional permite: atenuar la pérdida de peso, bajar la mortalidad, reducir el período de hospitalización, mejorar la movilidad, mejorar la función física y la función inmunológica, bajar la incidencia de infecciones y tasa de complicaciones, reducir el riesgo de desarrollo de úlceras por presión, mejorar la cicatrización de heridas y mejorar la salud física y mental, entre otros beneficios.

Con el objetivo de brindar información a los profesionales sobre la premisa de que la pérdida de peso sin razón no debe percibirse como una parte inevitable del proceso de envejecimiento, la división Medical de Nutricia-Bagó, anunció el inicio de la campaña informativa: “Nutriacción”, que tendrá por principal objetivo educar y generar conciencia sobre este estado nutricional que impacta significativamente en la salud y la calidad de vida de las personas.