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Por Leonardo Coscia
Importantes avances para lograr fertilidad
3 de septiembre de 2009
La medicina reproductiva intenta desde hace años encontrar respuestas a los interrogantes que plantea la falta de embarazo. Muchas de estas causas aún son desconocidas y es difícil predecir el grado de respuesta del ovario o la capacidad fecundante del espermatozoide, o por qué un embrión no se implanta o bien luego de hacerlo, un embarazo se detiene.

Sin embargo, recientemente han aparecido estudios que, si bien aún no se aplican en forma rutinaria, ayudan a plantear diagnósticos y a establecer diferentes tratamientos que pueden mejorar las posibilidades para lograr el embarazo deseado.

Ramiro Quintana, especialista en medicina reproductiva y preservación de la fertilidad, destacó que "desde el comienzo de la Fertilización Asistida, se ha intentado mediante diferentes estudios predecir la respuesta ovárica y saber con qué número de óvulos cuenta la paciente para poder medicarla en relación con esto". Según el especialista, se intentó con el dosaje de FSH-LH y estradiol; luego existieron tests para poner de manifiesto fallas ováricas ocultas; también el conteo de folículos en le ecografía ha querido brindar un diagnóstico preciso.

Sin embargo, continuó Quintana, "mujeres jóvenes varían sus niveles de FSH ciclo a ciclo y se hace difícil sacar conclusiones ciertas sobre la cantidad de óvulos con la que se cuenta para hacer un tratamiento de fertilidad asistida. El dosaje de una hormona llamada Hormona Antimülleriana (AMH) está demostrando una alta eficacia para diagnosticar con precisión la reserva ovárica".

El médico remarcó que esa hormona presenta la ventaja de poder ser "medida a través de un análisis de sangre que puede realizarse en cualquier momento del ciclo menstrual". Asimismo, la AMH juega un rol muy importante en la regulación del crecimiento de los folículos ováricos.

"La mujer produce AMH desde su nacimiento hasta la menopausia y, a medida que pasa el tiempo, sus niveles van disminuyendo, hecho que muestra la caída en la reserva ovárica", indicó.

Quintana ubicó en el otro extremo a los pacientes con Poliquistosis Ovárica, con un número mayor de folículos, tienen dosajes de AMH mucho más altos que las mujeres con reservas ováricas normales.

"El espermatozoide se conoce desde hace más trescientos años. Durante todo este tiempo, y mediante diferentes estudios, se ha intentado tanto valorar su capacidad para fertilizar un óvulo como resaltar su implicancia en la producción de un embrión que dé origen a un hijo sano", dijo.

En el espermograma, el número de espermatozoides, su concentración y su movilidad son informaciones básicas, pero desde hace tiempo la visualización y clasificación de los espermatozoides de acuerdo con su forma han adquirido una importancia fundamental. La información genética del espermatozoide es contenida en una molécula llamada ADN, por lo tanto que ésta no esté fraccionada o rota es fundamental para que el espermatozoide pueda fertilizar el óvulo. Saber el número de espermatozoides con ADN fragmentado en una muestra de semen es un hecho muy importante.

Para el especialista, a veces factores ambientales o tóxicos (tabaco, alcohol, drogas, etc.) hacen que un hombre tenga un alto número de espermatozoides con ADN fragmentado. "Para poder diagnosticar esta situación, se realiza un estudio llamado TUNEL que mide el porcentaje de fragmentación del ADN", añadió.

"En algunas situaciones, el óvulo puede mejorar los defectos del ADN del espermatozoide, pero a veces, por las condiciones técnicas, por la edad del óvulo o por el funcionamiento del mismo, esto no ocurre y así las posibilidades de un embrión o de un hijo sano pueden disminuir. Ante estas posibilidades, la realización del ICSI, es decir, inyectar un espermatozoide en el óvulo, puede ser insuficiente y se debe recurrir entonces a instrumental de mayor aumento para seleccionar mejor la forma del espermatozoide a inyectar y también a la realización de una técnica llamada Columnas de Anexina, donde los espermatozoides con ADN fragmentado se pegan a unas esferas especiales, permitiendo que los espermatozoides sanos pasen y sean ellos los seleccionadas para inyectar en el óvulo y dar así una mejor posibilidad para cumplir con el objetivo de la pareja", puntualizó.

El dosaje entonces de AMH en las mujeres y el TUNEL en el hombre adquiere una importancia fundamental, también siendo de utilidad en aquellos pacientes que realizaron o deben realizar tratamientos oncológicos, para valorar su posibilidad de fertilidad y establecer los métodos de preservación de la misma o los tratamientos indicados.