Por Leonardo Coscia
La mitad de los argentinos comen mal
21 de noviembre de 2008
La alimentación es un componente importante entre los factores que pueden causar enfermedades cardiovasculares (ECV), principal causa de muerte en nuestro país y en el mundo. Y, en la Argentina, dista bastante de ser ideal, ya que según datos de la
Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, por lo menos uno de cada dos argentinos incrementa su riesgo cardiovascular con la alimentación: el 49% de la población tiene sobrepeso y/u obesidad, el 45 por ciento agrega sal a las comidas, y el 35% consume pocas frutas y verduras, lo que predispone a afecciones como diabetes, hipertensión arterial y colesterol alto.
Las dos principales causas de muerte por ECV en el mundo son la enfermedad coronaria (50% atribuible a hipertensión y 20% al colesterol elevado), y la enfermedad cerebrovascular (60% por hipertensión y 20% por colesterol alto), según el Ministerio de Salud de la Nación. Por su parte, la obesidad y la diabetes son dos importantes factores de riesgo cardiovascular.
Es por ello que la Fundación Cardiológica Argentina, brazo hacia la comunidad de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), acaba de lanzar el libro “El sabor de la salud”, junto con XYZ Editora.
Esta publicación contiene más de 70 recetas de cocina saludables, elaboradas por 24 distinguidos chefs de nuestro país, e información médica y nutricional
elaborada por especialistas de la fundación. El objetivo es propiciar una alimentación sana que, además de ser buena para el corazón, resulte apetitosa para los paladares más exigentes.
Liliana Grinfeld, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina, comentó que “un estilo de vida poco saludable, vinculado a una mala nutrición (exceso de grasas saturadas, grasas trans y azúcares refinados, y de poca fibra) y al sedentarismo (falta de ejercicio), es uno de los principales causantes de enfermedades cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de las muertes prematuras por enfermedad cardíaca y stroke se prevendrían siguiendo una dieta
sana, haciendo actividad física regular y dejando el cigarrillo”.
Por su parte, Guillermo Fábregues, vicepresidente de esa entidad, afirmó que “en el ranking de las medidas preventivas de factores de riesgo cardiovascular, la alimentación ocupa uno de los primeros lugares. Una mala alimentación puede generar enfermedades, y una buena alimentación puede prevenirlas. Hoy día asistimos a una epidemia de obesidad, diabetes e hipertensión, y esto se debe fundamentalmente a una inadecuada alimentación y al Cómo elegir bien a la hora de comer
¿Qué hacemos mal?
• No tenemos tiempo para preparar las comidas (la mujer cada vez cocina menos)
• Comemos muy a menudo fuera del hogar (colegio, kiosco, trabajo, restaurantes), y en forma desorganizada
• No cumplimos con las cuatro comidas principales
• Miramos la TV durante la comida en lugar de dialogar en familia
• Elegimos alimentos en el supermercado, por su envase o su precio, no por sus beneficios nutricionales
• Compramos seguido alimentos como hamburguesas, salchichas, papas fritas, panchos, golosinas, gaseosas y snacks (ricos en grasas, azúcares refinados y sodio).
• Abusamos del microondas, de los productos congelados, del ‘fast food’ y del ‘delivery’ (en la ciudad de Buenos Aires, 77% de los hogares utilizan este servicio)
Qué tendríamos que hacer
• Aprender a cocinar con recetas saludables que se hacen en poco tiempo
• Al menos en el almuerzo o la cena, sentarnos a la mesa en familia
• Respetar las cuatro comidas básicas: desayuno, almuerzo, merienda y cena
• Elegir a los alimentos por sus propiedades nutricionales, no por su aspecto ni por su envase
• Incorporar mayor cantidad de fibras (frutas, verduras, cereales enteros, legumbres) a la dieta
• Preferir los alimentos descremados, sin azúcar agregada y libres de grasas trans
• Preferir especias y aderezos caseros antes que sal, ketchup, mayonesa y otras salsas ricas en sodio
• Elegir cortes de carne magros: pescados, cerdo, vacuno y pollo sin piel.
• Reducir el consumo de harinas blancas y reemplazarlo por productos integrales