Por Leonardo Coscia
Alimentos que ayudan al control del colesterol
15 de agosto de 2008
La alimentación tiene un rol central en el control de los niveles elevados de colesterol, e introduciendo ciertos cambios es posible lograr una reducción significativa que previene enfermedades cardiovasculares (ECV). Así lo afirmaron especialistas en cardiología y nutrición al referirse a la hipercolesterolemia, una problemática de salud muy extendida que origina el 33% de las enfermedades cardiovasculares (ECV), principal causa de muerte en el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2005 murieron en el mundo 7,6 millones de personas por infarto y otros 5,7 millones por accidente cerebrovascular. En la Argentina, hay 249,5 muertes anuales cada 100.000 habitantes por ECV, mientras que las enfermedades tumorales causan 147,5 y las de etiología infecciosa, 67,9. Además, el antecedente de infarto o ACV reduce la expectativa de vida 8 a 12 años.
El estudio INTERHEART, con más de 20.000 pacientes de 52 países de los 5 continentes, “demostró que en los pacientes con dislipidemia, el riesgo de infartarse es tres veces superior respecto de aquellos que no la padecen”, destacó el médico.
“En nuestro país, el número aproximado de personas aparentemente sanas con elevadas cifras de colesterol es mayor al 30%. La cifra de personas bajo el riesgo de eventos vasculares es claramente impresionante”, comentó el Dr. Ricardo Iglesias, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología y director académico del Departamento Cardiovascular del Sanatorio de la Trinidad Mitre.
“El tratamiento inicial se basa en cambiar el estilo de vida, combatir el sedentarismo y seguir una dieta saludable, rica en fibras, pobre en grasas, limitando la ingesta de azúcares refinados. Además, debe haber un amplio consumo de frutas, vegetales, granos enteros y pescado”, insistió el especialista.
En la actualidad se cuenta con nuevos alimentos que actúan directamente sobre el colesterol y contribuyen en gran medida a mejorar el perfil lipídico del paciente.
“Es importante conocer y utilizar aquellos nutrientes o fitoquímicos que poseen efecto reductor del colesterol”, destacó la Dra. Mónica Katz, médica especialista en nutrición y Co-directora de la Carrera de Especialista en Nutrición de la Universidad Favaloro. Entre ellos, “los fitosteroles han demostrado disminuir la absorción intestinal de colesterol, tanto de origen dietario como de origen endógeno (biliar)”, declaró la nutricionista. Están presentes en mínimas cantidades en los aceites vegetales, en las nueces, la palta y en productos lácteos enriquecidos o funcionales.
“La utilización de 2-3 g de fitosteroles diarios implica un efecto aditivo a las recomendaciones generales para el control de los valores de LDL, reduciéndolo aproximadamente 10%6. En este sentido, existen nuevos productos que se toman una vez al día de forma muy sencilla y que contienen la cantidad de fitosteroles necesaria para disminuir el colesterol”, anticipó Katz.
El colesterol es un lípido. En realidad es un esterol o alcohol insoluble en el plasma sanguíneo, por lo que debe ser transportado por lipoproteínas. Entre ellas se encuentran la lipoproteína de baja densidad o LDL y la lipoproteína de alta densidad o HDL.
El colesterol cumple varias funciones: compone las membranas celulares, estabiliza las células (en particular las neuronas y los nervios), forma hormonas como los estrógenos y la testosterona, y es precursor de la vitamina D.
El llamado colesterol “malo” es aquel transportado por la LDL. Cuando se encuentra en exceso, es decir más de 100 mg/dl, es promotor de “aterosclerosis”. Los principales factores que incrementan los valores de LDL son: las grasas saturadas, las grasas trans, el cigarrillo, la presión alta y la diabetes.
El llamado colesterol bueno, circula en cambio unido a la HDL, cuya función primordial es remover el exceso de LDL de la pared arterial. Valores mayores a 50 mg/dl son considerados protectores de la enfermedad cardíaca. La actividad física de 30 minutos o más al día y al menos 4 veces a la semana incrementa los niveles de esta lipoproteína protectora.
”Una dieta alta en grasas saturadas, más factores como el sedentarismo, el hipotiroidismo, la obesidad y la diabetes (de elevada prevalencia) y ciertos genes, incrementan los niveles de colesterol”, aclaró Katz.
Al respecto, indicó que “la dieta promedio contiene 35–40% de las calorías como grasas. Si bien no todas son malas para la salud, gran parte de ellas son saturadas y trans, que incrementan los ni-veles de colesterol LDL”.
Es por ello que debe evitarse o restringirse el consumo de grasas animales (contenidas en carne, pollo, lácteos). La grasa saturada en general incrementa los niveles de colesterol LDL. Puede ser de origen animal (manteca, tocino, crema leche) o vegetal (palma, coco). Por lo general es sólida a tem-peratura ambiente. Para combatir el colesterol lo ideal es consumir carnes magras o retirar toda la grasa visible y elegir lácteos descremados.
También deben evitarse las grasas trans o aceites hidrogenados, que en el pasado se consideraban saludables y hoy se sabe que no sólo incrementan el colesterol LDL, sino que además reducen el HDL. Gran cantidad de golosinas, panificados y galletitas en el mercado poseen aún grasas trans.