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Por Leonardo Coscia
Tos convulsa: padres son los principales transmisores
17 de julio de 2008
A pesar de que la vacunación contra esta enfermedad se brinda durante la primera infancia, la protección disminuye con el paso del tiempo, principalmente en la adolescencia y edad adulta. Debido a ello, son estos últimos grupos los que al volver a contraer la enfermedad, en muchos casos subdiagnosticados o asumidos como “bronquitis” o “tos persistente” sin pensar en coqueluche, la transfieren a los niños más pequeños.

El agente causal de la coqueluche – Bordetella pertussis- es extremadamente infectante (cerca del 90% de los contactos susceptibles de contraerla se contagian ante un contacto con una persona con esta enfermedad); y lo que resulta clave para la transmisión es que esta bacteria puede recuperarse de secreciones que han estado hasta 3 días en el ambiente.

En los últimos años los casos de tos convulsa o pertussis, se mantuvieron en aumento. Sólo en la Argentina, la incidencia de esta enfermedad aumentó en un 71% en el año 2003. Durante el año 2006, de acuerdo a los datos correspondientes a la Semana Epidemiológica (SE), los casos notificados sobrepasaron el Índice Epidémico establecido para coqueluche.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de 400.000 niños mueren al año a nivel mundial a causa de la tos convulsa, ocurriendo la mayoría de estas muertes en países en vías de desarrollo. El 87% de las muertes por tos convulsa, ocurren en lactantes menores de un año.

Para el doctor Pablo Bonvehí, Coordinador del Área Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología y Jefe de Infectología del CEMIC, “debido a que la respuesta inmune de la vacunación ni la enfermedad natural confieren inmunidad de por vida., es importante la vacunación de refuerzo cada diez años. Los adultos y adolescentes no deben omitir la vacunación, aun cuando ya han recibido la misma durante la infancia ya que son ellos el principal foco de transmisión hacia los niños más pequeños. En esta última población, la enfermedad puede llegar a ser fatal”.

La mayor tasa de mortalidad de esta enfermedad se presenta en niños entre los 4 y 6 meses de edad, siendo algunas de las causas o factores de esta situación condicionante, cuadros de bronquiolitis necrotizantes, neumonía primaria o secundaria, co-infección viral o bacteriana, hipertensión pulmonar y encefalopatia.

Las cifras de la enfermedad

- se producen 50 millones de casos anuales, de los cuales el 90% ocurren en países en desarrollo.
- se producen 400.000 muertes anuales relacionadas a pertussis.
- se contabilizan aproximadamente unas 300.000 muertes anuales en menores de 5 años de edad.

A diferencia de lo que ocurre con los niños pequeños, en los adultos, la enfermedad puede presentarse con escasos síntomas, o, manifestarse a través de tos prolongada (25% de casos en menos de 3 semanas) y presentar algunas complicaciones de la tos (25%), tales como vómitos, neumonía, fracturas costales y disminución de peso.

La incidencia de esta enfermedad ha aumentado tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo, producto principalmente de una disminución en las coberturas de refuerzo adecuadas – pero también a pesar del incremento de las mismas.


Estrategias contra la enfermedad – La estrategia de capullo
Existen distintas estrategias de inmunización contra la pertussis en adultos, las cuales tienen por objetivo fundamental disminuir la incidencia de la enfermedad en menores de 6 meses de vida. La vacunación universal de adolescentes y la estrategia de capullo o ambas en conjunto, constituyen las mejores medidas a tomar para revertir el crecimiento de esta enfermedad.

La estrategia de capullo, derivada del término en ingles“cocoon” (capullo = protección), busca proteger a los recién nacidos de la infección con pertussis a través de la administración de la vacuna de refuerzo (“booster”, en inglés) contra la difteria, tétanos y tos convulsa a sus padres y miembros del círculo familiar. De dicha forma, este grupo estará protegido contra la pertussis y ante la posible transmisión a los lactantes pequeños.

Esta vacunación de refuerzo, también se extiende hacia aquellos adultos en vínculo cercano con los menores, por ejemplo neonatólogos, pediatras, y maestras de jardines maternales o de infantes. La inmunización de refuerzo de rutina en adultos puede lograr la eliminación de la tos convulsa tanto en niños como en mayores.

Es importante resaltar que la tos convulsa es una enfermedad grave, fundamentalmente en niños menores de 6 meses de edad. La pérdida de inmunidad de la pertussis en adultos es la principal causa de la reemergencia en este grupo. Por lo tanto, éstos deben aplicarse cada diez años vacunas acelulares y combinadas con antígenos de difteria y tétanos, enfermedades para las cuales también se requieren dosis de refuerzo.

La enfermedad por pertusis, también conocida como tos convulsa o coqueluche, es una infección respiratoria altamente contagiosa provocada por la bacteria Bordetella pertussis cuya transmisión se produce de manera directa por contacto con la tos de pacientes sintomáticos. Por sus características, esta enfermedad es responsable de una significativa causa de morbilidad y mortalidad en países desarrollados y en vías de desarrollo.

Esta bacteria se transmite fácilmente a través de microgotas respiratorias, provocando tos seca, prolongada, con accesos y a menudo violenta (tos convulsa) así como infecciones respiratorias secundarias y complicaciones en el sistema nervioso central. Entre las complicaciones asociadas a la misma en los niños pequeños, se encuentran: bronconeumonías, hemorragias y daño cerebral. En los adultos, las complicaciones son generalmente más leves.