Por Leonardo Coscia
La evolución de Botox año por año
25 de mayo de 2007
El uso de la toxina botulínica Botox es considerado uno de los más revolucionarios métodos de rejuvenecimiento facial. Tras muchos años de experiencia en el área cosmética, su aplicación se consagra año tras año como una opción de tratamiento segura, simple, rápida y eficaz. El año pasado, sólo en la Argentina las aplicaciones de Botox subieron un 40 por ciento en su demanda y en Estados Unidos se registraron más de 3 millones de aplicaciones en 2006.
Estos resultados manifiestan el alto grado de satisfacción de los pacientes que se han aplicado esta toxina. Al comprobar que el efecto permite atenuar las líneas de expresión, los pacientes continúan reconociendo en Botox al procedimiento de elección.
“En veinte años de utilización y experiencia con el uso de Botox para arrugas faciales, se observan cambios importantes en la forma de aplicarlo”, comentó Claudia Albanese, Miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología. Actualmente la tendencia es evitar el “congelamiento” facial, las famosas caras planchadas o asustadas, priorizando las facciones naturales de la persona. En las primeras aplicaciones (1995), la frente muchas veces quedaba sin ninguna arruga y totalmente lisa, utilizándose ademàs mayores dosis del producto.
Otro avance es que el tratamiento es más personalizado y profesionalizado, impulsando la aplicación por parte de un médico habilitado y entrenado en la técnica de Botox. Si el médico conoce los deseos y las expectativas de su paciente, aumenta los niveles de satisfacción con respecto a las aplicaciones de esta toxina.
Técnica de aplicación y dosis de tratamiento
Botox relaja el músculo responsable de la formación de la arruga y su efecto es temporal. Luego de cuatro o seis meses de aplicado, los músculos recuperan la capacidad para contraerse, pero con un detalle: las arrugas futuras tendrán menor intensidad, ya que hubo un reposo de la musculatura con el uso del producto. De esta forma, se logran atenuar las arrugas existentes y prevenir la formación de otras nuevas. Por eso es importante señalar que la aplicación de la toxina botulínica debe considerarse un tratamiento a largo plazo que ofrece mejores efectos a través del tiempo.
La forma de aplicación de también se renovó. Por ejemplo, en la frente del rostro, con menos puntos de aplicación se logra mantener la naturalidad y valorar el movimiento de las cejas.
“No hay ‘receta’ ni dosis fija o estándar para el tratamiento. La edad, el tipo de piel, la fuerza muscular, los hábitos, las expresiones, son factores que el médico considera al momento de decidir cómo aplicar el producto y en qué dosis”, detalla Cristian Leonhardt, Cirujano Plástico, Miembro Titular de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Para lograr un procedimiento exitoso con resultados naturales, médico y paciente deben tener en cuenta estos cinco puntos:
1. Hay una dosis para cada persona, de acuerdo a las arrugas que presenta su rostro y las expectativas del paciente.
2. ¿Cómo es su expresión? La aplicación debe acompañar al paciente y a sus expresiones faciales, no modificar sus rasgos.
3. ¿Cómo es su anatomía facial? Es importante analizar las asimetrías del paciente como parte de la evaluación integral antes de realizar la aplicación.
4. ¿Cuál es su nivel de exposición al público y sus tareas diarias?
5. La prioridad es suavizar las arrugas! Y así evitar las caras tensionadas. Si se aplica la dosis adecuada, se logra mantener la expresión natural del rostro.
El manejo de las expectativas
El aumento constante de uso de Botox muestra la preferencia y gran aceptación de los pacientes frente a este procedimiento y sus resultados.
Cuando un paciente llega al consultorio, es importante:
- Hacer fotos pre y post-procedimiento
- Comentar al médico acerca de los resultados que espera obtener del tratamiento
- Hacer todas las preguntas al médico para ponerse de acuerdo acerca del mejor tratamiento según las expectativas