Por Leonardo Coscia
Los niños también padecen VIH
29 de noviembre de 2006
De acuerdo a las últimas cifras presentadas por la ONUSIDA, al conmemorarse el 1 de diciembre el día Mundial de la Lucha contra el Sida, de las 40,3 millones de personas que viven en el mundo con VIH, 2,3 millones son niños menores de 15 años. En el último año se registraron 700 mil nuevos casos de niños portadores, un promedio de 1.500 infectados por día en todo el mundo, 90 por ciento de los cuales viven en África.
De acuerdo a lo informado por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM), ese número podría reducirse si se tiene en cuenta que la gran mayoría de ellos adquirieron la enfermedad en el vientre materno, nacimiento ó etapa de lactancia, transmisión vertical (madre-hijo). Karina Iza, ginecóloga miembro del comité de desarrollo del CELSAM, explicó que con servicios de salud eficaces podrían impedirse 315 mil casos de VIH pediátricos anuales.
“Cuando una mujer embarazada tiene acceso a un diagnóstico temprano del VIH se pueden tomar medidas de prevención durante la gestación, el parto y la lactancia para evitar el paso del virus al bebé”, detalló la especialista.
En países de Europa y en Estados Unidos donde se llevan a cabo diagnósticos tempranos, menos del 2 por ciento de los niños de madres VIH positivas adquieren el virus. En caso contrario, el riesgo de ser infectado antes o durante el nacimiento es entre el 15 por ciento y el 25 por ciento, y si la madre lo amamanta hasta los 18 o 24 meses, ese riesgo aumenta entre un 30 y 45 por ciento. De contar con los recursos necesarios, muchos países podrían disminuir la transmisión madre-hijo entre un 2 por ciento y un 4 por ciento.
En Argentina, según datos oficiales, hay 2961 niños menores de 13 años con VIH, el 92 por ciento contrajo la enfermedad por transmisión vertical, el 7 por ciento de origen desconocido y el 1 por ciento por otras causas. En menor proporción, otras vías de infección en la infancia son el abuso sexual, las relaciones sexuales inseguras (principalmente entre adolescentes) y la transfusión de sangre infectada.
En el 2003, 14 millones de niños perdieron a uno o ambos padres a causa del SIDA. El 80 por ciento de ellos (11 millones) viven en el África subsahariana, 1.8 millones en Asia Oriental y el Pacífico, 330 mil en América Latina, 250 mil en el Caribe y 65 mil en África del Norte y Medio Oriente. De acuerdo al CELSAM, a medida que el SIDA siga cobrándose nuevas vidas, aumentará en los próximos años el número de huérfanos a causa de este mal, millones de niños crecerán sin el amor y el cuidado de sus padres, y se verán privados de los derechos mínimos de todo ser humano a tener una vivienda, alimentos, salud y educación.
“Lamentablemente la vulnerabilidad que presentan estos niños y sus familias, comienza ya con el diagnóstico de la enfermedad por parte de uno o ambos progenitores. Estos niños que deben adaptarse a esta nueva situación con un apoyo mínimo o nulo por parte del estado, son muchas veces víctimas de la explotación y el abuso. Sentimientos de rechazo, estigma y culpa se apoderan muchas veces de ellos”, comentó Iza.
En el año 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas pronunció la no discriminación, el disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos, mediante el fomento de una política activa y visible para terminar con el estigma de los niños y las niñas huérfanos y en situación de vulnerabilidad a causa del VIH/SIDA.
Entonces, es necesario preguntarse: ¿Podemos decir que se ha revertido la situación? ¿Podemos decir que se está trabajando para eliminar la discriminación sobre todas aquellas personas que hoy están padeciendo las dramáticas consecuencias de esta enfermedad?. Tres millones de personas fallecieron en el Mundo en el año 2005 a causa del SIDA, 20 por ciento de ellas eran niños menores de 15 años. El CELSAM consideró que si estas cifras no se revierten o al lo menos se detienen, el futuro de las sociedades se encuentra en estado de emergencia. “Los niños son y serán quienes tengan en sus manos el destino del mundo. Tenemos que luchar por ellos, las víctimas inocentes de esta enfermedad”, concluyó Iza.