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Por Leonardo Coscia
Autopsias virtuales: el futuro ya llegó
27 de septiembre de 2006
Ya nadie podrá llevarse secretos a la tumba porque la autopsia virtual es una nueva herramienta de gran utilidad para la medicina forense.

Complementa a la autopsia tradicional y su uso se extiende a pasos agigantados a nivel mundial, porque aporta datos en casos de homicidios y catástrofes y podría revolucionar las autopsias de riesgo.

La resonancia magnética de cuerpo entero, la tomografía computarizada y la espectroscopía parecen ser útiles no solo en el mundo de los vivos.

Hoy también son las herramientas con las que la medicina forense del primer mundo comienza a analizar digitalmente los cadáveres.

La autopsia virtual, también conocida como “virtopsia”, traza un mapa interno de la persona fallecida para visualizar los trastornos que la llevaron a la muerte.
La principal ventaja es que se respeta la integridad del cuerpo, algo sumamente importante para los familiares y para algunas religiones. Pero también se conserva en mejores condiciones al organismo y permite realizar posteriores análisis con frecuencia necesarios en la investigación criminalística.

El método se desarrolló y continúa perfeccionándose en la Universidad de Berna (Suiza) y comienza por el escaneo total de la superficie del cuerpo en tres dimensiones. Luego se explora a través de la tomografía axial computarizada y la resonancia magnética, a través de las cuales por ejemplo se pueden analizar complicadas fracturas, sobre todo en rostro y pelvis. Biopsias de invasión mínima proporcionan más información sobre el estado de los órganos y marcadores bioquímicos permiten determinar con gran exactitud el momento del deceso.

La angiografía postmortem hace visibles los vasos sanguíneos y de esta manera determina si se registraron hemorragias internas. Los datos obtenidos son almacenados digitalmente y consultados tantas veces como sea necesario.

Claro que el uso de estas sofisticadas herramientas en las autopsias es una meta a futuro y recién comenzó a desarrollarse en casos muy puntuales por ejemplo en la ciudad de Mar del Plata en la Argentina.

Pero la radiología convencional es sumamente útil y no se requiere de una alta tecnología para contribuir con la medicina forense desde el punto de vista tanatológico, ciencia que estudia las razones de la muerte.

El Poder Judicial de la Nación cuenta en la sala de autopsias de la Morgue Judicial con un equipo de rayos X. Su utilización en un cadáver sirve para determinar por ejemplo, la localización de un proyectil y resulta útil en la detección de lesiones en cadáveres putrefactos o carbonizados. También es utilizado en casos de catástrofes, como lo fue en el caso del accidente del avión de LAPA en 1999 o el atentado contra la AMIA en 1994.

La radiología también resulta una herramienta fundamental en los casos de abuso infantil, ya que se obtienen placas radiográficas a todos los niños pequeños en los casos de muerte dudosa.

Las placas se hacen previas a la autopsia, salvo ocasiones especiales para detectar lesiones internas de maltrato que pueden ser repetitivas en el tiempo y de distinta data.

En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, se tratan casos locales y federales, y las cifras oscilan entre las 3.000 y 3.400 autopsias médico legales por año.

En los casos que el cadáver ha fallecido por causa de homicidio, suicidio, accidente, muerte de causa dudosa o en caso de denuncias de mala praxis interviene un Juez que esta a cargo de la causa , es quien ordena la realización de la autopsia medico legal. En el ámbito hospitalario la situación es diferente ya que se requiere el consentimiento de un familiar para la realización de la autopsia clínica.

El objetivo de la autopsia medico legal consiste en que un médico experto (legista o forense) como auxiliar de la Justicia, pueda brindar a través de su conocimiento científico un fundamental elemento de prueba al juez interviniente en la causa.

Por otra parte, la autopsia anátomo clínica (que se lleva a cabo en hospitales) y que no está relacionada con una causa delictiva tiene por objetivo brindar al equipo medico elementos científicos que permiten establecer la relación entre los hallazgos clínicos y los anátomo patológicos contribuyendo de esta manera al progreso de la ciencia médica.

En casos de catástrofes:
En el despiste del Boeing 737 de LAPA y en el atentado de la AMIA, ya sea por la acción del fuego o por la explosión , los forenses se toparon con serias dificultades para la identificación de los cadáveres y restos. Las huellas dactiloscópicas, el reconocimiento de la fisonomía, la odontología, el ADN y la radiología tienen en éstos casos su aporte para reestablecer la identificación de las víctimas.

El cotejo radiológico postmorten comparado con datos premorten que aportan familiares resulta fundamental para la identificación de cadáveres.

En esos casos no se requiere de una alta tecnología, como sí sería conveniente en otras situaciones. Allí es cuando interviene la revolucionaria “virtopsia”.

La técnica de autopsia virtual tiene especial relevancia en aquellas autopsias de “alto riesgo” como la que se realiza a personas fallecidas por virus hemorrágicos como el ébola o en casos de atentados con gases tóxicos donde el abrir el cuerpo puede poner en peligro la vida de los forenses y del equipo de profesionales que interviene en la autopsia.

Sin embargo, los expertos consideran que esa tecnología no va a reemplazar la autopsia tradicional, sino que será una herramienta complementaria.

Por ejemplo el diagnóstico por imágenes no va a reemplazar la evaluación realizada por el médico tanatólogo, el examen químico o el toxicológico; la autopsia virtual no identifica la estricnina, el cianuro o el alcohol.

Las nuevas técnicas cómo la tomografía o la resonancia magnética serán muy importantes en el futuro para lo que es la anatomía patológica y la tanatología. Siempre la nueva tecnología redunda en innumerables beneficios, pero como toda ciencia compleja -y la medicina lo es en sumo grado- las técnicas son siempre complementarias y permiten perfeccionar los diagnósticos pero nunca sustituirán al ser humano en la interpretación de los hechos y en la confección del diagnóstico definitivo.