Descansar poco favorece el aumento de peso y el incremento del Índice de Masa Corporal. Por eso es uno de los puntos más importantes para el mantenimioento de un buen estado de salud. Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que durmiendo sólo una hora más, las posibilidades de ganar kilos se reducen entre 30 y 36 por ciento.
El estudio fue realizado por profesionales de la Universidad Northwestern de Illinois y destacó que entre los cinco y doce años es recomendable dormir de diez a once horas diarias. Si bien en general se cree que dormir mucho incrementa las posibilidades de ganar kilos debido a que se trata de una actividad sedentaria, Emily Snell, directora de la investigación de la cual participaron 2.281 niños norteamericanos y cuyas conclusiones forman parte de la reciente edición de la publicación Child Development, señaló que, por el contrario, “en el caso de los chicos y los adolescentes, pudimos determinar que en un lapso de cinco años, aquellos que no duermen la cantidad de horas necesaria para recuperarse, presentan mayores posibilidades de engordar que los que descansan más”.
Según publicó la agencia de noticias Pro Salud News, de acuerdo con la eniendo experiencia de los neurofisiólogos, la regulación del descanso ejercida por el sistema nervioso autónomo, que se pone en funcionamiento durante el sueño profundo, debe mantener un equilibrio. En caso de que éste se altere, la localización central de grasa, entre otros mecanismos, puede verse favorecida.
En este sentido, Daniel Cardinali, médico neurólogo y profesor titular de la Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que “este tema es muy actual porque cada vez se vincula más la falta de sueño con el desarrollo del llamado Síndrome Metabólico (SM)”.
“Hay estudios epidemiológicos muy importantes que establecen un nexo entre algo que es un hecho: que la población duerme actualmente un promedio de dos horas menos que en la década del 60, y el desequilibro hormonal que se produce cuando el organismo no descansa lo suficiente”, dijo el médico.
Cardinali, quién también se desempeña como investigador superior del CONICET, destacó que “estar más horas despiertos provoca la actividad de las hormonas que favorecen el apetito, que trabajan durante el día, imposibilitando la acción de aquellas que lo inhiben y suelen activarse en la noche. Este desbarajuste, sumado al sedentarismo imperante son dos de las causas más importantes del desarrollo del SM. Cuando la programación fisiológica que impone un descanso promedio de ocho horas se modifica, comienzan a surgir problemas que repercuten en diversos niveles del organismo”.
“A través del relevamiento que se prolongó por cinco años e incluyó niños de entre tres y doce años, establecimos que durmiendo sólo una hora más, las posibilidades de engordar se reducen entre 30 y 36 por ciento de los tres años de edad y hasta los ocho; mientras que entre los más grandes la cifra ascendió al 34 por ciento”, detalló, por su parte, Snell.
Los especialistas recomendaron que los niños de entre 5 y 12 años deberían dormir entre diez y once horas diarias, mientras que, en el caso de los adolescentes, es recomendable que dediquen un promedio de ocho horas por noche al descanso. Aunque a lo largo de la investigación no fue posible realizar una declaración concreta sobre la causa de la asociación entre las horas de sueño y descanso y el sobrepeso, los científicos integrantes del equipo de la doctora Snell destacaron la importancia de que los chicos puedan aprovechar los fines de semana para descansar y dormir un tiempo más.
También es importante evitar que los chicos pasen muchas horas despiertos a fin de prevenir que estén comiendo hasta altas horas de la noche, sin ningún orden y sin que exista la posibilidad de que los padres controlen qué tipos de alimentos están ingiriendo. Por otro lado, es posible que el permanecer despiertos y activos favorezca la actividad de las hormonas que regulan el apetito y las ansias de comer.
Finalmente, al estar cansados, es probable que los chicos y, especialmente los adolescentes, no sientan deseos de realizar actividad física, con lo cual en un tiempo no muy prolongado, pueden aumentar de peso e incrementar su Índice de Masa Corporal (IMC).
“Dejando de lado la cuestión del sobrepeso, es importante que los chicos se mantengan en línea porque existe, en el ámbito científico, notada evidencia de que dormir poco afecta la capacidad cognitiva de los chicos y su potencialidad de estar lúcidos para aprender nuevas cosas en la escuela y disfrutar de su tiempo libre”, concluyó la líder del estudio.