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Por Leonardo Coscia
Asma: cifras que preocupan
20 de julio de 2006
El asma afecta a tres millones de argentinos y provoca entre 500 y 700 muertes anuales. Pero lo preocupante es que el 70 por ciento de las personas afectadas no recibe tratamiento médico o no se trata de manera correcta.

El asma es un trastorno inflamatorio crónico de las vías aéreas, cuyos síntomas principales son sibilancias, falta de aire, opresión torácica y tos, en especial por la noche y/o por la mañana temprano. Estos síntomas se asocian habitualmente con limitación del flujo de aire, extensa pero variable, que es reversible, por lo menos en parte, ya sea espontáneamente o con tratamiento.

Esta enfermedad se produce por la broncobstrucción y la inflamación de la vía aérea. Actualmente la enfermedad se cobra 1 de cada 250 muertes que ocurren en el planeta.

Un novedoso "autotest" para determinar si el asma está bien controlada demostró que el 70 por ciento de los afectados por esta enfermedad no se trata o no lo hace de la manera correcta. Así lo destacó un trabajo realizado recientemente por el Hospital de Clínicas y el Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias (Cidea) durante la última Semana del Asma en 675 pacientes. Este trabajo es más sensible que la espirometría, aunque no la reemplaza, sino que la complementa.

Además, otro estudio, denominado Airla, realizado en once mil pacientes de América latina, y publicado en la revista de la Organización Panamericana de la Salud, llega a la conclusión de que sólo el 2,4 por ciento de los pacientes logra el control de la enfermedad.

"No estamos brindando a nuestros enfermos una vida libre de síntomas. Por bajas expectativas de los médicos y de los pacientes, por falta de guías precisas y un objetivo común", afirmó Ricardo Gené, jefe de Medicina Respiratoria del Hospital de Clínicas.

Por su parte, Eduardo Giugno, médico del Hospital Cetrangolo, destacó que "control no es igual a gravedad " y añadió que "un error habitual es confundir asma bien controlada con asma leve y mal controlada, con grave".

"Puede haber asma grave y bien controlada, o asma leve mal controlada. Eso hace que muchas veces un paciente con asma leve termine en una sala de emergencia", sintetizó Giugno.

Los especialistas pusieron de relieve que las guías con que se contaba hasta ahora -como las establecidas por la Iniciativa Global contra el Asma (GINA, según su sigla en inglés)- contenían apreciaciones muy vagas que no permitían definir con exactitud el grado de control de la enfermedad que ejercía cada paciente. Por tal motivo, desde el año pasado, los médicos están empleando una nueva herramienta que consta en una prueba autoadministrada, simple, práctica, significativa, aplicable por pacientes, médicos e investigadores, que refleja el control a largo plazo y responde a los cambios en el tratamiento.

Este autotest, denominado ACT según su sigla en inglés (Asthma Control Test) consiste en cinco preguntas cuyas respuestas admiten diferentes puntajes y puede administrarse desde los 12 años en adelante, y debe hacerse sin que el médico intervenga.

El puntaje final reflejará el grado de control del cuadro clínico. "Permite saber si el paciente está con el asma controlada, necesita una consulta o tiene que iniciar un tratamiento", enfatizó Anahí Yáñez, directora de Cidea.

En tanto, Gené remarcó que "el ACT puede demostrar la existencia de un control inadecuado de manera sencilla y rápida, lo que podría generar cambios en las conductas terapéuticas que incidan favorablemente en un mejor manejo de la enfermedad".

El reciente estudio del Clínicas reveló que la prueba mostró que entre los que alcanzaban un puntaje alto sólo el 8 por ciento había tenido internaciones, pero entre los que alcanzaban puntajes bajos, ese número alcanzaba al 60 por ciento. Si bien los médicos consideraron que esta prueba es incluso más sensible que la espirometría, aclararon que "sólo mide el control y no se utiliza para el diagnóstico".

"Son complementarias. "El control sólo se logrará si existe una sociedad entre el médico y el paciente, que debe saber que el asma puede controlarse", aclaró Hugo Neffen, presidente de la Asociación Internacional de Asma.