27 de diciembre de 2024
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Por Leonardo Coscia
20 mil niños por año hospitalizados por rotavirus
12 de mayo de 2006
Alredededor de 20 mil niños son hospitalizados anualmente en Argentina, a raíz de la diarrea causada por el rotavirus, enfermedad infecciosa que además causa en el país la muerte de un niño cada tres días.
El rotavirus produce una infección intestinal, origen de la diarrea severa en los niños que provoca además vómito explosivo y deshidratación que conlleva a una importante morbi-mortalidad en el lactante. Un niño puede presentar de 10 a 20 episodios de diarrea en un día.
Ante esta amenaza, la aplicación de una nueva vacuna contra el rotavirus generó nuevas esperanzas en la comunidad médica, luego de ser autorizada su comercialización en Argentina por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en marzo último.
La vacuna, de uso oral, es la primera de origen humano con virus vivos atenuados, disponible en el mercado. Ofrece protección del 100 por ciento de los episodios más graves de diarrea infantil por rotavirus, responsables de ocasionar cuadros de deshidratación, que en algunos casos pueden conllevar a la muerte.
Durante su visita al país para participar de un simposio, Roger Glass, médico del Grupo de Gastroenteritis Viral del Centro de Control de Enfermedades y Prevención (CDC) de Estados Unidos destacó la importancia de la vacuna, ya que su realización llevó varios años de investigación y de un amplio estudio multicéntrico realizado a 60 mil niños en todo el mundo.
"Ante esta enfermedad, que lamentablemente no es muy conocida, tenemos un nuevo método muy importante para su prevención. Por suerte contamos con una vacuna contra el rotavirus. 2006 es el año del rotavirus. Comenzamos con muy buenas noticias y una amplia difusión de la enfermedad, así como la aprobación de las vacunas en distintos países”, aseguró Glass.
Tal como afirmó el médico estadounidense, 1.500 niños mueren por día en todo el mundo a causa de la diarrea por rotavirus. En la Argentina se estima que se internan cerca de 20.000 niños por año a consecuencia de la infección con este virus y un niño muere cada tres días a causa de la enfermedad.
En los países en desarrollo, el índice de infección y mortalidad por esta condición es altísimo. Se estima que todos los niños tendrán infecciones por rotavirus antes de que cumplan los 5 años de edad y aproximadamente uno de cada 250 niños morirá por esta razón.
La Organización Mundial de la Salud declaró que una vacuna contra el rotavirus es la estrategia más importante para el control y la prevención de la infección intestinal, y de hecho, es la única medida de control con probabilidad de tener un impacto significativo en la incidencia mundial de la diarrea infantil por rotavirus.
Sin embargo, si un niño padeciera la enfermedad la única medida para prevenir las internaciones es su adecuada rehidratación.
Entre los líquidos recomendados para rehidratar a un lactante con diarrea se encuentran la leche materna y las sales de hidratación oral.
Por otra parte, los niños con vómitos explosivos y diarrea sufren una pérdida de peso que puede provocarle una rápida desnutrición. Por lo tanto, una alimentación adecuada, junto a la hidratación, es fundamental para que el niño se recupere.
El rotavirus produce una infección intestinal, origen de la diarrea severa en los niños que provoca además vómito explosivo y deshidratación que conlleva a una importante morbi-mortalidad en el lactante. Un niño puede presentar de 10 a 20 episodios de diarrea en un día.
Ante esta amenaza, la aplicación de una nueva vacuna contra el rotavirus generó nuevas esperanzas en la comunidad médica, luego de ser autorizada su comercialización en Argentina por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en marzo último.
La vacuna, de uso oral, es la primera de origen humano con virus vivos atenuados, disponible en el mercado. Ofrece protección del 100 por ciento de los episodios más graves de diarrea infantil por rotavirus, responsables de ocasionar cuadros de deshidratación, que en algunos casos pueden conllevar a la muerte.
Durante su visita al país para participar de un simposio, Roger Glass, médico del Grupo de Gastroenteritis Viral del Centro de Control de Enfermedades y Prevención (CDC) de Estados Unidos destacó la importancia de la vacuna, ya que su realización llevó varios años de investigación y de un amplio estudio multicéntrico realizado a 60 mil niños en todo el mundo.
"Ante esta enfermedad, que lamentablemente no es muy conocida, tenemos un nuevo método muy importante para su prevención. Por suerte contamos con una vacuna contra el rotavirus. 2006 es el año del rotavirus. Comenzamos con muy buenas noticias y una amplia difusión de la enfermedad, así como la aprobación de las vacunas en distintos países”, aseguró Glass.
Tal como afirmó el médico estadounidense, 1.500 niños mueren por día en todo el mundo a causa de la diarrea por rotavirus. En la Argentina se estima que se internan cerca de 20.000 niños por año a consecuencia de la infección con este virus y un niño muere cada tres días a causa de la enfermedad.
En los países en desarrollo, el índice de infección y mortalidad por esta condición es altísimo. Se estima que todos los niños tendrán infecciones por rotavirus antes de que cumplan los 5 años de edad y aproximadamente uno de cada 250 niños morirá por esta razón.
La Organización Mundial de la Salud declaró que una vacuna contra el rotavirus es la estrategia más importante para el control y la prevención de la infección intestinal, y de hecho, es la única medida de control con probabilidad de tener un impacto significativo en la incidencia mundial de la diarrea infantil por rotavirus.
Sin embargo, si un niño padeciera la enfermedad la única medida para prevenir las internaciones es su adecuada rehidratación.
Entre los líquidos recomendados para rehidratar a un lactante con diarrea se encuentran la leche materna y las sales de hidratación oral.
Por otra parte, los niños con vómitos explosivos y diarrea sufren una pérdida de peso que puede provocarle una rápida desnutrición. Por lo tanto, una alimentación adecuada, junto a la hidratación, es fundamental para que el niño se recupere.