¿Atreverse o no atreverse? ¿Qué técnicas realmente convienen para reducir la adiposidad localizada? Estudios recientes sobre los efectos secundarios de la lipoaspiración han lanzado controversias en el uso de esta práctica, ya que se demostró que al cabo de un año, la grasa succionada vuelve a depositarse en el cuerpo, además de generar celulitis a partir del poseado.
Haciendo eco de esta novedad, especialistas en medicina estética no invasiva ponen en evidencia que existen métodos seguros que no agreden la salud del paciente y arrojan resultados altamente efectivos.
Según una nota publicada en The New York Times,un nuevo estudio liderado por los especialistas Teri L. Hernandez y Robert H. Eckel, de la Universidad de Colorado lanzó resultados sorprendentes hasta el momento: la grasa retorna después de haber sido succionada, ubicándose en sectores diferentes al extraído.
En la investigación, cuenta la nota, “los médicos dividieron al azar un grupo de mujeres de peso normal, pero de caderas prominentes y grasa en el abdomen. A unas les ofrecieron la operación y a otras les propusieron no someterse al procedimiento para actuar de controles. Como compensación, les prometieron a estas últimas que cuando el estudio hubiera terminado podrían optar por una liposucción (..)”.
El resultado obtenido en las pesquisas refleja un escenario negativo sobre esta práctica: la grasa regresa al organismo nuevamente luego de haber sido retirada. Al cabo de un año retorna por completo, pero no en las caderas, sino en el abdomen alto, los hombros y tríceps.
Este descubrimiento pone en relieve nuevamente una cuestión latente sobre la efectividad y conveniencia de las cirugías estéticas. La cultura de la cirugía está muy asentada en nuestra sociedad y muchos años han pasado hasta que se realizó un estudio de esta índole.
Las premisas derivadas en el estudio mencionado no dependían del cirujano que realizo la operación, sino de la biología de la grasa. “El cuerpo defiende la grasa”, comentaron los investigadores al respecto. El organismo crea nuevas células de grasa para reemplazar las que perdió durante la succión de adiposidades.
La mirada está puesta en tratamientos no agresivos
Ante la búsqueda de mecanismos menos nocivos y alternativas sin riesgo, expertos en el campo de la belleza han optado por recomendar a sus pacientes sistemas no ofensivos. La solución viene de la mano de la innovación constante de la medicina estética, que combina tecnología de punta con una filosofía de bioseguridad en la salud, diferente a los ya tradicionales tratamientos de los últimos 40 años.
Un sistema novedoso y de última generación es i-lipo, un método seguro y efectivo que modela el contorno corporal en forma natural, reduciendo el tejido adiposo de uno a tres centímetros en cada sesión. Permite la disminución localizada de grasas, como el abdomen, sin tener que adelgazar el rostro y piernas.
Especialmente conveniente para quienes deseen eliminar la adiposidad localizada sin exponerse a consecuencias indeseadas, i-lipo presenta una solución visible e inmediata. Se trata de un proceso que no afecta la piel, vasos sanguíneos ni nervios, por el contrario, cuida y preserva el organismo sin daño alguno.
El láser selecciona el lugar del cual el organismo quemará la energía mientras realice la actividad física en el lugar del tratamiento. Se aplica una luz roja láser visible de baja intensidad a fin de estimular los procesos corporales naturales que queman el contenido graso de las células adiposas. Esa grasa es transportada, a través del sistema linfático, a otras zonas del cuerpo donde es metabolizada en forma de energía durante la práctica de ejercicio.
Según el Dr. Hoogstra, profesional que lidera esta técnica europea en nuestro país, el i-lipo es una alternativa inteligente a la lipoaspiración, ya que es un modo seguro, no invasivo que conlleva resultados a simple vista en el momento de la aplicación.
“Sin uso de anestesia ni reposo pos tratamiento, el mecanismo no posee ningún riesgo bioquímico. En este caso aprovecha los procesos naturales del organismo estimulando la membrana de las células adiposas para que liberen la grasa intracelular que, transformada en energía queda a disposición de los músculos para quemarla con ejercicio, como puede ser caminar o andar en bicicleta fija”, explica el especialista.
Este tratamiento, continúa el Dr. Hoogstra, debe ser acompañado por una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos, a fin de que el cuerpo recurra a las grasas que se liberan durante la aplicación del láser.
No se trata, entonces, de demonizar o enaltecer ninguna técnica, pero sí de avanzar en tratamientos que no impliquen la agresión mínima hacia el paciente. La técnica y la tecnología del mercado de la medicina estética se han focalizado en optimizar estos tratamientos, ofreciendo más salud y menos riesgos.
A la hora de elegir los procedimientos, lo más recomendable es la buena información que venga de la mano de los especialistas más reconocidos en el ámbito. Asumir los pros y los contras de cualquier intervención quirúrgica es decisión del paciente, pero lo correcto es ofrecer al mismo la más completa información sobre posibilidades para solucionar su problema.
Hoy en día estos novedosos tratamientos son más efectivos y se posicionan como una verdadera alternativa al ya conocido método de lipoaspiración. No solo cuidan más la salud de las personas, sino que aportan resultados asombrosos.