La irrupción del sildenafil, droga conocida por su nombre comercial Viagra, causó mucho ruido y cambió los hábitos en la vida sexual de muchos hombres, en especial de los de mayor edad. Sin embargo, en los últimos tiempos, su uso comenzó a hacerse frecuente entre muchos jóvenes, que recurren a esta pastilla para encontrar un aliado contra la inhibición y contra lo que ellos consideran un "bajo rendimiento". Sin embargo, los médicos califican este uso de "frívolo" y "recreativo".

Los especialistas consideraron que la inseguridad típica de la edad, el miedo a no rendir, el deseo de ser infalibles y, en ocasiones, la necesidad de contrarrestar la disminución de la potencia sexual que produce el consumo de otras drogas son algunas de las razones que motivan a los jóvenes de entre 20 y 30 años recurrir a la conocida "pastillita azul" para afrontar sus encuentros amorosos.

León Gindín, médico sexólogo y profesor titular de Sexualidad y Salud de la Universidad Abierta Interamericana manifestó que esta droga "les da una fantasía de seguridad, porque la capacidad eréctil a esa edad es buena", El especialista hace hincapié en la falta de interés en superar las dificultades de manera genuina, ya que, en lugar de buscar las causas del problema, se pretende arreglar todo con "una pastillita".

Además los expertos alertan de los riesgos de combinar esta molécula con otras sustancias como la cocaína, el poper o las anfetaminas. Por lo tanto, los expertos recomiendan hablar con un médico antes de consumir sildenafil, no sólo para que se indique la dosis adecuada, que varía según la edad y la gravedad de la disfunción, sino también para que pueda descartarse la existencia de un problema más serio.

Un síntoma de este nuevo empleo del fármaco es que, más allá de los jóvenes -aunque sin duda ellos contribuyen-, las ventas de esta droga no han dejado de aumentar desde su irrupción en el mercado farmacéutico hace ya ocho años. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, la facturación en 2005 de las 23 presentaciones del sildenafil que existen en la Argentina fue de más de 40 millones de pesos, y el número de unidades consumidas fue de casi 3 millones. Sólo en octubre, la marca Magnus, lanzada en 2001 por el laboratorio Sidus y desde entonces, una de las más populares en el país, vendió 640.000 comprimidos.