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El estrés también es cosa de chicos
1 de febrero de 2007
El estrés en la Argentina no sólo afecta a los jóvenes y los adultos, sino que los más pequeños se ven amenazados pro este mal moderno, generalmente por la presión o sobreexigencia a la que son sometidos por sus padres que depositan en sus hijos todos los deseos o frustraciones que acumularon a lo largo de su vida.

Los especialistas destacan que el estrés en los chicos tiene que ver con un ritmo de vida que excede las posibilidades de la edad. Muchos chicos, de clase media y alta, cargan con una agenda apretada de actividades extra por fuera del colegio lo que ocasiona que los chicos tengan escaso tiempo libre para otras activiades importantes para su crecimiento como es el juego, fundamental para el aprendizaje. Mientras tanto, los niños de clases bajas se pueden estresar ante el bienestar que observan en los medios de sus pares de otras clases.

En muchos casos, el estrés infantil tiene que ver con un paradigma de éxito de sus padres que consideran que para ser competitivo en lo laboral tienen que saber idioma, tener una buena educación y demás actividades artísticas, culturales y deportivas.

Ester Krengel, coordinadora del equipo de psicopedagogía del Servicio de Salud Mental del Hospital Durand, remarcó que la aparición de las nuevas tecnologías trajeron aparejado la “indiferenciación” entre lo que es ser niño y adulto.

“Los chicos tienen un manejo de esos medios a veces mayor que sus padres que suponen que por eso los más pequeños tienen que tener obligaciones como adultos por lo tanto les permiten pasar su tiempo libre con la computadora que nada tiene que ver con las cosas creativas con las que un niño tiene que jugar", dijo.

Por su parte, la psicopedagoga Analía Verón destacó: "Está bueno que como padres nos pongamos un límite porque todo no les podemos ofrecer a nuestro hijos"

Qué hacer para darse cuenta y evitar el estrés:
-Procurar que todos los días de la semana los niños dispongan de tiempo libre para jugar.
-Plantearles las actividades extras como una oportunidad y no como una exigencia.
-Estar atento a las reacciones, si están muy cansados, malhumorados, tristes o apáticos para realizar actividades extras.
-Prestar atención a si utiliza malas palabras en su vocabulario.
-Estar alerta a los chicos que estando candados no logran relajarse para poder acostarse.
-Hay que estar muy atentos a los trastornos en el sueño y la alimentación.