Más de 40 organizaciones de la sociedad civil de América Latina reunidas en Buenos Aires, lanzaron la Coalición Latinoamérica Saludable (CLAS) y dieron a conocer una declaración en la que reconocen la suma gravedad del impacto de las enfermedades no transmisibles (ENT) en la región, no solo como una emergencia sanitaria sino como un problema de desarrollo humano y un obstáculo en la lucha contra la pobreza.
Por ello, la CLAS instó a los jefes y jefas de Estado a participar de la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas para las enfermedades crónicas no transmisibles con el fin de poner en agenda internacional un plan de acción para la prevención, control y tratamiento de estas enfermedades.
Las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades crónicas respiratorias conforman los principales grupos de ENT. Sus principales factores de riesgo son el uso de tabaco, la dieta inadecuada, la inactividad física y el consumo nocivo de alcohol, todos ellos determinantes sociales evitables y prevenibles que a su vez aumentan la hipertensión arterial, la dislipidemia y la obesidad.
Estas cuatro enfermedades causan alrededor del 60% de las muertes totales y el 44% de las muertes prematuras. El 80% de esas muertes se producen en países de bajos y medianos ingresos. América Latina se encuentra en alerta frente a esta situación.
Para la CLAS, “los crecientes costos sanitarios que ocasionan estas enfermedades amenazan con colapsar los sistemas de salud pública y las propias economías de los países de América Latina. Paradójicamente, el presupuesto global destinado a la lucha contra las ENT no alcanza el 1% de los fondos destinados al desarrollo. El mundo necesita que los Estados asuman un compromiso urgente para reducir las muertes y padecimiento que causan estas enfermedades y nuestra región debería estar al frente de este movimiento”.
Las ENT profundizan la inequidad social dado que afectan más a las personas pobres, a las de más bajo nivel educativo, a los integrantes de algunos grupos étnicos y a las mujeres. A su vez, estos grupos tienen menor acceso a los servicios de salud y a otros recursos sociales.
En la reunión, que contó con la presencia de funcionarios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las organizaciones de la sociedad civil propusieron a los gobiernos de América Latina trabajar de manera coordinada para que la región presente una posición común y consolidada en la cumbre de septiembre. “América Latina tiene la capacidad de proponer políticas de largo plazo para luchar contra las ENT, como una cuestión de derechos y desarrollo sustentable. Debemos impulsar una resolución de la cumbre de Naciones Unidas sobre enfermedades no transmisibles que ponga en la agenda de trabajo de los gobiernos objetivos concretos para salvar vidas y favorecer el desarrollo de nuestros países”.