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Adolescentes y Viagra, una relación peligrosa
10 de febrero de 2011
Es habitual encontrar en los medios de comunicación informaciones que dan cuenta del aumento del uso del Citrato de Sildenafil, más conocido como Viagra, entre los adolescentes, la cual se utiliza para el tratamiento de la disfunción eréctil y pocas veces se comprende qué los motiva realmente a hacer esto.

Los licenciados María Beatriz Müller y David Mazzitelli, integrantes de la Asociación Civil Salud Activa, advirtieron que este medicamento es "un potente vasodilatador, que administrado en forma oral, comienza a surtir efecto una hora después de ser ingerida".

"El Citrato de Sildenafil provoca al Sistema Nervioso Parasimpático causando la liberación de Oxido Nítrico en el cuerpo muscular del pene. Esto genera una reacción enzimática que produce una relajación muscular (vaso dilatación), lo que conlleva un mayor flujo de sangre y por consecuencia la obtención de una erección", advirtieron Müller y Mazzitelli.

Sobre por qué los adolescentes, para quienes no esta destinado el producto, recurren a él, los especialistas afirmaron que la respuesta se puede pensar "desde distintos puntos de vista".

"Uno que resulta fundamental, es que los adolescentes son la caja de resonancia de la sociedad, y no podemos entenderlos por fuera del contexto sociocultural de la época", añadieron.

En ese sentido, comentaron que "la divulgación publicitaria que ha tenido esta sustancia desde los medios masivos de comunicación y desde Internet, han hecho que sea un producto ofrecido indiscriminadamente, hasta en los transportes públicos, por parte de vendedores ambulantes, desconociéndose la necesidad imprescindible de la prescripción médica para su utilización".

"Esta misma sociedad post moderna, que empuja al consumo y al placer sin dilaciones, le dice a los adolescentes que ellos "todo lo pueden", que no hay límites para la felicidad, y que si se tiene tal o cual objeto, se es una persona exitosa y feliz", enfatizaron.

Además, los especialistas aseguraron que, muchas veces, son los mismos padres "los que empujan a los hijos a experiencias sexuales precoces, o los sobre-estimulan desde la niñez, con bailes erotizantes, que los ponen en situaciones que no están en condiciones de comprender ni de simbolizar".

Al respecto, detallaron que "la sociedad luego, de forma hipócrita, dice que la juventud esta perdida, y no puede reconocer que son en gran medida, la causa de aquello que luego padecen y critican".

"Los adolescentes, que comienzan a transitar los caminos del crecimiento que sigue a la infancia, signado por la exploración del mundo extra familiar, de un cuerpo que cambia más rápido de lo que la psique lo puede procesar, se ven también confrontados con la sexualidad y los nuevos vínculos amorosos.

En medio de esto y con lo atemorizante que resulta el movimiento exploratorio en la adolescencia, el Viagra se presenta como el objeto que vendría a salvarlos del desencuentro amoroso", dijeron.

Los miembros de Salud Activa -entidad sin fines de lucro-definieron al Viagra, como "una especie de 'pastillita de la felicidad', que permitiría ir más allá de los límites, y que permitiría vencer todo tipo de inhibiciones sexuales, asegurando un supuesto éxito y performance sexual, que se supone el otro (sociedad) desea".

"Los padres pueden ayudar a sus hijos en ésto, si pueden escucharlos y hablarles sin pretender convertirse en un par. Sin empujarlos a actos para los que no están preparados, que hablan más de la necesidad de los adultos de afirmarse en cierta posición, que de la necesidad de los hijos", señalaron.

Por tal motivo, aconsejaron "acompañar a los jóvenes en el tránsito por la adolescencia", lo que "implica también ayudarlos a tolerar las frustraciones, pero esto, es algo que los propios padres también deben poder soportar, asumiendo también ellos, que se hace mucho más lo que se puede, que lo que se quiere".

"Recordemos que no hay nada más desestabilizador para un adolescente que un adulto incapaz de ocupar su rol como tal", concluyeron.