Hay fechas del año que nos encuentran más deprimidos o con menos recursos emocionales para enfrentarlas. La Navidad y el Fin de Año son algunos de ellos. Cómo amigarse con el ritual para evitar el festejo corra por cuenta de otros.
El fin del año trae aparejado situaciones que muchas veces son difíciles de transitar. Los encuentros, las familias, la cercanía del fin de un ciclo y del comienzo de otro fuerzan a balances y a “tachar pendientes”, y muchas veces, el saldo final, nos entristece más de la cuenta.
Cuando eso ocurre, es inevitable pensar que "nuevamente otro año será el festejo de otros”, es el momento para cambiar el enfoque y armarse de estrategias para hacer más sencillo este momento tan especial.
Claudia Azar, Psicóloga de IVI Bs. As., hay que apelar a pequeñas cosas que causen placer. “Cuando el pensamiento negativo o disfuncional aflora hay que tener un listado a mano al que se pueda acudir cada vez” afirma.
La importancia del bienestar personal es muy difícil de conseguir cuando se trata de compartir con otros, pero un buen vínculo con los demás empieza por un bienestar interno, para la especialista es esencial sentirse con derecho a elegir todo lo que nos hace bien sin por esto tener que dar explicaciones.
Lucir como uno mejor se sienta proyecta esa imagen en los demás. “El foco tiene que estar en sentirse bien con uno mismo, o con la mejor versión de uno que se pueda conseguir”, afirma.
La comunicación se vuelve sustancial: “Preservar por sobre todo el diálogo en la pareja, y la comunicación tanto verbal como gestual. Construir un código en el que un gesto, una mirada puede ser un pedido de auxilio que libere de una charla o una mirada que pueda angustiar, por ejemplo, en el marco de un festejo” apunta Azar.
Si el balance del fin del año no es positivo, es muy importante tener un proyecto alternativo que les resulte satisfactorio: “Puede ser hacer algo sencillo que hace mucho que no se hace o está postergado, la satisfacción posterior es enorme y súper efectiva para la estima” aclara la especialista.
A la hora de evaluar, es recomendable hacer un recuadro de los meses del año que pasaron y anotar, tanto la pareja como cada uno individualmente, cosas buenas, lindas, que hayan hecho durante el año: “En cada recuadro hay que escribir una palabra que evoque ese momento, leerlo varias veces al día juntos, especialmente antes de entrar a cada reunión, en momentos como este uno se olvida de las pequeñas cosas buenas de la vida y sobrevienen solo pensamientos negativos” concluye.
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