Los beneficios de la actividad física están bien documentados, pero a pesar de ello, la proporción de las personas adultas mayores que participan de manera regular en actividad física es preocupantemente baja. Cerca de dos tercios de las personas de 60 años y más en las áreas urbanas llevan vidas sedentarias. En nuestro país esto representaría una cifra de más de dos millones de adultos mayores (según datos del INDEC)
Sin embargo tomar conciencia de que aumentar la actividad física, en cualquiera de sus formas después de los 60 años “tiene un impacto positivo notable sobre estas condiciones y sobre el bienestar general”, comienza a transformarse en tendencia.
En Hirsch, Centro de Excelencia para Adultos Mayores y Rehabilitación, acaba de inaugurarse el primer Gimnasio Terapéutico para Adultos Mayores que integra tecnología -de vanguardia- al medio ambiente, logrando un espacio de 180 m2 con aparatología de última generación (camillas hidráulicas, sistemas de suspensión y sujeción, biicletas horizontales y verticales, módulos de marcha, tabla de propiciación para el equilibrio, cintas para caminatas, balones terapéuticos, entre otros), área para fisioterapia y tratamientos especializados, integrados a sus 4 hectáreas de parque arbolado y una piscina especialmente adaptada para adultos mayores y rehabilitación.
Para Iván Spollansky, Director General de este centro modelo que acaba de cumplir 70 años, la ampliación de este gimnasio y sus programas de actividad física permiten no solo ganar en salud, sino también mejorar la calidad de vida integral de los residentes.
“La vida sedentaria es uno de los riesgos de salud más altos para muchas condiciones crónicas que afectan a las personas adultas mayores, tales como la hipertensión, las enfermedades del corazón, el accidente cerebro vascular, la diabetes, el cáncer y la artritis. Pero la buena noticia es que este riesgo es “modificable” a partir de la actividad física, por ello alentamos todos los días a nuestros mayores a que realicen ejercicios. A las actividades en el gimnasio cubierto y la pileta climatizada, se suman las terapias al aire libre aprovechando las posibilidades que brinda el extenso parque. A través de ejercicios diversos, juegos, caminatas y recorridos con “dificultades”, se logra una diversidad terapéutica que combina las indicaciones medicas de tratamiento, la convivencia con el medio ambiente, la exigencia que requiere toda rehabilitación y la naturaleza y equipo profesional al servicio de la calidad de vida”, agrega Spollansky.
Mens sana in corpore sano
La incorporación de consolas virtuales para trabajar la plasticidad neuronal y la coordinación viso-motora es uno de los diferenciales de este nuevo concepto. Con diversos programas de ejercicio cuyos mandos funcionan con sensores de movimiento que simulan acciones reales se logra no solo ejercitar la mente y el cuerpo, sino sentir un verdadero placer de simular jugar al deporte como si lo estuviera practicando.
Entre otras cosas, se ha probado que las plataformas de estas consolas son benéficas para pacientes que sufren de Parkinson, debido a que se trabaja la coordinación viso-motora, además mejoran los reflejos, la capacidad estratégica y la coordinación en general.
En el Hospital Herrin, al sur de Illinois y en el Hospital de rehabilitación de Glenrose de Edmonton en EEUU, las consolas virtuales son un aparato más en las salas de rehabilitación, porque además de mejorar la resistencia, la flexibilidad y la coordinación, evita la monotonía de los movimientos repetitivos y también ofrece la posibilidad de auto superarse.
A las instalaciones y tecnología se le suman por supuesto los equipos profesionales que acompañan de manera personalizada la actividad de los casi 200 residentes que viven en este centro de referencia.
“Existe evidencia de que aumentar la actividad física después de los 60 años tiene un impacto positivo notable, asegura el Dr. Moisés Schapira, Director Médico de Hirsch, se deben promover estilos de vida saludables para las personas adultas mayores como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud a través de la Guía Regional para la Promoción de la Actividad Física.
En esta guía se encuentran cuatro tipos de ejercicios que son importantes para ayudar a las personas mayores de edad a obtener beneficios de salud: Los ejercicios de resistencia mejoran la condición del corazón, los pulmones, y el sistema circulatorio. Teniendo más resistencia no sólo lo hace más sano, sino que también mejora su energía, para que el individuo realice cosas por si mismo —subir escaleras, o ir de compras, por ejemplo.
Los ejercicios de resistencia también son capaces de retrasar o prevenir muchas enfermedades asociadas con el envejecimiento, como la diabetes, el cáncer del colon, las enfermedades cardíacas, el derrame cerebral, entre otras.
Los ejercicios de fortalecimiento. Fortalecen la musculatura permitiendo lograr seguridad en las acciones pero también aumentan el metabolismo, ayudan a conservar el peso y a controlar el nivel de azúcar en la sangre. Eso es muy importante, porque la obesidad y la diabetes son serios problemas de salud para los adultos mayores. Los estudios sugieren que los ejercicios de fortalecimiento, también pueden ayudar a prevenir la osteoporosis.
Los ejercicios de equilibrio ayudan a prevenir un grave problema en las personas mayores: las caídas son una causa permanente de fractura de caderas y otras lesiones que pueden llevar a la discapacidad. Algunos ejercicios de equilibrio fortifican los músculos de las piernas; otros mejoran el equilibrio requiriendo que se hagan actividades simples como pararse brevemente en una pierna.
Los ejercicios de flexibilidad son ejercicios de estiramiento, que ayudan a conservar la flexibilidad del cuerpo; estirando los músculos y los tejidos que sujetan las estructuras del cuerpo. La flexibilidad también puede jugar un papel importante en la prevención de caídas.