1. Las enfermedades prevenibles por vacunas no desaparecen al llegar a la edad adulta.
2. Las vacunas ayudan a mantener el cuerpo sano. Son tan importantes como la buena alimentación y el ejercicio.
3. Cuando un adulto está enfermo, su familia está en riesgo de enfermar.
4. Las vacunas son seguras y efectivas.
5. Los riesgos potenciales de adquirir complicaciones por vacunas son menores que los riesgos asociados con la adquisición de la enfermedad.
6. La vacuna no produce la enfermedad. Algunas vacunas contienen virus y bacterias muertas. Otras contienen microorganismos vivos pero atenuados, es decir que se ha eliminado su capacidad para generar daño en el cuerpo de una persona.
7. Los adultos, y también los adolescentes, pueden enfermarse y tener complicaciones graves con la mayoría de las enfermedades inmunoprevenibles, si bien es cierto que son los más pequeños, las personas con enfermedades crónicas y los adultos mayores los que lo hacen con más frecuencia.
8. Las enfermedades prevenibles por vacunas son costosas. Producen gran impacto económico no solo para el enfermo sino también para su familia y la sociedad.
9. La vacunación puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Las infecciones que pueden prevenirse por vacuna, sin ella matan más que el sida, el cáncer y los accidentes de tránsito.
10. Su familia y compañeros de trabajo lo necesitan. Si Ud. enferma, algunas personas deberán realizar su trabajo, y además abandonará a personas que requieren su cuidado, como sus hijos o sus padres.
En ese contexto, el sábado 13 de noviembre de 15 a 18 se realizará una caminata por El Rosedal de Palermo (Infanta Isabel e Iraola) para conmemorar el Día Mundial de la Neumonía.