El 20 de agosto pasado, Héctor ingresó en un hospital porteño aquejado por la descompensación de una cirrosis hepática causada por el virus de la hepatitis C (HCV). La cirrosis es un cuadro en el que las células del hígado entran en estado de necrosis y dejan en su lugar sólo un tejido endurecido y sin funciones.
El cuadro estaba agravado y se ubicaba en lo que los médicos denominan síndrome hepáto-renal tipo 1, un estado que en general es de muy mal pronóstico. La solución real del problema era el trasplante de hígado.
Sin embargo, el tiempo que lleva normalmente conseguir un donante se tornaba crítico: el hígado es la gran factoría química que libera al organismo de la mayoría de las sustancias potencialmente tóxicas que resultan del metabolismo. Sin esa función detoxificadora, el cuerpo puede resistir muy poco tiempo. Y en este paciente, esa función estaba casi totalmente deteriorada.
Fue así como se indicó el uso del sistema Prometheus®, un soporte tecnológico externo que reemplaza la función detoxificadora del hígado y la función renal. El propósito fue el de prolongar la sobrevida del paciente y así incrementar sus posibilidades de llegar al trasplante.
Esta ayuda tecnológica fue lo que permitió llevar el caso a buen término, tal como pocas semanas antes había sucedido con otra paciente, que había ingresado con un cuadro de hepatitis fulminante. “El paciente no tiene que estar permanentemente conectado al equipo, sino que este se utiliza en sesiones que van de cuatro a seis horas diariamente para liberar a la sangre de los tóxicos que son críticos en las personas con fallo hepático”, explica el doctor Guillermo Rosa Diez, subdirector medico de la unidad de Diálisis de Fresenius Medical Care en el Hospital Italiano, donde fueron atendidos estos pacientes.
Héctor recibió exitosamente su trasplante el 3 de setiembre, salió de terapia intensiva y, tal como asegura el doctor Rosa Diez, evoluciona favorablemente.
Biología artificial externa
El ingreso reciente de esta tecnología a la Argentina es un paso más en una tendencia que si bien fue inaugurada hace muchos años atrás, con el advenimiento del primer sistema de diálisis renal en la década de 1950, parece estar ahora experimentando un auge por la diversificación de las funciones vitales a las que se puede aplicar.
A mediados de la década pasada se comenzó a utilizar en Europa el llamado “pulmón artificial”, que es en realidad un sistema de diálisis pulmonar, basado en un mecanismo similar al de la diálisis renal: un aparato que consta de una membrana recubierta de una proteína que capta las impurezas de la sangre. En el caso del pulmón, los terminales del sistema se conectan con la arteria femoral el paciente y absorben el dióxido de carbono, entregando una leve cantidad de oxígeno, tal cual es el proceso químico que efectúan los pulmones.
La conexión periódica del paciente a este sistema permite mantenerlo con vida a la espera de un órgano para trasplante. En 2007 en la Argentina fue muy notorio el caso de la niña Dominique Lescano, de 7 años, que estuvo a la espera de un donante de corazón durante nueve meses –mucho más de lo que los médicos decían que se podía esperar– conectada en el Hospital Garrahan a un dispositivo mecánico externo que cumplía la función del corazón: la de impulsar la sangre en el interior de su organismo. Hoy, en su casa en Córdoba, Dominique lleva una vida normal.
El “hígado artificial”
Aunque fue conocido como “hígado artificial”, el sistema Prometheus® –creado en Alemania en 1999 por científicos de Fresenius Medical Care, en colaboración con la Danube University Krems de Austria– es en realidad un soporte no biológico de la función hepática, que reemplaza transitoriamente la función detoxificadora del hígado
El hígado cumple su función principal dentro del cuerpo incluyendo la producción de proteínas, la conversión y almacenamiento de productos metabólicos - y junto con los riñones – la eliminación de toxinas de la sangre.
Cuando por diversos motivos el hígado es severamente dañado, pierde tanto su capacidad metabólica como su capacidad de eliminar distintas sustancias tóxicas. La acumulación de estas sustancias lleva a un deterioro neurológico y a su vez inhiben la capacidad de regeneración que tiene el hígado. La insuficiencia hepática es mortal si no se trata a tiempo.
La falla hepática aguda o crónica puede ser causada por hepatitis, consumo excesivo de alcohol, envenenamiento, o cáncer entre otras causas. En la actualidad, el trasplante hepático es la única y efectiva terapia para la falla hepática severa. Sin embargo, en los últimos años, se han desarrollado procedimientos de depuración sanguínea dentro de los cuales se destaca Prometheus®.
De las más diversas funciones que desarrolla el hígado en el organismo –entre ellas la producción de la bilis, esencial para la digestión de las grasas en el tracto digestivo– el sistema Prometheus® sólo reemplaza a la función detoxificadora, por lo que siempre es un soporte transitorio y que sólo puede proveer una solución por un tiempo determinado.
Prometheus® fue aplicado por primera vez en el año 2003, en un paciente con una grave intoxicación crónica por mal uso de drogas, y puede utilizarse en casos de hepatitis fulminante y subfulminante, colestasis severa, hepatitis alcohólica severa, síndrome hepato-renal; encefalopatía hepática severa e intoxicaciones por drogas o tóxicos no depurables por diálisis entre otras indicaciones.
Si bien en la Argentina es una novedad, en el mundo el sistema Prometheus® ya fue utilizado satisfactoriamente en más de 6.000 tratamientos en 27 países principalmente europeos. La tecnología que hoy se encuentra disponible en el Hospital Italiano pronto podrá estar al alcance de las principales instituciones públicas y privadas dedicadas al tratamiento de la insuficiencia hepática y trasplante en el país.
El tratamiento extracorporal de la sangre es una de las competencias centrales de Fresenius Medical Care.
Esta tecnología, utilizada hoy en todo el mundo, es fundamental en el tratamiento de la falla renal aguda, en la falla hepática, en la sepsis y en la falla multi-orgánica.